El coste económico de la 'batalla de ETB' en Navarra
Los navarros ya no pueden sintonizar ETB desde el pasado jueves. El apagón ha desatado un episodio de críticas políticas feroces entre el Gobierno de Uxue Barkos y UPN. Los regionalistas aparecen a ojos de la opinión pública como los malos de la película, los villanos que han obtenido una victoria más en su particular guerra contra lo vasco. Y el Gobierno se muestra indignado contra UPN y asegura que resolverá la situación colaborando con el Ejecutivo vasco y con toda la celeridad posible. Pero, más allá de la batalla política, la captación de ETB en Navarra tiene un coste económico del que ninguno de los participantes en el conflicto quiere hablar.
Es más, nadie se atreve a ponerle el cascabel de las cifras al gato de la televisión pública vasca. ETB ya se negó en 2010 a costear en solitario el millón de euros que le cobraba el Ministerio de Industria por autorizarle un múltiplex autonómico en Navarra. Y el Gobierno foral ha presumido de que estos últimos seis meses de emisiones de ETB en Navarra han tenido “coste cero” para las arcas forales. Así que, ¿quién se va a poner ahora a discutir públicamente sobre de dónde se va a financiar la emisión de ETB en Navarra? Mejor seguir dedicándose de forma pública a la batalla política y, de forma más discreta, a negociar los costes, piensan muchos en esta batalla.
El enfado contra UPN
La manifestación de este jueves, convocada a través de las redes sociales, para protestar frente a la sede de UPN por el apagón de ETB concentró a miles de personas. Su enfado se tradujo en gritos como “UPN kanpora” o “ETB Aurrera”.
Es cierto que UPN se ha ganado a pulso su imagen de partido anti ETB. En las casi dos décadas que UPN ha permanecido en el Gobierno de Navarra se cuentan con los dedos de una mano las ocasiones en las que los regionalistas han puesto algún tipo de facilidad para que la televisión pública vasca pudiera ser captada también por los navarros.
Las trabas, las condiciones y las exigencias casi imposibles de cumplir que UPN ha planteado al País Vasco para permitir la captación de su televisión pública en Navarra, en cambio, darían para una extensa lista. Pero, como ejemplo más reciente, basta citar la denuncia presentada por los regionalistas en marzo de 2015 ante el Ministerio de Industria, acusando a ETB de emitir en Navarra sin el correspondiente respaldo legal. Un respaldo que los propios regionalistas dieron por rescindido dos años antes, cuando en marzo de 2013 ETB estrenó mapas meteorológicos que incluían a Navarra. UPN se rasgó las vestiduras, denunció la falta de respeto institucional de ETB y dio por roto el acuerdo que habían firmado en 2009 el propio presidente regionalista Miguel Sanz (UPN) y el lehendakari socialista, Patxi López.
Después, en marzo de 2015, dijo ante el Ministerio de Industria que no existía ningún protocolo firmado entre el Gobierno de Yolanda Barcina y el Ejecutivo vasco. Y consiguió que Industria obligase a ETB a suspender sus emisiones.
Esta actitud beligerante de UPN hacia ETB, mantenida en el tiempo, ha cosechado numerosos agravios no solo entre los partidos nacionalistas, sino también entre la población de cualquier ideología que, por encima de batallas políticas, se siente con derecho a poder ver en sus casas los programas de la televisión pública de la comunidad vecina. Eso explica, en parte, la nutrida participación en la protesta del jueves. Y por eso también las más de 18.000 firmas en change.org exigiendo que ETB pueda verse en Navarra a través de TDT.
Las prisas del Gobierno
Pero a esta situación de apagón televisivo no se ha llegado únicamente debido a la actitud beligerante de UPN. Aunque no lo reconozca, el Gobierno de Uxue Barkos ha contribuido con su proceder a que, finalmente, el Ministerio de Industria intervenga para exigir el cumplimiento de la legalidad y obligue a ETB a suspender sus emisiones. ¿Cómo? Permitiendo a ETB hacer uso de instalaciones privadas ubicadas en Navarra sin pagar un euro por ello. Barkos ha mirado para el otro lado mientras el ente público vasco utilizaba recursos privados de Navarra de forma pirata.
La denuncia de UPN ante Industria no habría desembocado en el apagón de ETB si el Gobierno de Barkos no hubiera permitido a la televisión pública vasca emitir por TDT usando medios privados. Hasta que el cuatripartito no permitió esto, ETB no se captaba en Navarra. Difícilmente podía haber advertido entonces Industria con el precintado de sus instalaciones por “emisiones no autorizadas”.
Así que, archivada la denuncia de UPN, el Gobierno foral podía continuar adelante con sus planes para dar cobertura a la captación de ETB en Navarra. Pero Barkos prefirió no esperar y su Gobierno se enfrenta ahora a nuevas denuncias, esta vez interpuestas por la compañía privada cuyos medios ha usado ETB sin pagar por ellos, que retrasarán aún más una solución definitiva para este asunto.
¿Por qué las prisas del cuatripartito? Porque, al llegar al poder, entendió que había que transmitir a la sociedad signos palpables de que se había terminado la era de UPN y comenzaba la época del cambio en Navarra. Así que recurrió a la baza de ETB. Basándose en el mandato parlamentario aprobado por el cuatripartito y defendiendo “el sentir mayoritario de los navarros”, apenas un mes más tarde de la primera reunión entre la presidenta Barkos y el lehendakari Urkullu, los cuatro canales de ETB podían captarse en Navarra, por TDT, de la noche a la mañana. Según los datos de audiencia de ETB, 100.000 navarros sintonizan a diario alguno de sus programas en Navarra.
Barkos había conseguido transmitir el mensaje de cambio con todo un símbolo. Mientras UPN ha permanecido en el poder, los navarros no podían ver la ETB. Al cuatripartito, en cambio, le ha costado un par de meses hacer realidad esta prioritaria petición de los navarros.
Del “coste cero”, al “plan económico”
El cuatripartito lo vivió como una victoria política, y así lo transmitió. Presumió de que, aunque transitoriamente, la emisión era totalmente legal y se producía sin coste alguno para las arcas forales. Pero ambas afirmaciones se ven ahora seriamente cuestionadas.
Primero, porque el propio Ministerio de Industria ya advirtió en octubre que la instalación llevada a cabo por Itelazpi, la sociedad pública vasca de telecomunicaciones, en los repetidores de El Perdón y San Cristóbal, constituía una “ocupación ilegal de canales”. Y segundo, porque la empresa navarra Infraestructuras y Gestión 2002, encargada de la distribución de la señal de televisión por TDT, denuncia las instalaciones de la televisión pública vasca en medios de su propiedad, sin permiso y sin pagar por ello.
Es decir, pese al entusiasmo inicial del Gobierno de Barkos para señalar que la captación de ETB era legal y gratis en Navarra, lo cierto es que todavía hace falta un protocolo de colaboración entre Euskadi y la Comunidad foral redactado conforme a lo que exige la ley; y todavía hace falta decidir quién asumirá el coste de este servicio, puesto que la TDT no es gratis para ninguna emisora de televisión. Lo mismo que pasaba cuando los socialistas de Patxi López gobernaban en Euskadi.
El múltiplex autorizado por Industria a la Comunidad foral de Navarra para la emisión por TDT de cuatro canales (dos ocupados por Navarra Televisión, un tercero por Nafar Telebista y el último por el programa de enseñanza de inglés Vaugham) tiene un coste de 900.000 euros para las arcas públicas. Las emisoras adjudicatarias de los cuatro canales contribuyen además con un canon por la distribución de la señal.
En 2010, recuerdan desde Industria, se autorizó un segundo múltiplex a Navarra para que ETB pudiera transmitir a través de sus cuatro canales. El coste se cifró en torno a un millón de euros. ETB renunció a este múltiplex con el argumento de que era insostenible pagar todo el coste, y pidió al Gobierno foral que pagase la mitad. UPN se negó. La autorización para este segundo múltiplex quedó en papel mojado y, hace un par de años, cuando el lehendakari Urkullu pidió al Gobierno de Yolanda Barcina que solicitase de nuevo a Industria un segundo múltiplex, el Ejecutivo central respondió de forma negativa.
El protocolo de colaboración que Barkos quiere firmar el próximo día 10 con Urkullu tendrá que concretarse más tarde en instrumentos legales que determinen a través de qué múltiplex emitirá ETB sus cuatro canales para Navarra y quién pagará el coste de esta distribución. Pero el Ejecutivo foral ha presumido de que los seis meses de captación de ETB en Navarra han tenido “coste cero” para las arcas forales, así que ahora difícilmente podrá explicar que haya que pagar con dinero público para volver a ver la televisión pública vasca en Navarra. Tampoco ETB parece favorable a costear ahora el precio del múltiplex autonómico.
Así que la solución podría llegar a través de la colaboración con las emisoras de televisión locales. Navarra tiene autorizados cinco múltiplex locales, uno por cada merindad: Pamplona, Tafalla, Estella, Tudela y Sangüesa. El Gobierno de Barkos no ha cuantificado el coste que tendría la cesión de estos múltiplex locales a la televisión pública vasca para que pueda ser captada en Navarra. Lo único que sí ha señalado es que ha mantenido un primer contacto con las emisoras locales para trabajar en un “plan económico y técnico” que permita captar ETB a través de los múltiplex locales.