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Ángel Gabilondo, un buen candidato para Madrid y para España

El candidato del PSOE en Madrid, Ángel Gabilondo.

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Lo es, y si puede gobernar será un buen presidente para la Comunidad, que está, desde que Gallardón dio paso a Esperanza Aguirre, es decir 18 años, cercada y ahíta por las estridencias, escándalos, corrupción y maltrato a los servicios públicos, y necesita, con urgencia una pasada por la moderación, las buenas formas, la profundidad y el sosiego en la definición de las políticas, y un rescate de nuestros vapuleados servicios públicos. Ángel Gabilondo tiene todas estas características, que también las necesita España desde la Comunidad de Madrid. La Sra. Ayuso, Presidenta de la Comunidad de Madrid, es una adversaria política formidable, a la que se la ha infravalorado, de forma boba, por los partidos de izquierda, y, paradójicamente, con una gestión plagada de errores graves en relación con la covid, y con una imagen atrabiliaria en la prensa europea de Madrid, como el Paraíso de las copas en época de pandemia , ha incrementado notablemente, al menos las encuestas así lo evidencian y todo parece apuntar que es muy real, sus apoyos electorales. Esto se suele endosar al debe de la portavocía de Gabilondo, y por eso hay militantes de la izda. que piensan que ya ha pasado su tiempo y que, además, en términos coloquiales, está “quemado”, La verdad es que no es difícil llegar a la conclusión que está quemado, ya que ha tenido que caminar sobre brasas ardientes, que es una práctica de algunos pueblos de España, que al parecer, sirve para elevar los espíritus de quienes atraviesan esos braseros, y hasta tal punto los eleva que no se queman, incluso con una persona a cuestas. Ángel Gabilondo lleva atravesando las brasas no con una persona a cuestas, sino a veces con dos, e incluso tres personas a la vez, figuradamente hablando. Lo que quiero decir es que Ángel Gabilondo ha tenido que soportar el peso de tres errores del partido socialista, que por separado tendrían un peso más o menos llevadero pero que en conjunto son una verdadera losa, muy difícil de conllevar. Estos tres errores pueden deberse, a mi juicio, a una falta de estrategia del partido para Madrid, o, a una estrategia gravemente errónea para Madrid consistente en darle cancha a la presidenta Ayuso, con el objetivo de debilitar la posición de Casado al frente del PP, cosa para la que tampoco necesita mucha ayuda. Los tres errores son los siguiente. La designación como delegado del gobierno del Secretario General del Partido, con lo que se ha anulado, en la práctica, la labor opositora del partido ante la sociedad, necesariamente complementaria de la del Portavoz en la Asamblea de Madrid. En vez de corregir esta situación, removiendo de su confortable recostamiento en la Moncloa a la Secretaría General del PSM, se busca un alter ego para la Asamblea más incisivo, supuestamente, a Gabilondo, y se presenta de tal manera que se anula el pretendido objetivo desde el mismo inicio de la operación, menoscabándose la figura del Portavoz, por el propio partido al que representa. El tercero, ultimo, pero no menos importante, la reunión en la sede del gobierno madrileño, rodeados por un apretado bosque de banderas, del presidente del Gobierno con la presidenta Ayuso, a la que se le concede, gratis et amore, un rango de interlocución con el Gobierno de España, que lógicamente ha hecho bien en aprovechar. 

Se ha vuelto, con justicia, a nombrar candidato a Ángel Gabilondo, y, más allá del porqué de esta decisión creo que hay que echar toda la carne en el asador en estas elecciones para alcanzar el gobierno de Madrid. Pienso que hay que explicar a los madrileños que no hay falsas disyuntivas, que no caigan en trampantojos, ya que nuestras libertades públicas las garantiza la constitución y el cumplimiento de las leyes, pero sí hay una bifurcación de caminos en estas elecciones. Uno nos adentra en un sendero de resolución de los problemas de las personas, de alejamiento del ruido, la furia y la política trumpiana del Twitter. El otro nos adentra en una lógica de gobierno en coalición con la extrema derecha, legitima si así lo deciden los ciudadanos, pero que nos aleja de los fundamentes democráticos y de defensa de la libertad personal y colectiva, a través de los cuales nos hemos ido acercando a la Europa más libre, respetuosa con la diversidad y más próspera. En estas elecciones sí que se puede abrir un camino sombrío, para Madrid y para España, o, bien por el contrario, abortar democrática y decididamente, una deriva de retrocesos en derechos civiles, laborales y democráticos. Honestamente creo que esta es la disyuntiva real a la que nos enfrentamos, y no debería minusvalorarse el calado de este envite democrático. La Sra. Ayuso lo tiene claro, por Madrid y por España. Esperemos que los demás lo tengan igual de claro, por Madrid y por España.

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