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Corinna asegura que el rey emérito ocultaba el dinero a través del “gestor financiero” de Gürtel en Suiza

El rey emérito, Juan Carlos I

Pedro Águeda

Habituado ya al interrogatorio, sabedor de que un país entero le miraba, Francisco Correa eligió un momento de su segundo día de declaración en el juicio de Gürtel para anunciar con campanillas que iba a guardar un secreto: “No lo voy a decir porque saldría esta tarde en todos los periódicos”. Se refería al nombre de la personalidad española, poderosa e impune, que escondía el dinero junto al suyo en una cuenta gestionada por un tal Arturo Fasana en Suiza.

La presunta examante del rey Corinna Zu-Wittegenstein asegura en una de las grabaciones reveladas por El Español que el dinero que le prestó el rey Juan Carlos para la compra de un apartamento en Suiza procedía de Fasana. La comisionista internacional despeja en esas conversaciones, sin saber que está siendo grabada, la duda que Correa dejó en el interrogatorio a todos los presentes en la Audiencia Nacional: la Z del juicio de Gürtel es Juan Carlos I.

El apartamento en cuestión se encuentra en una urbanización de lujo en Villars sur Olon, una localidad de montaña del país helvético. En los distintos audios publicados, la comisionista insiste en que ella no quiere devolver al rey los fondos que éste le reclama, y que previamente él había puesto a su nombre para no declararlos, porque estaría incurriendo en un delito de blanqueo. “La única vez que mandé dinero fue cuando compré mi apartamento en Suiza”, afirma. Según su relato, Juan Carlos I le prestó la mitad del importe de la compra. “Me hicieron un préstamo y lo devolví. No es un delito”, añade.

“El préstamo, ¿fue una sociedad o un banco?”, le inquiere en un momento de la conversación el comisario José Manuel Villarejo, que ayer negó cualquier relación con las informaciones publicadas a través de sus abogados. Corinna contesta: “Sé que es una compañía que dirige Arturo Fasana”. En ese momento, el policía resopla… “Horrible”, añade ella en inglés. “Mal tipo”, remata Villarejo. Arturo Fasana se presenta como un “gestor financiero” al frente de la sociedad Rhone Gestion, una cartera para grandes fortunas por las que ha pasado el dinero de Correa y otros muchos clientes españoles, varios de ellos implicados en graves casos de corrupción. Todo ese dinero iba a parar a una cuenta de Credite Suisse que gestionaba Fasana y que había bautizado como Soleado, en honor a la procedencia de sus clientes. De allí, el dinero saltaba a una madeja de sociedades que impedía conocer el verdadero titular de los fondos.

En la grabación, Zu-Wittgenstein da su versión del préstamo. “El dijo 'no tengo dinero, te puedo prestar la mitad'… Entonces, yo puse la mitad y él me hizo un préstamo por la otra mitad. Pagué el préstamo en un año. En mi cabeza siempre pensé que él tenía suficiente dinero. Porque cuando le dices a una mujer que estás loco de amor y no puedes pagar 1,5 millones de francos suizos por un apartamento…”, afirma la comisionista. Cuando se produjo el préstamo, antes de 2009, Juan Carlos I era jefe del Estado español.

En la confesión de Francisco Correa que publicó eldiario.es en noviembre de 2015, el que fuera cabecilla de Gürtel explica que el ex consejero delegado de Repsol Ramón Blanco Balín le propone a Arturo Fasana como gestor de sus fondos en Suiza. “La importancia de los clientes (de Fasana), y de uno en concreto, hacía imposible cualquier problema judicial. Me dice que me quedase muy tranquilo”, relataba Correa en aquella confesión.

Blanco Balín, amigo personal de Aznar, se sentará en el banquillo en el juicio de la segunda época de Gürtel. Está considerado uno de los arquitectos financieros de la trama, en sustitución de Luis de Miguel. “En varios viajes que realicé para visitar a Fasana en Ginebra con Ramón Blanco, Arturo, con quien ya adquirí cierta confianza, me acreditó visualmente la realidad de lo que me explicó Blanco Balín, y corroboré la coincidencia de las informaciones de mi conductor”.

Francisco Correa aseguraba así haber visto documentos que acreditan que Fasana trabajaba para un cliente español tan importante que alejaría cualquier intento de investigación en su contra. El jefe de la Gürtel le ponía coche y chófer a Fasana cuando éste viajaba a Madrid y el conductor después contaba a su jefe con quién y dónde se había reunido el gestor. “Es obvio, a día de hoy, que la impunidad que me ofrecía Blanco Balín, a mí no me alcanzaba, pero sí a sus otros clientes de la cuenta Soleado”, se lamentó en el juicio.

Una comisión rogatoria librada por el juez Baltasar Garzón permitió a un grupo de funcionarios españoles entrar en las oficinas de Fasana en Ginebra en mayo de 2009. Junto a un fiscal suizo, tenían permiso para recabar documentación de los fondos de Correa en el país helvético. Habían pasado solo dos meses de las detenciones que hicieron aflorar la Operación Gürtel.

En la oficina de Suiza

En junio de 2013, El Confidencial publicó una versión de lo que ocurrió en la oficina de Fasana. Según ese relato, el bróker habría mostrado a dos policías españoles el contenido de un pen drive con su lista de clientes españoles. Allí habían aparecido, entre otros, el propio Blanco Balín, un gran constructor, el presidente de una multinacional cosmética, directivos de grandes empresas, hombres de negocios vascos, políticos catalanes y “las iniciales de dos importantes instituciones del Estado”.

Antes de eso, y según la misma información, uno de los agentes había intentado mirar dentro de una carpeta situada en una estantería identificada como “VIP'S”. Fasana reaccionó elevando el tono para decir: “¡Deje usted eso en su sitio. Si le enseño el contenido de esa carpeta, hunden a España!”. El contenido del pen drive había sido exhibido por el bróker a continuación para intimidar a los funcionarios españoles, que por indicación del fiscal suizo, debieron ceñirse a la documentación a la que estaban autorizados a requerir.

Detenido en Barajas

Arturo Fasana fue detenido por la Policía española el 20 de mayo en el aeropuerto de Barajas. Dos días después, el magistrado instructor del caso Gürtel entonces, Antonio Pedreira, le tomó declaración y le dejó en libertad sin medidas cautelares. Días después se produjo la visita de los policías españoles a su despacho. La imputación que dictó Pedreira aún pesa contra Fasana en una pieza del caso Gürtel que sigue instruyéndose en la Audiencia Nacional.

Los informes policiales del caso Emperador, contra la mafia china en España, se referían a un tal Arturo como “un individuo de una importancia capital” en la organización. Finalmente fue identificado ante el juez por un empresario implicado. Se trataba de Arturo Fasana. Las investigaciones le situaban por encima del responsable de buscar “compradores” de dinero negro.

Los chinos disponían de abundantes cantidades de dinero que no querían declarar. Para enviarlo a su país de origen, necesitaban las cuentas en Suiza de miembros de la jet española que tienen fondos en en el país helvético que no pueden tocar, por lo que no disponen de efectivo.

François Leiser, un belga de 73 años, hacía de intermediario. Por encima de él, según las pesquisas, estaba Fasana. Una prima del rey Juan Carlos admitió haber sido una de las ricas españolas con cuenta en Suiza que obtuvo dinero de Gao Ping. La causa contra Fasana en la Operación Emperador fue archivada.

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