15 de noviembre. Número 3 de la avenida de la Fama. 16:30 horas.
-Sin entrar en la política recortes llevada a cabo, el gobierno del Partido Popular ha demostrado nula voluntad en el asunto que nos concita, ya que ni tan siquiera ha desarrollado aquellas medidas contempladas en la Ley de igualdad Regional, la 7/2007 de 4 de abril, que son perfectamente ejecutables sin gasto alguno, simplemente contando con los recursos materiales existentes y el apoyo del personal disponible.
-¿Sí, como cuales?, nos espeta nuestra anfitriona.
-Pues por ejemplo la adecuación de las estadísticas, desagregándolas por sexo, e incluyendo nuevos indicadores que nos proporcionen mayor conocimiento de la realidad de mujeres y hombres; la sistematización del uso no sexista del lenguaje en los documentos escritos; la puesta en marcha de las Unidades de igualdad en las consejerías…
Y de repente, me empiezo a quedar en blanco…
Y el listado-tocho de medidas contempladas en Ley Regional a las que el PP no ha prestado la más mínima atención, y que un servidor tantas veces ha glosado siempre que la cosa ha venido a cuento, definitivamente se difumina…
Y siento algo extraño. Como si viajara en el tiempo. Retrotrayéndome hasta el año 2010.
Valcárcel, ahora en la cuerda floja por su presunta implicación en diversos escándalos de corrupción política, está al mando de la Taifa murciana.
Y asisto de nuevo al “hachazo invisible y homicida” - como diría el poeta - a la columna vertebral de las políticas de igualdad. Se cierra el emblemático Instituto de la Mujer de la Región de Murcia, y a continuación se revocan todas las ayudas y convenios con ayuntamientos. La red de agentes de igualdad que prestaba servicios en los distintos municipios queda definitivamente finiquitada.
Mis palabras ahora van por estos derroteros…
-No hay que olvidar la enorme dificultad, cuando no abandono, que presentan la mayoría de ayuntamientos de nuestra Región a la hora de aplicar aquellas medidas de igualdad preceptivas por Ley. Se hace preciso volverles a retornar el apoyo debido, y acabar de una vez por todas con el ostracismo al que han sido condenadas este tipo políticas por parte del Partido Popular. Tenemos que tejer de nuevo una red para su coordinación e impulso. Y es clave contar con personal especializado como son los y las agentes de igualdad.
A continuación nos explican que han pensado hacer un Pacto Regional sobre Violencia de Género en el que estén presentes, además de todos los partidos políticos, también la sociedad civil. Su idea es iniciar proceso participativo, y mencionan organizaciones empresariales así como empresas en general.
-¿Cómo pensáis que se puede materializar la implicación de la CROEM y las empresas en este hipotético Pacto?
Nos comentan que probablemente con la colocación en lugares visibles de carteles informando del número de teléfono de emergencias o donde aparezca escrito “Espacio libre de violencia de género”, o también arrancándole cierto compromiso para la contratación de mujeres víctimas.
Es cierto que algunas grandes empresas multinacionales han llevado a cabo una apuesta clara por la igualdad. De hecho, recientemente he tenido la oportunidad de conocer primera mano las medidas implementadas en Vodafone y Renault. En concreto esta última ha firmado un convenio con la Fundación Integra para llevar a cabo actuaciones como las que están en la cabeza de nuestras interlocutoras.
Por otro lado, cuando el año pasado realicé el plan de igualdad en una gran empresa de nuestra Región perteneciente al sector del transporte de mercancías por carretera, debo decir que su principal motivación para implantarlo no era el artículo 45 de la Ley Orgánica de Igualdad, sino ser una condición impuesta por la multinacional alimentaria con la que trabajaba. Y a pesar de ser, aquella, una de las empresas que mejores condiciones ofrece a su plantilla dentro del sector, el trabajo por hacer en lo referente a medidas de igualdad, es ingente.
Y continúo...
-Fuera de la Función Pública, las mujeres siguen sufriendo discriminación laboral. Inferior retribución en los salarios, barreras invisibles para el acceso a puestos de alta responsabilidad, mayor tasa de desempleo y peores condiciones en los contratos, despidos coincidentes con embarazos, nula política de conciliación de la vida familiar y laboral, acoso sexual y por razón de sexo… Todas, situaciones perfectamente constatables. Y esto también es violencia.
Entiendo que un Pacto Regional en esta materia es una iniciativa correcta. Y probablemente haya sido acometida con afán honesto, no tengo por qué dudarlo. Pero, y siento decirlo, da la impresión que está pensado más como una foto de cara a la galería, que como un verdadero intento colectivo de subvertir esta dramática realidad.
Son ya más de veinte años de gobierno del Partido Popular en nuestra Región, donde, además de todo lo que sabemos acerca de la corrupción política, ha reinado el desinterés por intervenir sobre la raíz del gravísimo problema social que es la violencia machista.
*Franciso Panalés López es trabajador social y agente de igualdad
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