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Opinión - El extraño regreso de unas manos muy sucias. Por Pere Rusiñol

Madrid está sucia

Contenedores en la calle de Guadarrama, Madrid.

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Imágenes espeluznantes de ratas correteando entre la basura en muchos barrios de nuestra ciudad, en Valdebernardo, Tirso de Molina, Lavapiés…, de contenedores a rebosar, de basura esparcida por vías y plazas, que se suman a las olas de calor extremo que estamos viviendo este verano. Las calles de Madrid están empezando a ser intransitables, porque están llenas de residuos, las pistas polideportivas acumulan plásticos y latas que no se recogen, las papeleras se desbordan…, desgraciadamente, es la imagen habitual del Madrid de Almeida, de un alcalde que no se preocupa por limpiar las calles y tampoco por aliviar las consecuencias que sufren las madrileñas y madrileños debido a las altísimas temperaturas. 

¿Qué podemos esperar de un alcalde que ha desaprovechado completamente la oportunidad que tenía para mejorar la limpieza con los nuevos contratos? Pues que la ciudad no está más limpia. Al contrario, Madrid es el reflejo de Almeida, de su desinterés total por la gestión y por mejorar la vida de las personas, de sus improvisaciones, de su desidia, de su falta de pasión por Madrid y los madrileños. Ojalá hubiéramos tenido nosotros en el mandato anterior esta posibilidad de modificar aquellos contratos leoninos que dejó blindados hace nueve años Ana Botella. 

Pero no, Almeida prefiere dedicarse a hacer comentarios sobre el Gobierno de Sánchez, perdiendo todas las oportunidades para transformar la ciudad y riéndose de las infinitas propuestas que le hacemos desde la oposición. Y así desde hace más de tres años. Ahora, con la ciudad achicharrada y sucia, ha colgado el cartel de ‘Cerrado por vacaciones’. 

Madrid está muy sucia y las ratas campan a sus anchas porque tenemos un alcalde incapaz, que no sabe gestionar. Al vencer esos contratos que venían de la etapa de la popular Ana Botella, Almeida podía haber actuado para solucionar los problemas de suciedad. La ocasión era inmejorable: nuevos contratos, sin regla de gasto y con unas cuentas que dejamos saneadas durante nuestro gobierno. Sin embargo, tan solo ha ‘maquillado’ con algunos gadgets tecnológicos los nuevos contratos, olvidando y dejando fuera 325 zonas interbloques en 14 distritos sin limpieza, que van a estar casi un año sucísimas. Barrios como San Cristóbal de los Ángeles, Entrevías o La Elipa se quedaron sin papeleras y sin barrenderos y vemos cada día calles descuidadas como nunca, que están provocando problemas de salud pública como el de las ratas. 

A pesar de tener todas las posibilidades a su alcance, Almeida, como no tiene entre sus prioridades la limpieza ni la salubridad de Madrid, no ha puesto los suficientes medios materiales, humanos ni económicos. Así, la mayor parte se siguen considerando secundarias, lo que significa que solo se limpian cada dos días y que solo se baldean una vez a la semana. Ocurre en múltiples barrios de Usera, Carabanchel, Latina, Vallecas, Tetuán y en zonas como Montecarmelo, Las Tablas, Sanchinarro y Valdebebas. Es increíble, Madrid no se merece esto. 

También hay desigualdad entre distritos en cuanto al gasto en limpieza. La diferencia entre Carabanchel y Chamberí está en 40 euros por habitante y año, pasando de los 75 euros en Carabanchel a los 115 de Centro o Chamberí. El Ayuntamiento siempre recuerda que se ha mejorado más en los distritos del sur y del este, pero la situación de partida era tan dispar que sigue habiendo diferencias importantes. 

Si a la suciedad de las calles le sumamos las olas de calor extremo que estamos sufriendo este verano, la situación de Madrid es esperpéntica durante estos meses. En lo que va de verano, cerca de 700 personas han fallecido en nuestra comunidad por las altas temperaturas. Cada dos por tres, los parques más importantes de la ciudad se cierran por un protocolo que Almeida no actualiza; no se adoptan medidas para reducir el tráfico; no se ponen en funcionamiento las fuentes averiadas y tampoco se ponen más; hay piscinas municipales cerradas; por no hablar de los 90.000 árboles que el Gobierno municipal presume de haber plantado, de los que unos 60.000 se han puesto en descampados alrededor de la M-30 y M-40 que se están secando por falta de riego. 

A mí no me provoca risa alguna que mueran personas por culpa del calor, ni que mi ciudad esté cada vez más sucia, abandonada y sin rumbo, ni que Almeida niegue el cambio climático. Pero al alcalde sí le dan risa nuestras propuestas para combatir esta emergencia climática y para proteger a las madrileñas y madrileños del calor extremo que estamos sufriendo en estos meses. Almeida es el responsable directo de todo esto, pero es incapaz de gestionar y de gobernar porque Madrid no le importa. Nosotras, desde Más Madrid, sí sabemos cómo hacerlo para mejorar la vida de las personas y transformar la ciudad para afrontar el cambio climático.

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