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El Front d’Alliberament Gai de Catalunya (FAGC) recibe la Creu de Sant Jordi: un reconocimiento histórico
En un momento de fuerte simbolismo para el movimiento LGTBI+ catalán, la Generalitat de Catalunya ha otorgado la prestigiosa Creu de Sant Jordi al Front d’Alliberament Gai de Catalunya (FAGC). Esta distinción, una de las más importantes que concede el gobierno catalán, reconoce oficialmente los 50 años de historia, lucha y activismo del FAGC en defensa de los derechos LGTBI+ y contra el fascismo.
El acto de entrega se celebró en un ambiente de profunda emoción. Por primera vez en la historia, una entidad abiertamente LGTBI+ recibe este galardón, marcando un antes y un después en el reconocimiento institucional a los movimientos sociales que han sido claves para la conquista de libertades en Cataluña. La entrega del premio estuvo acompañada por una delegación de activistas y organizaciones amigas, entre ellas el Observatori Contra l’LGTBI-fòbia, GAIS POSITIUS y Casal Lambda, que han trabajado codo a codo con el FAGC en distintas etapas de la historia del movimiento.
Pau Gálvez, presidente del FAGC, fue el encargado de recoger el galardón en nombre de la entidad. En sus palabras, destacó el carácter histórico del momento: «Este reconocimiento no es solo para el FAGC, sino para todas las personas que han luchado, muchas veces en la sombra, por los derechos que hoy empezamos a ver reconocidos. Es una reparación simbólica y un homenaje a quienes se atrevieron a resistir cuando amar era un acto de rebeldía».
Fundado en los años 70, en pleno franquismo tardío, el FAGC fue la primera organización en Cataluña en reivindicar abiertamente los derechos de gais y lesbianas. En un contexto de represión y criminalización, esta agrupación marcó el inicio del movimiento de liberación sexual en el país. Su existencia significó, en ese entonces, una ruptura radical con la invisibilización impuesta por el régimen, y sentó las bases para futuras conquistas sociales y legislativas.
A lo largo de su historia, el FAGC ha sido una voz incómoda pero necesaria, denunciando no solo la discriminación institucional, sino también el racismo, el machismo, la transfobia y cualquier forma de opresión. Su lucha no se ha limitado a la visibilidad LGTBI+, sino que ha estado siempre ligada a las luchas antifascistas, anticapitalistas y por la justicia social. Su legado ha sido clave para el avance de los derechos civiles en Cataluña y en todo el Estado español.
El reconocimiento llega también en un momento especialmente complejo para los colectivos LGTBI+ en Europa. El auge de la extrema derecha, los discursos de odio, las agresiones físicas y simbólicas, y la instrumentalización política de las identidades sexuales y de género suponen una amenaza real para los avances conseguidos. «Con gratitud y emoción, seguimos trabajando y resistiendo ante el auge de la extrema derecha y los discursos de odio que amenazan los derechos y las libertades LGTBI+», afirmaron desde la delegación presente en el acto.
El otorgamiento de la Creu de Sant Jordi al FAGC no solo reconoce una trayectoria histórica, sino que representa un compromiso con el futuro. Es un mensaje claro de que las instituciones deben estar al lado de quienes defienden la libertad, la dignidad y los derechos humanos. Se trata también de un ejercicio de memoria colectiva, que honra a quienes lucharon cuando hacerlo suponía arriesgarlo todo, y que nos recuerda que la historia de Cataluña no puede escribirse sin incluir las voces, los cuerpos y las luchas del colectivo LGTBI+.
Este homenaje institucional invita, además, a reflexionar sobre el papel fundamental de las organizaciones sociales en la construcción de una sociedad más justa. La distinción del FAGC es, en definitiva, un reconocimiento a todas las formas de resistencia que, a lo largo de los últimos 50 años, han contribuido a que hoy se pueda amar, vivir y expresarse con un poco más de libertad.