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En un año, Cibeles volverá a pensar en Madrid

Imagen de archivo del Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de Madrid. EFE/ Sergio Barrenechea

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A falta de un año para las elecciones, ya podemos decir que el Gobierno de Almeida ha sido un fracaso. Un parón en la modernización de la ciudad en el peor momento. Cuando las demás ciudades han acelerado sus transformaciones, cuando más se necesitaba la acción decidida del Ayuntamiento, en Madrid nadie recordará ningún proyecto suyo de transformación para la ciudad. 

Un alcalde que ha fallado con la nieve y con el calor, en los pequeños problemas que afectan cada día a los vecinos en los barrios y también a la hora de dibujar un proyecto de ciudad, una visión que vaya más allá de la siguiente rueda de prensa, que permita reconocer un futuro para Madrid.

Han sido tres años de sede vacante en la Alcaldía de Madrid, en los que ha importado cualquier cosa menos la gestión de la ciudad, con un alcalde dedicado a confrontar con el Gobierno Central como portavoz de Casado. Tres años en los que han vuelto el despilfarro, el espionaje, los comisionistas y los recomendados al Ayuntamiento.

Tres años de desidia, dejadez, falta de proyecto y de gestión, que han hecho caer del puesto 8 al 16 en el ranking de calidad de vida de la revista Monocle o que han llevado a caer 24 puestos en dos años en el de The Economist. 

Pero solo queda un año. En 2023 la ciudad podrá elegir entre un gobierno que siga arrastrando los pies ante los grandes retos de la ciudad o uno modernizador, que ponga encima de la mesa un gran proyecto de transformación de la ciudad para más de un mandato. Unas elecciones en las que se hable de Madrid, en las que nuestra ciudad no sea una pieza más en el tablero de la gran política nacional.

Madrid necesita un proyecto de futuro. En Más Madrid llevamos construyéndolo desde 2015 de la mano de expertas y expertos, profesionales y académicos, de vecinas y vecinos, de organizaciones de la sociedad civil y el tejido social. Los cuatro primeros años desde el gobierno y luego, desde una oposición constructiva y propositiva. Una oposición con un estilo diferente, capaz de hacer propuestas y volcada en los barrios cada día de cada uno de estos años, no solo en campaña.

En Más Madrid creemos en una ciudad con barrios vivos, sobre todo fuera de la M-30. Barrios con alternativas de ocio y cultura, con servicios públicos de proximidad. Donde puedas encontrar sanidad, educación, centros de mayores o deportivos a quince minutos de distancia.

Barrios en los que los niños puedan ir solos al cole y en los que la mayor parte de las necesidades se puedan cubrir andando o en bici, con pequeño comercio y alternativas culturales a una distancia razonable, con un transporte público que conecte todos los barrios con el centro en un máximo de media hora.

Barrios que estén conectados, en los que no se generen fronteras artificiales que desequilibran la ciudad. Red de carriles bici, fin de las autopistas urbanas, ampliación de metro y cercanías a los nuevos barrios y a los barrios que hoy solo pueden usar el coche. Bus de alta velocidad en los principales ejes y en una M-35 para unir los distritos exteriores a la M-30 sin necesidad de ir al centro, peatonalizaciones en los principales ejes comerciales de los barrios, salones peatonales en la puerta de todos los colegios de la ciudad. Utopías realizables como garantizar que todas las calles de más de 10 metros tengan arbolado.

Transformaciones todas ellas técnicamente viables y realizables. Porque en Más Madrid no vendemos humo. Llevamos años reflexionando con la ciudadanía y diseñando técnicamente nuestras propuestas, para ponerlas en marcha a partir de mayo de 2023.  Reformas reales para mejorar la calidad de vida de todas las personas en toda la ciudad, tengan la renta que tengan, vivan en el barrio que vivan. 

En 2023, un gobierno progresista podrá poner en marcha proyectos de transformación urbana para Santa María de la Cabeza, Bravo Murillo, el scalextric de Vallecas, para la industria en Villaverde o las Quintas de Torre Arias, para la A-5, la ampliación de Madrid Central y la red de carriles bici necesaria para transformar la movilidad de la ciudad. Ideas que el gobierno de Almeida ha sido incapaz de plantear.

Queda un año y estamos muy cerca de poder volver a tener un gobierno progresista en Cibeles. Un año para derrotar al pesimismo y al cinismo con trabajo, alegría y empatía.

Nosotros no somos catastrofistas y no nos van a encontrar en el “cuanto peor, mejor”. Amamos a Madrid y sabemos que la ciudad se ha sobrepuesto a muy malos gobiernos, pero los madrileños merecemos más.

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