Penas de hasta 22 años para acusados en un caso de trata que conmovió a Argentina

La Justicia argentina dictó hoy penas de entre 10 y 22 años de prisión para los acusados del secuestro en 2002 de María de los Ángeles “Marita” Verón y revirtió así el fallo anterior que absolvía a todos los imputados, en un caso de trata de personas que conmocionó a la sociedad argentina.

El Tribunal de la Cámara Penal de la norteña provincia de Tucumán, donde tuvo lugar el proceso, condenó a todos los acusados, diez en total, de los que nueve ingresarán en prisión, mientras que uno cumplirá arresto domiciliario, informaron fuentes judiciales.

El fiscal y la parte querellante habían solicitado la pena máxima de cárcel, 25 años, para quienes son considerados coautores del secuestro: los hermanos Fernando “Chenga” y Gonzalo Gómez, sentenciados finalmente a 22 años, y Daniela Natalia Milhein y Andrés Alejandro González, que deberán cumplir 18.

El resto de los imputados, Azucena Márquez, Pascual Andrada, Humberto Derobertis, Carlos Luna, Paola Gaitán y Mariana Bustos recibieron condenas de entre 10 y 17 años de prisión, como partícipes necesarios.

El fallo fue dictado por los magistrados Emilio Páez de la Torre, Dante Ibáñez y Juana Juárez, que conformaron el nuevo tribunal después de que la Suprema Corte de Justicia de Tucumán revocara parcialmente, en diciembre pasado, el fallo que en 2012 había absuelto a todos los imputados en este caso.

El máximo tribunal provincial confirmó entonces la absolución de dos de los trece imputados, dispuso la extinción del proceso para otro de los procesados por fallecimiento y ordenó un nuevo juicio para los otros diez acusados.

“Conseguimos algo después de tanta lucha y encontramos un poco de paz para mi hija, además de justicia para esas otras chicas a las que estos delincuentes les hicieron tanto daño”, señaló Susana Trimarco, madre de “Marita”, tras conocer el fallo judicial.

A pesar de estar “conforme” con las condenas, Trimarco aseguró que “esperaba mucho más” y subrayó que seguirá adelante con su lucha porque el objetivo principal sigue siendo “saber dónde está” su hija.

“Este juicio marca un antes y un después, lo que no quiere decir que vamos a abandonar nuestra lucha y seguiremos peleando hasta que sepamos qué hicieron con mi hija, porque ese es el objetivo que buscamos”, aseveró.

“Esperaba que antes de abandonar la sala uno de ellos gritara dónde estaba mi hija”, señaló Trimarco, quien lamentó que en Argentina “haya gente que se adueñe de la vida de las personas como hicieron con mi hija y con muchas chicas”.

Doce años después de su desaparición, la Policía Federal y la Gendarmería argentina, junto con la Interpol y el FBI, siguen buscando a “Marita”.

“Aprendí a que hay temas que debo callarme para que la investigación sea positiva y por eso no puedo decir todo lo que sabemos”, explicó Trimarco.

La madre de la joven desaparecida mostró su respeto a los miembros del tribunal que condenó a los secuestradores y agradeció el apoyo recibido de parte de la presidenta argentina, Cristina Fernández, “desde su condición de gobernante del país pero fundamentalmente desde su rol de madre”.

“Aquí cerramos una etapa, pero empezamos otra que tiene como finalidad saber dónde está Marita”, subrayó Trimarco a los medios de comunicación.

María de los Ángeles Verón fue secuestrada a los 23 años el 3 de abril de 2002, cuando se dirigía a la maternidad de San Miguel de Tucumán para realizarse un estudio médico.

Desde su desaparición, su madre inició una incansable búsqueda y su caso se transformó en un emblema de la lucha contra la trata de personas reconocida por el Gobierno argentino, el Departamento de Estado de Estados Unidos, el Parlamento Europeo, y diversas organizaciones humanitarias a nivel internacional.