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Sí, Antonio Banderas es un actor de color

Antonio Banderas

Santiago Zannou

Director de cine —

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A raíz de la anécdota (para algunos) sobre si Antonio Banderas es un hombre de color, la respuesta lógica es sí, Antonio Banderas es de color, de color blanco o, mejor dicho, de raza blanca, pero ¿por qué debería preocuparse alguien porque le llamen persona de color? ¿Qué esconde ese eufemismo?

Como estamos en época de premios de cine y el español goza de una buenísima salud, no solo por las grandes películas que se han hecho este año en nuestro país, sino por el reconocimiento internacional, voy a intentar hacer una hoja de diálogo de una película ficticia a ver si así puedo explicar por qué el eufemismo “de color” es una frase que se dice para esconder una palabra que a los blancos les da miedo. Y esa palabra no es otra que 'negro'. Si somos gente de raza negra, ¿por qué tienen miedo a decirlo? ¿No saben que con ello invisibilizan a una raza?

Este diálogo es entre tú y yo, así que hay un personaje al que vamos a llamar 'Tú' y hay otro personaje al que vamos a llamar 'Yo'. Está claro que 'Tú' es blanco y 'Yo' es negro, que no “de color” porque el personaje de 'Tú' también tiene un color, no es transparente. Estamos hablando de personas y es un dialogo de una película real, vamos, es una anécdota personal. Vamos a aclararnos más: el personaje de 'Tú' es de raza blanca y el personaje de 'Yo' es de raza negra. Y los dos son de color.

En este diálogo, permíteme predecir tus respuestas. En mi vida se ha repetido varias veces, así que creo que puedo adivinar lo que dice el personaje de 'Tú'.

Tú y Yo van caminando por la calle, sin especificar, comienzan a hablar.

Tú: ¿Te molesta que te llame 'negro' o prefieres 'de color'?

Yo: Solamente que me hagas esta pregunta ya me ofende. ¿Qué pasa? ¿Que tienes miedo a decir negro?

Tú: No, si para mí no significa nada, solo que veo más adecuado decirte que eres de color. Además, tú a veces te enfadas cuando te llaman negro.

Yo: Claro, porque me lo dicen para insultarme.

Tú: Pues eso.

Yo: ¿Pues eso qué?

Tú: Que yo no quiero insultarte y por eso te llamo 'de color'

Yo: ¿Qué pasa, que tú eres transparente, tú no tienes color?

Tú: Oye, a mí no me rayes, que tú sabes que yo no soy racista, yo no te quiero insultar, pero si tú quieres que te llame negro, no pasa nada, te lo llamo y punto. Si no te molesta...

Yo: A mí no, es más, es lo que soy. ¿Te molesta a ti llamármelo?

Tú: No, si a mí no me molesta, tú eres negro, yo soy blanco, y ya está. Y los dos somos de color, ningún problema.

Yo: perfecto.

Tú y Yo siguen caminando, de pronto suena un teléfono, parece que es el de 'Tú', que descuelga. Es un conocido que está muy interesado en cómo va nuestra cita. 'Tú', pese a que no ha llegado a un acuerdo, está muy bien con 'Yo' y así se lo quiere hacer saber a la persona que le llama.

Tú: Hola, ¿qué tal? Sí, estoy muy bien, (mirando a 'Yo') pues es muy majo, muy agradable, tienes que conocerle, te va a encantar. Sí, bueno, te tengo que decir una cosa. ¿Qué..? No es nada malo, Pues que… Que mi amigo es… (vuelve a mirar a 'Yo') mi amigo, es de color. ¿A que no te importa? (vuelve a mirar a 'Yo' y aparta el teléfono en bajito) ¿Lo ves? a nadie le importa.

'Yo' hace un gesto de desaprobación y 'Tú' tapa el teléfono y comenta.

Tú: ¿Qué pasa? Que no quería insultarte ni que te insulten, ¿vale?

'Tú' continua con su conversación y 'Yo' se queda pensando cómo puede ser que la palabra 'negro' una vez más esté tan denostada para que se quiera esconder y se cambie por este maldito eufemismo. ¿Por qué todo lo malo se asocia a lo negro? ¿Cómo podríamos cambiar las cosas?

Esta conversación que acabo de describir la he tenido a lo largo de mi vida muchas veces con distintas personas. Desde compañeros de clase que no sabían cómo explicárselo a sus padres, hasta las primeras relaciones en las que directamente no se explicaba, porque era mejor esconderlo. Y es que a la gente blanca le asusta la palabra 'negro', aunque le cuesta reconocerlo. Por eso, cuando viene una mala noche, la noche es negra, ahí no tienen miedo a decirlo, nadie dice que es una noche de color, y si sientes que te han echado una mal de ojo, está claro que te han hecho magia negra, no dices que te han hecho una magia de color. Porque tu interlocutor quedaría a la espera de saber si es blanca y buena o negra y malísima, así que lo negro es malo, es desconocido, pero lo 'de color' es lo negro aceptado social y políticamente. Y esto, ¿qué significa? Pues que un negro puede pasar a ser una persona 'de color', en palabras de un blanco, y eso será que es un negro aceptado. Porque, ¿se utiliza 'de color' para un negro no aceptado socialmente? Pues no, evidentemente.

Si la persona en cuestión comete un delito, en los medios de comunicación dirán que es de raza negra. Si, en cambio, tiene un logro en literatura, se tira de que la persona es 'de color'. Y esto es porque para la gente de raza negra solamente dejamos los problemas, lo que está fuera de la sociedad, lo que no está bien visto, lo peligroso, lo ilegal. Para ellos, el 'de color' no existe.

Preferimos que se hable de nuestra raza sin eufemismos, porque el eufemismo es una manera blanca de esconder las razas y, sobre todo, de clasificar en rangos la raza negra de 'negro bueno, hombre de color' a 'hombre malo, hombre de raza negra'.

La anécdota de Antonio Banderas, tras su brillante y merecida nominación al Oscar, queda en unos cuantos comentarios en Twitter. Incluso hemos podido ver en una revista satírica que, si Antonio Banderas fuese negro, fumaría porros, llegaría más colocado que MA Barracus y haría trap. Una manera más, incluso desde la mayor inocencia, de seguir estigmatizando nuestra raza.

Antonio Banderas no es negro, pero como tantas personas, es de color, nadie es transparente. Él es de raza blanca, aunque para determinados sectores de la ultraderecha en EEUU, y también en Europa, todo el que tiene una gota de sangre mezclada (y en Andalucía hay mucha mezcla) no es blanco. Al igual que nos pasa en España a los no blancos nacidos aquí, que parece que no somos tan españoles.

En España hay gente de color, como Antonio Banderas y todos nosotros, pero también hay personas que son de color para vosotros y que para mí son negros. Y no hay que tener miedo a decirlo, también hay españoles negros y algunos son actores que podrían optar a cualquier papel si no fuese porque la palabra 'negro' lleva siempre unas connotaciones negativas. ¿Que quieres un traficante? Llamas a un negro. Pero si quieres a un doctor, no; si quieres a un jefe de una empresa, llamas a un blanco; si quieres que a ese jefe le amenacen unos hombres muy peligrosos, pues ya no. Si quieres a un delincuente, pues a un moro y a un gitano. Y esos son los papeles que están reservados para los no blancos, los 'de color', en España.

Las cosas empiezan por saber qué es el lenguaje inclusivo, porque tenemos la oportunidad de hacerlo bien y quién sabe si algún día un actor español de color negro nos dará una alegría tan grande como la que nos está dando Antonio Banderas, un actor de color y raza blanca.

Esto se podría practicar desde las escuelas: saber que a los niños de otras razas no hay que despreciarlos por ser de otro color. No son más ni menos, pero claro, eso debería estar en el programa educativo o, al menos, en una charla... ¡Uy, uy, uy! Me estoy pasando, que voy a ser yo el que diga que en educación debería ser primordial la lucha contra el racismo... Bueno, este tema y el del pin parental mejor lo dejamos, que los LGTBI también son 'de color'.

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