Chipre mide el apoyo popular a la unificación en las legislativas del domingo

Chipre elige mañana un nuevo Parlamento, en unos comicios cuyo resultado sirve de barómetro para medir el apoyo popular al curso de las negociaciones de reunificación de la isla y a los que el partido del presidente, Nikos Anastasiadis, el conservador DISY, acude como claro favorito.

Si bien los 56 diputados de la cámara tienen un poder que se ciñe estrictamente a la labor legislativa, pues Chipre tiene un sistema presidencialista y el jefe de Estado es a la vez jefe de Gobierno, los analistas coinciden en que la actitud de los partidos puede ser determinante en un posible futuro referéndum sobre la reunificación del país.

Durante la víspera los candidatos al que será el undécimo parlamento desde la independencia de Chipre en 1960 cerraron sus respectivas campañas con discursos abocados a captar el voto de los indecisos que, según los sondeos, suman en torno al 14 %.

Los 542.915 ciudadanos registrados en el censo electoral están obligados a votar, según lo establece la Constitución de este país, pero las últimas encuestas apuntan a que en torno a un 20 % podría inclinarse por la abstención.

Los 493 candidatos que se presentan para obtener alguno de los 56 escaños que integran la Cámara para un mandato de cinco años pertenecen a un total de doce partidos o formaciones políticas.

Tan solo aquellos partidos que obtengan un mínimo del 3,6 % de votos tendrán representación parlamentaria.

Según los últimos sondeos publicados, el partido gobernante, el conservador DISY, que obtuvo 20 escaños en las últimas elecciones de 2011, volvería a erigirse como claro vencedor, con un porcentaje que supera el 31 %.

El comunista AKEL, que en la última cámara tenía 19 asientos y gobernó en Chipre desde 2008 hasta 2013, con Dimitris Jristofias como presidente, cuenta con una intención de voto que ronda entre el 25 % y el 26,5 %.

Según las mismas encuestas, el nacionalista DIKO se situaría tercero, con un 13 %.

Una nueva victoria de DISY supondría un espaldarazo de la ciudadanía al camino de reformas adoptado por Anastasiadis por imposición de la troika de acreedores tras la crisis bancaria.

Chipre abandonó con éxito el pasado marzo el programa de rescate al que tuvo que acogerse en 2013, cuando su sistema bancario se colapsó obligando con ello al Gobierno a pedir una ayuda financiera de 10.000 millones de euros.

Los observadores locales opinan que estos comicios pueden interpretarse como un primer barómetro de cara al referéndum sobre la reunificación de esta isla dividida desde 1974 que se celebraría en caso de que las comunidades greco y turcochipriota llegaran a un acuerdo de paz.

El nacionalista DIKO, que en las últimas legislativas logró nueve escaños, y que se opone a la gestión que está haciendo el presidente Anastasiadis en las negociaciones de paz, intentará mejorar sus porcentajes para tener mas voz en caso de un plebiscito popular.

También el socialdemócrata EDEK, igualmente opositor al diálogo, aspira a mejorar su presencia en el Parlamento, aunque los sondeos le dan solo en torno al 5,7 %, más de tres puntos menos que el 8,9 % de los votos que obtuvo en los comicios de 2011.

Mientras que la última Cámara contaba con seis partidos, se espera que en esta ocasión accedan al Parlamento nuevos partidos de reciente formación.

Entre ellos figura la populista Alianza de Ciudadanos que, según los sondeos, lograría la entrada con un 6,1 % así como y el euroescéptico Movimiento de Solidaridad, que lograría un 5,6 %.

Además de las negociaciones de paz, los temas principales abordados durante la campaña fueron la economía y la corrupción.

La campaña electoral estuvo marcada por “la ausencia de fanatismo, de intolerancia y por lo tanto de tensión” según explicó a Efe el director del Centro de Estudios Políticos de Chipre, Jristos Iakovou.

“Si se compara el ambiente preelectorar de estos comicios con el de elecciones anteriores, la diferencia cualitativa es evidente”.

La Cámara chipriota tiene en realidad 80 escaños, 56 reservados para diputados elegidos por la comunidad grecochipriota y 24 para los turcochipriotas, según la proporción 70/30 especificada en la Constitución de 1960.

Sin embargo, los 24 asientos reservados a los turcochipriotas permanecen vacíos desde 1963 cuando se intensificó la violencia interétnica y esa comunidad decidió abandonar el Parlamento.