El trío de Ayuso
La señora Ayuso ha vuelto a meter la pata, esta vez hasta el corvejón. Me explico, ni hay en Vallecas ningún trío, que así se denomine, ni los interfectos a los que ha pretendido ensuciar asignándoles el calificativo de Vallecas, son de este barrio. Tríos conocemos algunos: Los Panchos, Los tres de Castilla, Peter, Paul and Mary, Las Supremes, Los Bee Gees y una veintena de nombres más entre latinos y artistas de habla inglesa, pero ninguno respondía al perfil discrepante señalado por la presidenta de la Comunidad de Madrid. La señora Ayuso sí podía haberse acordado de un trío del que formó parte su amigo Nacho Cano. Sí, el de la Malinche.
De momento, en Vallecas solo recordamos el infausto Puente de los Tres Ojos, eliminado por la ampliación de la M-30, y los tres payasos de la Tele: Gabi, Miliki y Fofó. De este último tenemos una afortunada presencia en la calle que lleva su nombre.
Mire Ud., señora Ayuso, ni aquí tenemos trío, ni ha habido nadie que se haya arrogado ese título. Todas las reivindicaciones que hemos sabido gestionar a lo largo de los años se han hecho a base del esfuerzo de miles y miles de vallecanas y vallecanos. Lo hemos hecho hasta transformar el barrio y lograr más de 15.000 viviendas dignas que sustituyeron a las casas bajas y chabolas. Lo hemos logrado con la ampliación de la Línea 1 del Metro. Lo hemos conseguido transformando nuestro sistema público de educación y de salud. Peleando por todos aquellos asuntos que más han sensibilizado a nuestros convecinos.
Que los dos asuntos que más siguen preocupando a vallecanos y vallecanas sean el de la sanidad pública (la apertura de los Centros de Urgencia y la dotación de los Centros de Salud de nuestro barrio) y la deficiente situación de las residencias de mayores es síntoma de que su gobierno, ni lo ha hecho bien, hasta el momento, ni tiene indicios de superar su inacción dando soluciones a corto plazo.
La prepotencia de la que hace gala en los plenos, dando por solucionados estos dos problemas, a los que se sigue refiriendo la oposición, denota que apenas le importan las demandas de los pacientes, ni de los mayores y sus familiares. Falta personal en todos estos ámbitos. La mayoría de los problemas detectados tendrían fácil solución con decisiones políticas y con medios que respondan con agilidad a estas justísimas demandas.
Cuando la prepotencia se abre paso, se cometen muchas injusticias, de igual magnitud que las acaecidas durante el periodo de la pandemia en las residencias con nuestros mayores. Con prepotencia se cierran las urgencias médicas y se descartan las especialidades, ocultando los verdaderos problemas que la sanidad pública arrostra desde hace unos años, desde la época de la señora Aguirre, para no irnos muy lejos.
Esta es la batalla, en la que también los vallecanos y vallecanos estamos liados. ¡Óiganos, háganos caso, al menos ahora que se acercan las elecciones!
Usted, como otras voces, utiliza el subjetivismo de Vallecas para presentar la barriada como sinónimo de todos los defectos públicos y privados. El sambenito, diríamos. Reflejo de todos los males de nuestra sociedad arraigados de siempre en nuestro distrito: la pobreza, la marginalidad, la delincuencia.
Pero no se confunda, señora Ayuso, está hablando de un distrito con más de 300.000 habitantes, habitado por gente trabajadora. Muy trabajadora. Que ha sabido levantar su barrio con esfuerzo, con solidaridad y con conciencia social. Una población que ha logrado que sus hijos accedan a la universidad y estén aportando en estos momentos al conjunto nacional.
Un distrito que nunca ha renunciado a su protagonismo de izquierdas, como lo ha demostrado elección tras elección. Unos barrios que acogen a gente de todas las ideologías, capaces de ponerse de acuerdo en lo fundamental, que a todos nos preocupa, aunque a la hora de ejercer su libertad de voto diversifique sus opciones, aunque siga predominando la izquierda.
Aquí no tenemos caracterizado a ningún trío, señora Ayuso. Ni de izquierdas, ni de derechas. Para nosotros, los representantes de los partidos de la oposición son fiel reflejo de lo que decimos y exigimos periódicamente, y el día que dejen de serlo serán objeto de crítica y denostación por parte de todos.
¿Podrá usted, señora Ayuso, descender a los asuntos reales y dar rápida y certera solución a estos dos problemas que le traen por la calle de la amargura?
Nuestro barrio lleva a gala el ser un barrio con profunda identidad social y diferente. Afortunadamente, no nos parecemos a nadie y todo el mundo envidia nuestro carácter altivo y afable. Llevamos a gala ser de Vallecas y para nada aceptaremos que se nos impongan lecciones con actitudes prejuiciosas, discriminatorias y de talante señoritil. Vallecas es mucho Vallecas.
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