Prosigue la ofensiva talibán por el control de la ciudad afgana de Ghazni

La ofensiva de los talibanes por el control de la ciudad oriental afgana de Ghazni prosiguió hoy por tercer día consecutivo, un ataque repelido en parte por las fuerzas de seguridad afganas con apoyo aéreo estadounidense, que siguen combatiendo sin que quede claro aún qué zonas domina cada bando.

El corte casi total de las comunicaciones dentro de la urbe hace complicado conocer de primera mano cuál es la situación, aunque las fuerzas de seguridad afganas insisten desde Kabul en que la estratégica ciudad está bajo su control.

“En la ciudad de Ghazni los cuarteles generales de la Policía, el complejo de las oficinas provinciales, la prisión, el directorio de seguridad provincial y el centro del Ejército están bajo control de las fuerzas de seguridad afganas”, aseguró en una rueda de prensa en la capital el jefe del Ejército, el general Sharif Yaftali.

Yaftali aclaró que el avance de las fuerzas de seguridad es lento porque “los talibanes se han atrincherado en casas residenciales, tiendas y mercados”, por lo que para evitar “víctimas civiles y pérdidas económicas” llevan a cabo la operación “con cuidado”.

El jefe del Ejército reveló que hoy habían llevado a cabo veinte bombardeos aéreos contra las posiciones insurgentes que han infligido un gran número de bajas entre los talibanes, que no han dejado de recibir refuerzos desde diferentes partes del país.

Sólo el primer día de la ofensiva murieron al menos 150 talibanes, además de diez miembros de las fuerzas de seguridad, detalló Yaftali.

“Esperamos cambiar la situación en la ciudad en los próximos dos o tres días”, concluyó el jefe del Ejército, que agregó que su prioridad es despejar toda la ciudad y luego crear un cordón de seguridad alrededor de la urbe.

Un miembro del Parlamento provincial, Amanullah Kamrani, confirmó a Efe que “la batalla continúa en la ciudad de Ghazni” cerca de lugares estratégicos como el cuartel general de la Policía o las oficinas del Gobierno provincial.

Los talibanes aseguraron por su parte “tener el control de la mayor parte de la ciudad”.

El principal portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, aseguró a través de su cuenta oficial de Twitter que los insurgentes avanzan en su ofensiva por despejar las últimas zonas con presencia de las fuerzas de seguridad afganas, que han tenido “múltiples” bajas.

Esta ofensiva de los talibanes ha sido la peor contra una capital provincial desde la que el pasado mayo logró ocupar durante un corto período de tiempo la ciudad occidental de Farah.

También en 2015 los talibanes tomaron durante varios días la ciudad norteña de Kunduz, en su mayor logro militar desde la invasión estadounidense en 2001, y al año siguiente estuvieron cerca de conseguir su objetivo de nuevo.

En 2016, los insurgentes cercaron y lograron entrar en Trinkot (centro), capital de Uruzgan, y Lashkargah (sur), capital de Helmand, pero en ningún caso pudieron mantener el control más de unos días.

Según la información difundida a final del año pasado por el Congreso de Estados Unidos, el Ejecutivo afgano tiene control de cerca del 56 % del país, los talibanes dominan un 11 % y el resto es territorio en disputa.