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La pandemia dificulta a las víctimas de violencia de género solicitar recursos de acogida en Euskadi: “Ha sido el momento estrella para los maltratadores”

Los hoteles podrán albergar a víctimas de violencia machista durante el estado de alarma

Maialen Ferreira

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Durante la pandemia, los recursos de acogida de mujeres víctimas de violencia machista en Euskadi han recibido un total de 25 nuevos ingresos de mujeres y 10 menores a su cargo. Por provincias, Araba recibió un total de 6 nuevos ingresos, 3 mujeres y 3 menores, Gipuzkoa 7 mujeres y Bizkaia, el único de los tres territorios vascos que ha hecho uso de un refuerzo del recurso de urgencia para atender a los casos que han llegado, ha contabilizado un total de 15 mujeres y 7 menores.

Se trata de los datos que ha recopilado eldiario.es con información de Emakunde desde el pasado 14 de marzo, día que se decretó el estado de alarma en España por el coronavirus, hasta el 30 de abril. Sin embargo, las cifras quedan algo lejos de las obtenidas en el mismo periodo del año pasado, cuando 33 mujeres y sus 36 hijos e hijas solicitaron un recurso de acogida a raíz de la violencia de género que sufrían en sus hogares.

Elena Sagaseta, coordinadora del programa de Atención a Víctimas de Violencia de Género y Violencia sexual en pisos de acogida del Ayuntamiento de Vitoria, considera estos datos “preocupantes”, dada la “diferencia sustancial” entre la atención de 2019 y 2020 con el confinamiento. Otro factor preocupante, según Sagaseta, es el incremento de un 47% de las llamadas al 016 durante el confinamiento, de un 16% al teléfono acondicionado por el Gobierno vasco para casos de maltrato y, de la caída de las denuncias, que han descendido a la mitad durante los meses desde que se decretó el estado de alarma.

“Hay más necesidad y ha habido muchas llamadas solicitando apoyo. Tenemos que evaluar muchas cosas, faltan muchos datos y tenemos que hacer un análisis importantísimo porque yo creo que aquí se demuestra que no hemos llegado. Esa es la mayor crítica que podemos autohacernos. En general se ha estado lejos de las mujeres y niños y niñas víctimas de violencia de género. ¿Cuál es el seguimiento que se ha realizado a aquellas mujeres que han denunciado? ¿Cuánto seguimiento se ha realizado a aquellas situaciones en las que ha intervenido la policía? ¿Por qué hay un tanto por ciento que sí que tiene orden de protección, pero hay otras tantas que se han archivado, cosa que no significa que no haya existido esa violencia? ¿Cuántas llamadas se han realizado de seguimiento desde los servicios sociales? Falta mucha información”, lamenta Sagaseta.

Para esta experta, una de las razones por las que las llamadas de auxilio de estas mujeres no han derivado en denuncia durante el confinamiento y el hecho de que las solicitudes de los recursos de acogida se hayan disminuído en Euskadi frente al aumento en otras comunidades como es el caso de Cataluña y Canarias, con una subida del 30%, puede estar en la falta de apoyo desde las insitutciones. En Euskadi, al igual que en otras comunidades autónomas, se llevó a cabo la campaña 'Mascarilla 19', una contraseña que las mujeres víctimas de esta violencia debían decir a las y los farmacéuticos para que estos entiendan que pueden encontrarse en peligro. Una estrategia que es positiva, pero se queda corta sin otras iniciativas que la acompañen, según Sagaseta.

“El contexto idóneo para ejercer violencia sin que nadie moleste”

“El confinamiento ha sido el momento estrella para los maltratadores, el contexto idóneo para seguir ejerciendo violencia sin que nadie le moleste. Las situaciones de violencia se han agravado y se han identificado nuevas. Hay una línea en todos los procesos de la violencia en el que se va acumulando el malestar antes de la explosión, el confinamiento lo que ha generado ha sido un crecimiento en ese malestar. Y en esas explosiones se ha pasado de la violencia psicológica a la física. Tenemos una parte que ya existía, una nueva que ha incrementado y otras nuevas que han podido emerger por la situación que se ha dado. Entonces nos vemos con datos que nos preocupan. Se ha agravado la situación de violencia contra la mujer y se ha agravado las situaciones de violencia contra niños y niñas”, señala.

Los recursos de acogida de víctimas de maltrato en Euskadi se gestionan a través de las Diputaciones. Según han detallado desde Emakunde a este periódico, en el caso de Gipuzkoa y Araba durante la pandemia no han tenido en ningún momento plena ocupación en las casas de acogida. En Bizkaia, en cambio, sí que han tenido que hacer uso del recurso de urgencia de refuerzo, con capacidad para futuras necesidades, para dar respuesta a algunos de los nuevos casos. “De todos modos, ante esta situación inédita, en los tres territorios se habían previsto desde el inicio recursos de refuerzo, por si fueran precisos”, han apuntado.

Según los últimos datos aportados por Emakunde, las denuncias por violencia machista en Euskadi han registrado una caída de la mitad en comparación con el mismo periodo del año anterior. En total, ha habido 163 denuncias entre el 14 de marzo y el 10 de abril. Entre las razones para producirse este fenómeno, destacan las “dificultades y el miedo a denunciar” mientras se está viviendo con el agresor, el control social y la cercanía del vecindario en época de confinamiento y el hecho de que en muchas de las denuncias que se suelen realizar el agresor es una expareja con la que en estos momentos no se convive.

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