Esperanza Aguirre, insumisa
Esperanza Aguirre siempre ha sido la mejor opositora a Mariano Rajoy y nunca ha considerado necesario disimularlo. La expresidenta ha protegido a su delfín, Ignacio González, a cuenta del euro por receta y su defensa ha consistido en soltarle un nuevo bofetón a su jefe. Y lo ha hecho en un acto de su partido. Que quede claro que el PP de Madrid es como la aldea de Astérix.
Como ya hizo Soraya Sáenz de Santamaría, Rajoy había reconocido que la medida no le gusta y que tratará de que Madrid, como Cataluña, dé marcha atrás. Que las comunidades del PP puedan lanzarse ahora a imponer esa tasa pone los pelos de punta al Gobierno porque hace saltar por los aires la cohesión del sistema de salud. Que te lo hagan los otros, pase. Pero que sean de tu propio partido, que lo haga un hombre al que vetaste para estar al frente de una caja y que acabó gobernando en el mayor granero de votos es demasiado.
La prueba de lo mal que le sentó al Gobierno que González no les avisara de sus intenciones antes de anunciar la medida es que Rajoy dijo estar dispuesto a llegar ante el Tribunal Constitucional porque es “pagar dos veces por lo mismo”. Un poco más y dice “repago”.
El promotor de la medida agachó la cabeza y respondió que todo se puede hablar con el Gobierno central si Rajot propone diálogo. Su mentora desenfundaba rápido unas horas después y disparaba: “A Rajoy no le gusta subir impuestos y, sin embargo, tuvo que subirlos”. Como suele decirse, un zas en toda la boca.
Para que la sangre no llegue al Constitucional, habrá que buscar un acuerdo ¿Cuál? Posiblemente, tirar de la financiación. A Aguirre se le preguntó si los 1.000 millones de euros que reclama la Comunidad de Madrid al Gobierno central podrían servir para que se diera marcha atrás al europor receta. Contestó: “No digo yo que no”.