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Así es como nos roban la democracia

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Están robando nuestra democracia delante de nuestros ojos. Alguien está dinamitando los cimientos de nuestra libertad, nos quieren silenciar, quieren elegir por nosotros, quieren robarnos nuestro futuro. Alguien tiene mucho interés en reventar las reglas de juego para alterar el resultado de las elecciones. Que se hayan robado votos en Correos es un hecho de extraordinaria gravedad que no admite silencio. Exijo al gobierno que explique cómo ha podido pasar algo así, y por qué no ofrece garantías en un aspecto tan básico para preservar la salud democrática de nuestra nación.

Están robándonos la democracia, pero no tan rápido. No es tan fácil, no es como robar un boli en el Simago. Hace falta un plan perfectamente diseñado y cuidadosamente ejecutado. Os contaré cómo el sanchismo está robándonos la democracia mediante un plan propio de villanos de película, de genios del mal. Atentos, que es como un episodio de Misión imposible, pura sofisticación. Dentro música, lee los siguientes párrafos mientras suena.

Lo primero, tenemos que robar el voto por correo. Es suficiente con 124 votos en un pueblo, que parecen una minucia pero por ahí se empieza. Para que no se note, lo camuflamos de delincuencia común, nos llevamos el dinero de la caja fuerte donde estaban guardados, y hasta dejamos los votos por ahí tirados como al descuido, para no dar pistas. Incluso permitimos que los afectados vuelvan a votar, solo para despistar, que no pasa nada, nuestro plan sigue adelante.

Para que el robo de la democracia parezca en efecto un vulgar robo sin intención política, previamente habremos robado durante años en cientos de oficinas de Correos por todo el país, llevándonos dinero, sellos, paquetes, material de oficina o productos en venta (últimamente las sucursales parecen un bazar). Así parecerá que los robos en Correos son una cosa corriente, y no despertará alarma el día que nos llevemos los votos. Pon en Google “robo en oficina de Correos”, y verás la cantidad de asaltos que se cometen cada año, sin necesidad de elecciones.

Para seguir adelante con nuestro robo de la democracia, necesitaremos alguna maniobra de distracción. Por ejemplo, que todo parezca un delirio conspiranoico. Para ello, infiltraremos en la ultraderecha, en los pseudo medios y en las redes sociales a cientos de agentes dobles que se dedicarán durante años a propagar la idea loca de que en España es posible manipular los resultados electorales: que si el voto por Correo no está bien custodiado, que si Indra altera el recuento de las mesas, que si inflan el voto del exterior, que si faltan papeletas de tal o cual partido… Cuanto más loca y fácil de desmentir sea la teoría, mejor, más se confiarán los ciudadanos pensando que todo es un disparate de pirados y fachas.

El último paso para robar la democracia sin que se note, es el más brillante y arriesgado, triple salto mortal: lograr que el PP, la derecha “moderada”, se sume al delirio trumpista, secunde las teorías del pucherazo, y de paso haga el ridículo. No será fácil, pero si lo logramos, si el robo de la democracia parece una metedura de pata, una pasada de frenada o un burdo intento del PP por tapar noticias adversas, podremos seguir adelante con el robo mientras los confiados ciudadanos se mofan de la cagada de los populares.

Todas las frases del primer párrafo son literales de este jueves, pronunciadas por María Guardiola, Miguel Tellado y, atención, el mismísimo Núñez Feijóo. Aunque en realidad el PP lleva ya un tiempo subido a ese carro loco. Lo que significa que los ladrones de la democracia están más cerca de conseguir su objetivo. Un plan brillante.