Quién se bautizará por nosotras
1. Parecían medievales, aquellas manifestaciones antiabortistas, cuando todavía se llamaban antiabortistas y no “provida”. Recuerdo una de las primeras que vi, en una ciudad argentina. Avanzaban por una larga avenida, cortando el tráfico, hombres y mujeres de mediana edad, chillando enloquecidamente, con fotos a todo color. Fetos en basuras, fetos con caras de niño, fetos con un halo dorado, porque eran fetos santificados. ¿Dónde van las almas de todos estos inocentes?, preguntaba una señora en una especie de letanía que no terminaba nunca. Su lamento era de plañidera, el lamento de quien tiene una misión. ¿Dónde van todas esas almas? Me acordé de la Biblia, de los Corintios: “De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos?”. Es una cita que siempre me impresionó. Pregunté por la manifestación y un periodista local me explicó que eran recurrentes, promovidas por la Iglesia, que nadie les hacía mucho caso.
Dos meses más tarde el gobierno argentino ilegalizó la píldora del día después.
2. La corresponsal de ABC Paloma Cervilla publicó hace unos meses un polémico post que después borró, tal y como explicó este diario, en el que acusaba a las alumnas de despilfarrar las becas de educación. “Las usan para ponerse tetas”, decía. “Otras, cogían el dinero iban a clase tres días y medio, y después no volvían a aparecer más. Se alquilaban pisos para pasárselo bien y de estudiar nada de nada. Estos son algunos casos, pero seguro que habrá cien mil más”. El enunciado era evidentemente violento por lo que sugería no sólo en la política educativa en general, sino, ideológicamente, ante el control del cuerpo sexuado, en especial el de la mujer. Son ellas, desbocadas, las que deben ser mantenidas a raya. Y vaya si lo son.
Según la Federación de Planificación Federal Estatal (FPFE) basándose en los resultados del Barómetro del acceso de las mujeres a la libre elección de anticonceptivos modernos en 10 países de la UE, “las actuales medidas de austeridad se perciben como el mayor obstáculo para reducir los embarazos no planificados y para garantizar el acceso de las mujeres a la libre elección de anticonceptivos modernos”.
3. Aquí, hoy, en España. Hace casi un año el presidente de la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción Voluntaria del Embarazo (ACAI), Santiago Barambio advertía de que copiar a los países con leyes restrictivas no varía en exceso el número de abortos, sí el de las intervenciones inseguras. Hablaba de Argentina, y explicaba el caso: medio millón de abortos clandestinos al año, 400.000 ingresos hospitalarios, lesiones de por vida y 400 muertes anuales. Aquí, hoy, en España, oímos hablar de aborto ilegal.
Desde el pasado 1 de agosto, un total de ocho píldoras anticonceptivas dejaron de ser financiadas por el Sistema Nacional de Salud (SNS). Disminuye, a su vez, la educación en materia sexual, y se prevé que “si no hay financiación y garantías de dispensación se corre el riesgo de un aumento de las tasas de embarazo no planificado y por tanto de interrupciones voluntarias del embarazo”, tal y como advierte Luis Enrique Sánchez Acero, presidente de la FPFE.
Y yo me pregunto quién se bautizará por nosotras, pecadoras en potencia, quién se bautizará por nosotras, las futuras muertas.
