El periodismo de hoy
Cuando los emigrantes y los refugiados huyen de la miseria y la guerra en busca de un lugar donde sobrevivir, se fabrican fronteras de cuchillas afiladas y sus vidas acaban ahogadas en el mar, no hay neutralidad que valga. El periodismo tiene que estar en el lado de la valla de los desfavorecidos, despertando la conciencia ciudadana para acabar con la mezquindad de los políticos que consienten esas injusticias.
El periodismo tiene que utilizarse como herramienta para transformar la sociedad, para agitar las conciencias de los ciudadanos, para protegerles de los desmanes de los poderosos, para defender los derechos de los más débiles e incluso para movilizar a los que miran a otro lado ante las injusticias.
El periodismo no debería ser aséptico ni neutral. Tiene que contaminarse con las aspiraciones y miserias de los hombres y tomar partido por sus causas. Debería abrir los ojos y los oídos de todos para acabar con la ceguera y sordera interesada de tantos que se instalan en la comodidad.
El periodismo de hoy ya no tiene que resultar incómodo solo para los gobiernos y los poderosos, ahora también debe conmover, movilizar e inquietar a los ciudadanos.
Se dice que sin periodismo libre no hay democracia, pero a lo mejor se ha quedado en una frase hecha. Hoy no basta con ese formalismo. Democracias hay muchas, todos los países europeos lo son, quizá no del todo reales porque no cabe que en nombre de ellas se permita que se cometan esos abusos con la humanidad, pero a lo peor es que no se ejerce tampoco en todo el mundo civilizado un periodismo real y comprometido.
Se les exige mucho a los periodistas. Tienen que contar los hechos sin juzgarlos ni condenarlos. Pueden denunciarlos, pero no sentenciarlos. Tienen que aportar los diferentes puntos de vista de una historia y acudir a las máximas fuentes para contrastarla. Tienen que ser honestos y veraces, rigurosos, imparciales y hasta buenas personas, como decía Kapuscinski. En fin, tienen que ser superhombres y supermujeres si tienen que ejercer ese periodismo libre y comprometido que demanda buena parte de la sociedad.
Tienen que ser tan héroes como los que cruzan las fronteras a través del mar y las vallas de cuchillas afiladas huyendo de la guerra y en busca de la libertad.