Relator de la ONU pide diálogo para limitar el impacto de las sanciones de EE.UU. a Irán

Un relator de la ONU defendió hoy que es necesario un diálogo urgente con EE.UU. e Irán para garantizar que se apliquen adecuadamente excepciones humanitarias a las sanciones contra Teherán decididas por Washington.

“Si no hacemos algo significaría que estamos condonando un castigo colectivo”, dijo el relator de Naciones Unidas sobre los derechos humanos y las sanciones internacionales, Idriss Jazairy, que recordó que ese tipo de castigo es “ilegal” bajo la legislación internacional.

Jazairy, en una conferencia de prensa, subrayó su preocupación por el hecho de que, aunque la mayor parte de los regímenes de sanciones incluyen excepciones humanitarias, estas no son habitualmente efectivas.

Según defendió, la comunidad internacional debería abordar de forma urgente cómo asegurar la aplicación de esas excepciones en el caso de Irán para asegurar que “los iraníes no pagan por el desacuerdo entre su Gobierno y el Gobierno” estadounidense.

El presidente de EE.UU., Donald Trump, decidió el pasado mes de mayo retirar unilateralmente a su país del acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Irán y seis grandes potencias y volver a imponer sanciones a Teherán.

En noviembre próximo entra en vigor la segunda ronda de estas medidas, que afecta a las transacciones con el Banco Central de Irán y al sector petrolero, vital para la economía del país.

Jazairy denunció que en la mayoría de los casos las sanciones de este tipo terminan castigando a la población a la que sus promotores dicen querer defender frente a los regímenes de sus países.

Entre otros ejemplos, señaló los casos de Venezuela, Gaza o Siria.

Además, el diplomático argelino advirtió de que las sanciones unilaterales se están convirtiendo cada vez más en “bloqueos”, que buscan impedir que el Estado en cuestión pueda comerciar o mantener relaciones con el resto de la comunidad internacional.

Preguntado por el embargo estadounidense a Cuba, Jazairy consideró “desafortunado” que la Administración de Trump haya decidido apartarse de la línea defendida por el anterior presidente, Barack Obama, que apoyaba su levantamiento.