Pamplona encuentra en su archivo cuatro baúles del legado del músico Pablo Sarasate extraviados entre 1985 y 1991
El Ayuntamiento de Pamplona ha recuperado cuatro baúles que contienen 55 piezas del legado del músico pamplonés Pablo Sarasate y que permanecían desaparecidos en el periodo que va de 1985 a 1991. Han sido localizados en dos habitáculos que habían permanecido ocultos en la cuarta planta de la actual sede del Archivo Municipal y contienen 55 piezas de “enorme valor”, como pinturas y esculturas coleccionadas por el músico, fotografías dedicadas, prendas de ropa o una carta manuscrita del compositor alemán Félix Mendelssohn.
En palabras del alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, el hallazgo se produjo “al más puro estilo cinematográfico” en el mes de octubre y “de manera totalmente inesperada” al realizar unos trabajos de organización e inventariado del patrimonio histórico y artístico del archivo. “Supone una muy buena noticia de enorme relevancia”, ha celebrado el alcalde.
Los cuatro baúles de madera, con unas dimensiones de 49 x 115 x 53 centímetros e identificados con los números 1, 5, 7 y 8, estaban cerrados con candado, sellados y lacrados con cera roja y sello del Ayuntamiento de Pamplona. En su interior se han hallado pinturas, grabados y esculturas coleccionadas por el compositor, fotografías dedicadas, ropa y una carta autógrafa del compositor Mendelssohn, entre otros elementos. Junto a ellos se encontraban otros objetos sueltos, como una vitrina expositora de bastones y una silla de estilo neoclásico lacada en marfil patinado.
Todas estas piezas, que se creían perdidas, han sido recuperadas y se vuelven a incorporar al legado del compositor Sarasate, ahora, de nuevo, completo. Los principales elementos de este valioso legado se mostrarán en la nueva sala-museo del Hijo Predilecto de Pamplona que se creará en el Civivox Pompelo, una sala especial accesible al público, tal cual estableció el músico en su testamento.
Perdidos en el traslado a la sede del Archivo Municipal
El compositor Pablo Sarasate, fallecido el 20 de septiembre de 1908, donó a la ciudad de Pamplona, su principal heredera, “relojes, alfileres de corbata, anillos, alhajas con diamantes, condecoraciones, coronas, palmas, diplomas, bronces, cuadros, bustos y recuerdos”, así como su violín Vuillaume y numerosos muebles que tenía en su casa de París, a condición de que permanecieran expuestos en una sala con su nombre.
El primer Museo de Sarasate fue instalado en la antigua Casa Consistorial de Pamplona, en una sala que se habilitó en la última planta. Las obras para la demolición de aquel edificio en 1951 hicieron necesario el desmantelamiento del museo y parte de su contenido se depositó temporalmente en la Caja de Ahorros Municipal; el resto de las 539 piezas permanecieron en manos del Ayuntamiento y se trasladaron a dependencias de la Escuela de Artes y Oficios, en la calle Compañía.
El nuevo museo se emplazó en la planta baja del Conservatorio Pablo Sarasate, en la calle Aoiz, inaugurado el 10 de marzo de 1965. Sin embargo, pocos años después hubo de ser nuevamente desmontado, por motivos de seguridad. Así, el 5 de marzo de 1976, las piezas de joyería se dispusieron en dos cajones y se guardaron en la caja fuerte de la Caja de Ahorros Municipal. El resto de objetos se instalaron en once cajones que, debidamente numerados, cerrados y precintados, fueron depositados provisionalmente en el Museo de Navarra el 1 de septiembre de 1977. Otro conjunto, formado por documentos, fotografías, muebles y demás piezas, fue conducido al Archivo Municipal.
En marzo de 1985, los once cajones del legado de Sarasate fueron trasladados de nuevo a la cuarta planta del edificio del Seminario Viejo de San Juan, recién habilitado como Archivo Municipal. A finales de 1990 se autorizó el gasto para la instalación del Museo de Sarasate en el Seminario de San Juan, y el 6 de marzo de 1991 fue aprobado el proyecto correspondiente. Cuando el archivero de entonces fue a reconocer los elementos del legado de Sarasate que se iban a exponer, además de los muebles y objetos individuales embalados, solo encontró siete cajones de madera en la cuarta planta del edificio, ya que faltaban los identificados con los números 1, 5, 7 y 8. La pérdida no se comunicó públicamente y pese a todo, la nueva sala-museo fue inaugurada el 28 de mayo de 1991 en la capilla del Archivo Municipal sin los materiales de estos cuatro baúles. Posteriormente, en septiembre de 2008, el museo fue trasladado al rehabilitado Palacio del Condestable, donde permanece hasta la actualidad.
Para explicar lo sucedido se plantearon entonces varias hipótesis, como que esos cuatro embalajes se hubieran extraviado y llevado a otros depósitos, pero nunca se hallaron, pese a diversas investigaciones. Tras el hallazgo, se abre ahora un periodo de revisión de la documentación para determinar qué es lo que pasó exactamente y tomar las medidas necesarias para que este incidente no pueda repetirse. El material ahora recuperado será catalogado, valorado y reintegrado al legado para que sea incluido en el nuevo proyecto de musealización que se ha encargado para la reubicación de la colección en Civivox Pompelo, ubicado en el segundo Ensanche, a partir de 2026.
El busto de Gayarre
Entre los elementos que se contienen en los baúles recientemente recuperados, destaca un busto del tenor roncalés Julián Gayarre, realizado por el escultor Mariano Benlliure en 1890. En sentido estricto, esta pieza no forma parte del legado como tal, si bien acabó asociándose a este desde 1951, con motivo del derribo de la antigua Casa Consistorial y el traslado de las dependencias municipales a la Escuela de Artes y Oficios.
Gayarre y Benlliure coincidieron en Roma en 1889, cuando el escultor elaboró el original en arcilla o cera que sería empleado un año después para realizar la fundición en bronce, tras la muerte del tenor. Entre 1892 y 1925 la pieza estuvo colocada en el Teatro Real de Madrid y, tras el cierre del teatro en 1925, el escultor recuperó el busto y lo regaló a los sobrinos y herederos del músico (Fernando y María Luisa Herrero Gayarre) quienes, a través del escultor Fructuoso Orduna, lo donaron al consistorio pamplonés en 1944. El busto fue entregado al Ayuntamiento el 8 de noviembre, si bien no llegó a colocarse en el Teatro Gayarre, como estaba previsto. Se pierde su pista hasta 1951, cuando se incorporó al inventario del legado Sarasate por las obras de derribo, y fue depositado en el Museo de Navarra en el cajón número 5, uno de los recuperados.
En 2018, un ciudadano advirtió la presencia de un busto de Gayarre, realizado por Benlliure, en el despacho de presidencia del Palacio de Navarra. Tras preguntar por su procedencia en el Ayuntamiento, denunció esta circunstancia ante del Defensor del Pueblo; un informe concluyó que el busto presente en el Palacio de Navarra era de propiedad municipal y el Gobierno de Navarra lo entregó en 2021 al Ayuntamiento. Con el hallazgo ahora del busto de Gayarre, se comprueba que hay dos ejemplares de esta misma obra: uno firmado por el propio Benlliure, que pertenece a Pamplona, y otro firmado solo por el fundidor, que es el de Gobierno de Navarra. El hallazgo ya se ha comunicado al Ejecutivo foral.
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