Túnez impide que 2.000 ciudadanos se sumen a la yihad global en cinco meses

Las fuerzas de Seguridad y los servicios de Inteligencia tunecinos evitaron en los últimos cinco meses que cerca de 2.000 ciudadanos abandonaran el país para sumarse a grupos yihadistas en Oriente Medio y el norte de África, aseguró hoy el ministerio de Interior.

En declaraciones a los medios, Yaser Mesbah, portavoz del citado ministerio, explicó que durante el mismo periodo de tiempo ambas fuerzas lograron desmantelar, además, 33 supuestas células terroristas y llevaron ante la justicia a 1.400 sospechosos por su presunta vinculación con organizaciones radicales islámicas.

Gran parte de los que trataron de salir del país para unirse a la yihad internacional eran jóvenes menores de 23 años, mientras que un diez por ciento de los detenidos prestaban apoyo logístico a comandos en el interior del país, agregó.

“A lo largo de 2016, se impidió que 1.877 tunecinos abandonaran el país rumbo a zonas de tensión. El ministerio de Interior mantiene la vigilancia y el plan de lucha contra el terrorismo”, subrayó Mesbah.

Túnez está considerado el primer país del mundo en cuanto a la cifra de ciudadanos que se suman anualmente a la yihad global, especialmente en Siria, Libia e Irak, según un informe elaborado por la academia militar norteamericana de West Point.

Con una población que raya los 11 millones de habitantes y una cifra aproximada de entre 5.000 y 7.000 ciudadanos incorporados a organizaciones radicales islámicas armadas, “Túnez es el principal exportador de yihadistas en relación a su número de habitantes”, asegura el estudio.

Único país árabe en el que sigue en marcha un proceso de transición tras las revueltas de 2011, en 2015 sufrió tres graves atentados yihadistas que segaron la vida de 72 personas, 60 de ellas turistas foráneos.

Desde que cayera la dictadura, las zonas montañosas limítrofes con Argelia se han convertido en guarida, centro de reunión y entrenamiento y lugar de paso a Libia de grupos radicales armados locales y de yihadistas llegados de todos los rincones del Sahel, en especial de la vecina Argelia.

Ambas han sido declaradas zonas de exclusión militar y en ellas se producen, a menudo, enfrentamientos armados y atentados terroristas.