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Entrevista Portavoz del PNV en el Congreso

Aitor Esteban: “La legislatura durará hasta el final, no sé si con uno o dos partidos en el Gobierno”

Aitor Esteban, portavoz de EAJ-PNV en el Congreso para elDiario.es

Esther Palomera

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Aitor Esteban es de esos políticos que orbitan por el universo parlamentario a los que se les entiende todo cuando hablan. Es contundente, claro e impulsivo, pero no tiene dobleces ni esconde ases en la manga. Si tiene que decir algo sobre el Gobierno de Sánchez lo hace a bocajarro, y si ha de poner a la oposición del PP frente al espejo de una realidad que ella misma ha provocado por su confusión con Vox, tampoco se amilana. Habla del proyecto político de Yolanda Díaz, a la que no augura demasiado futuro junto a Unidas Podemos por diferencias personales pero también ideológicas; llama la atención sobre la entropía a la que nos ha acostumbrado la coalición de Gobierno y augura un final de mandato al que el jefe del Ejecutivo puede llegar “exhausto”, no tanto por mérito de Alberto Núñez Feijóo, en el que no ve grandes diferencias con Casado, sino por el deterioro económico. Y esto sin haber empezado aún a hablar de la Monarquía, de Juan Carlos I, de Felipe VI, del chantaje de Marruecos o del espionaje al independentismo catalán. Ahí se explaya, aún guardando el deber de secreto al que le obliga su presencia como portavoz del PNV en la comisión de Secretos Oficiales.

¿La España gobernada por Pedro Sánchez ha dejado de ser fiable para Argelia?

Eso es lo que ha dado a entender el gobierno argelino cuando ha tomado la decisión de suspender el acuerdo de amistad. E imagino que eso va a tener consecuencias prácticas, claro.

La suspensión del Tratado de Amistad es un acto más simbólico que práctico porque, en definitiva, las relaciones diplomáticas y políticas estaban congeladas desde hace meses. ¿Qué consecuencias puede tener en el corto plazo?

Habrá que ver también cuál es el interés de Argelia. Ellos no van a comprometer sus propios intereses, pero desde luego nuestra relación en cuanto a suministros gasísticos era fundamental, y con Argelia eso ha cambiado radicalmente. Va a haber un cambio de socio en el sur europeo. Ya se ha visto respecto a las reuniones que se están teniendo con los italianos. Y no olvidemos que en cuanto a control de migraciones, sólo pensamos en Marruecos, pero Argelia actúa más discretamente, aunque también tiene importantes movimientos de población. Es difícil mantener los equilibrios con los socios, pero desde luego lo que ha hecho el Gobierno no me parece que sea un movimiento prudente.

¿La colaboración antiterrorista también está en riesgo?

Pues no lo sé. Estamos especulando, pero creo que tampoco le interesa a Argelia que el descontrol en el Sahel sea absoluto y, por lo tanto, hasta cierto punto eso seguirá funcionando.

¿Ha logrado usted arrancar al Gobierno alguna versión creíble sobre el cambio de posición respecto al Sáhara Occidental? 

Todos sabemos lo que ha pasado. Lo resumí bien el otro día. 

¿Qué es lo que ha pasado?

Marruecos tenía un interés especial con el asunto del Sáhara una vez que había conseguido hacer movimientos con Israel y, sobre todo, con los Estados Unidos, que la nueva administración tampoco se ha animado a contrarrestar. Necesitaba que se moviera uno de los actores principalísimos, como era España. Y lo ha hecho utilizando medidas de presión de todo tipo, incluso usando a su propia población y espiando los movimientos de cómo iba el nerviosismo del Gobierno español en esas llamadas que se intercambiarían seguramente durante el tiempo de la crisis de Ghali, un ciudadano con pasaporte español, que al final está sobredimensionada por el propio Marruecos. Así, se sienten presionados o desbordados y acaban dando la espalda a sus responsabilidades de antaño como potencia colonizadora y tomando decisiones que de repente les trastabillan. Y con lo cual hay que buscar rápidamente un sustituto de suministro gasístico en vez de Argelia y se busca Qatar de la manera que hemos visto: con mucha pompa y ceremonia, pero Qatar es un país también problemático en cuanto a sus relaciones con determinados movimientos a nivel internacional y de estabilidad internacional. Bueno, se hace eso y vamos a ver en qué acaba todo esto. Realmente los máximos paganos, desde luego, son los saharauis.

¿Usted no tiene ninguna duda de que detrás del saqueo al móvil del presidente del Gobierno estaba Marruecos y que es verosímil la hipótesis de un chantaje?

Desde luego. Si el saqueo ha sido en las fechas que dice el Gobierno y a los ministerios que dice, es blanco y en botella. Exteriores, Interior, Defensa y el presidente. Y ahí hay otro ministro implicado, que es el de Agricultura. ¿Y eso podría ser cualquiera? No, no, es que no es cualquiera, es una de las personas que mejor conocen de manera personal cómo funciona Marruecos y quiénes son los actores marroquíes. Ha pasado tiempo como embajador español y sé que le consultaron. Por lo tanto, en esas conversaciones, incluso alguna llamada que harían con Marruecos, seguramente el ministro Planas estaba implicado. Se ve claramente el bullying. Ha habido bullying absoluto al Gobierno y éste ha ido tragando y se ha ido moviendo. La verdad, no deja en buen lugar al Gobierno ni al país, sobre todo por abdicar de sus responsabilidades. Yo entiendo la geopolítica y las necesidades de cada país, pero también que hay responsabilidades y algunas líneas, que no hay que traspasar. Y, sobre todo, si tienes que hacer un movimiento así, lo tienes que explicar muy bien a las partes y a los afectados. 

Y al Parlamento…

Bueno, al Parlamento ha venido porque lo ha exigido y además ha votado diciendo que no estaba de acuerdo. Lo cual me sorprende también, porque lo lógico sería ser mucho más prudente y atender lo que le está diciendo, aunque en realidad le digo que el Parlamento, con esa votación, no sé si le estaba diciendo la verdad. Le voy a ser sincero porque creo que el PP está jugando a esconderse. El PP está utilizando este asunto para tumbar al presidente del Gobierno, pero en realidad piensa lo mismo que él. Se vio con la reunión de Feijóo el otro día con el primer ministro marroquí para templar gaitas. 

Si el presidente del Gobierno hubiera explicado a los grupos parlamentarios la posición que iba a adoptar antes de que la conociéramos por el reino alauita, ¿el PNV hubiera compartido que la propuesta autonomista es “la más seria, creíble y realista para la solución del conflicto”?

No, le hubiéramos dicho que se equivoca, porque no es real. Para empezar, no es realista porque se trata de un país del que sabemos su nivel democrático. ¿De verdad es real una autonomía del Sahara? Creerlo es muy difícil cuando Marruecos ha sido el que ha estado poniendo todas las dificultades para llegar a un acuerdo. Ayer decía el presidente que había habido 14 intentonas de nombramiento de alto representante, y no ha sido posible. No se ponían de acuerdo las partes. Digamos las cosas como son. De 14, 13 veces ha sido Marruecos el que se ha negado al nombramiento, no el Polisario. Entonces, eso quiere decir que mucha voluntad no habría. Ni ha habido voluntad tampoco de llegar a un acuerdo con el censo. ¿Entonces, qué credibilidad es esa? No, le diríamos además que lo que tiene que intentar, si cree que las posiciones españolas están comprometidas o que hay determinados intereses que exigen ciertos movimientos, es hablar con las partes y no abdicar de su responsabilidad. Y también explicar al Polisario tiempos, maneras… Dar incluso soporte a que verdaderamente pueda llegarse a una solución acordada y no desposicionarse de la neutralidad y decir que la solución es Marruecos y lo que ofrezca Marruecos.

¿Hay algún avance en el compromiso del Gobierno para reformar la ley que regula las actividades del Centro Nacional de Inteligencia o cree que fue solamente una patada hacia adelante para acallar las críticas por el escándalo y la reprobación del Parlamento?

Bueno, ellos tenían que hacer algo. Nosotros nos adelantamos presentando una modificación concreta. Y es que verdaderamente la ley se ha quedado obsoleta si atendemos a las técnicas que están a disposición de los servicios secretos y que el control se hizo de aquella manera. Un control previo de aquella manera y sobre el que además todavía me pesa el secreto de la Comisión. Pero, me encantaría explicar cómo, efectivamente, se hizo. Como le dije al presidente, está claro que el juez no sabía qué estaba aprobando. Lo podría explicar muy fácilmente porque lo vi en los documentos de la comisión y lo pregunté, pero resulta que no puedo. Luego hay informes del CNI que los puede tener la prensa, pero yo estoy obligado al secreto. Yo he accedido a unos documentos que estaban la mitad tachados, que puede ver sólo durante 15 minutos y hacer unas preguntas. Pues aún así, hay algunas certezas. No es una sospecha, es una certeza. No puedo porque me tomo en serio lo del deber de secreto de la comisión, cosa que no se toma ni el propio gobierno a veces.

¿Es creíble que el presidente del Gobierno no fuese informado de que estaba siendo espiado el presidente de la Generalitat?

El CNI, al final, es un brazo del Gobierno, que evidentemente es muy delicado y hay que utilizarlo para lo que se debe, no para beneficio propio. No es o no debería ser un ente autónomo que funciona como le da la gana porque al final, con todo ese poder, ¿qué es lo que vamos a crear? Una especie de pequeño gobierno en paralelo. Hay informes, yo imagino que semanales o incluso más frecuentes, que se pasan al presidente del Gobierno. A mí la verdad es que no me cuadra. Y si eso ha pasado, yo me preocuparía no solo por el control judicial del CNI, sino por los métodos de funcionamiento porque estábamos hablando de un tema que tiene mucho de componente político. El presidente no tiene que meterse en el quién, qué o cómo, pero evidentemente tiene que estar informado. Y si hay un tema que tiene componente político y no lo hiciera estaría abdicando de su función.

¿Cuesta creer que si la información la tenía la ministra de Defensa, no la elevase el presidente del Gobierno?

Eso entiendo yo, pero se me escapan los mecanismos internos. En una lógica normal y habitual. Creo que tanto usted como yo pensamos que eso debería ser así.

Sobre todo que, en ausencia de un relato oficial, los ciudadanos son libres para especular sobre lo que ha podido pasar, ¿no?

Sí. Además los relatos oficiales muchas veces tampoco son creíbles. Normalmente, lo que sucede es lo que uno puede deducir por una lógica muy sencilla. Las cosas suelen ser mucho más sencillas de lo que parece.

Después del escándalo Pegasus, ¿puede Sánchez recuperar la confianza de la mayoría que hizo posible su investidura, especialmente la de ERC, que parece autoexcluido de esa alianza tácita?

Algo, desde luego, tiene que hacer. Y lo mejor es dar un carpetazo tomando medidas en este asunto. Dar las explicaciones pertinentes a quien se las tenga que dar en un ámbito o en otro, levantando secretos de documentación oficial, que no hace falta que se lo pida un juez, y tomando medidas en el plano legislativo. En el fondo, lo que nosotros le estábamos haciendo cuando presentamos el proyecto de ley de modificación de la que regula el CNI es poner una pista de aterrizaje a todos. Esa podría ser una pata de la solución. Pero luego aquí se mezclan muchas cosas. También los tiempos electorales que se van acortando. Ya queda año y medio de legislatura y no sé cómo evolucionará el tema, pero evidentemente el ir a trancas y barrancas y dejando esto como una especie de nebulosa, no es la situación ideal. Pero, claro, es que aquí tenemos un giro de guión cada semana que ya veremos cómo acaba.

¿Y en ese giro de guión ve posible la aprobación de los Presupuestos Generales para 2023?

Lo que sí veo es que es muy probablemente que la legislatura vaya a durar hasta el final. No sé si con un partido en el Gobierno, con dos partidos, con presupuestos o sin presupuestos… No descarto que pueda haber presupuestos, pero aunque no los hubiera al ser los actuales expansivos y con la adenda de los fondos europeos, el Gobierno tendría margen. No para sacar muchas leyes, pero sí para sobrevivir hasta final de legislatura.

¿Han empezado ya los contactos con los grupos parlamentarios para la aprobación del techo de gasto?

Con nosotros, al menos no, pero hay que tener en cuenta que todavía las reglas europeas están relajadas y por lo tanto, estamos todavía con un año de margen. El asunto será cuando esto acabe, que tendrá que acabar porque además, tal y como van evolucionando los números en cuanto a inflación, ya ha habido algunos avisos. Hay que estar preparados para eso.

Ya sé que usted es de los que cree que Sánchez acabará el mandato, ¿pero el resultado de las elecciones andaluzas, podría cambiar el paradigma de la política nacional?

Siempre estamos diciendo esto cada vez que hay una elección autonómica, léase Madrid o de más… 

Después de las de Madrid en 2021 hubo consecuencias. De hecho, Sánchez afrontó una crisis de gobierno.

Sí, pero fíjese que recuerdo que la última entrevista que usted me hizo coincidió precisamente con aquello. Y también hubo movimientos internos en el posicionamiento del propio Partido Popular. Evidentemente, un resultado que no fuera muy bueno para el Partido Socialista no le coloca en una posición. Lo que no entiendo es la obsesión por parte de la izquierda en general de estar hablando continuamente de lo mal que están, lo mucho que discuten y cómo lo tienen que arreglar. Esto y lo de '¡que viene Vox!'. Cuando no está Vox en la discusión política ni se le espera en un debate, de repente es la propia izquierda quien la invoca. Sinceramente, no lo entiendo. Porque al final reposicionan al adversario. Yo estoy desconcertado, sinceramente, por cómo están actuando algunos partidos. ¿Le puede interesar al PSOE? Pues yo creo que no le interesa al país ni a la sociedad, y eso debería ser lo que tuviera en la cabeza todo partido político. Pero ya sé que al PSOE no le interesa otra cosa que no sea la polarización entre PP-Vox y yo. Eso no es bueno socialmente hablando desde una mirada de futuro.

Ese interés no lo entiendo. Son los propios grupos gubernamentales los que generan este tipo de cosas. Incluso ahora lo estamos viendo quizás porque avanza la legislatura. Ese desmarque dentro del propio gobierno por parte de Podemos, en lugar de llevar esos temas a una discusión interna del gobierno. Lo dije en el discurso de investidura: habrá cosas posibles y otras cosas que no. Pero, oiga, esto no consiste en yo voy a llevar mi programa electoral y mi ideario hasta el final porque no tiene usted mayoría. Y desgraciadamente esto hay partidos políticos que no lo han entendido y van sacando su bandera. No entiendo el harakiri que se está haciendo la propia izquierda.

Antes deslizaba la idea de que la legislatura puede llegar hasta el final del mandato, pero no con los dos partidos de la coalición en el Gobierno. ¿Tiene la sensación de que Unidos Podemos está construyendo el relato de la ruptura?

Esto pasa siempre. A medida que se acerca una elección, los partidos intentan distanciar más el mensaje para presentarse como una alternativa diferenciada. Esto es normal. Si ha empezado demasiado pronto o no, pues no sé. Ya veremos cómo evoluciona.

Se lo pregunto de otra manera, ¿la legislatura puede aguantar pero la coalición no?

Podría ser. Depende de cuál sea tu visión a medio y largo plazo, pero es que el PSOE debería ser más valiente. Si tomara decisiones que no tienen por qué ser radicales en cuanto a ideología, pero sí radicales en cuanto a transformación del Estado, se lo pondría muy difícil a los demás. Quiero decir, todo lo que está pasando, por ejemplo, alrededor de la jefatura del Estado y la Monarquía, podría izar una bandera que la mayoría social entendería. No se trata de Monarquía o república, sino de que hay que desarrollar legislativamente lo que hay y adecuarlo a los tiempos actuales. Podría ser más valiente, dejaría con margen a sus socios parlamentarios y lideraría algo. Sin embargo, se queda siempre a medias y parece que al final lo que ayuda es siempre a que salgan las posiciones del Partido Popular y más conservadoras.

¿Le augura algún futuro la candidatura de Yolanda Díaz para ese Frente Amplio de la izquierda o ve demasiado ruido y poco aterrizaje? 

Lo que veo es mucho paso adelante y atrás. Que desde luego las relaciones no son buenas entre ellos es evidente. Lo vemos todos, no solo los que estamos en los escaños, sino también los periodistas. Es evidente que ella tiene una imagen buena en estos momentos ante determinada parte de la opinión pública y que ahí hay una baza. Lo que veo complicado es el encaje de que vaya junto a Podemos tanto por las relaciones personales como por el propio proyecto. Hay un problema en lo personal y en lo ideológico, y será complicado. 

¿Qué le penaliza más a Pedro Sánchez, el ruido interno dentro de la coalición o el deterioro de la situación económica?

La situación económica siempre es trascendental para predecir el futuro de un partido político. Le pasó también a Zapatero. O se aprovecha bien el tema de los fondos y se ve el efecto ya el año que viene o puede haber problemas. Estamos viendo la inflación, que se va a poder contener un poco, y tendremos que ver el efecto del desacople gasístico que creo que sí lo va a tener, pero no vamos a volver al cero o a cifras que podamos ignorar. Y por lo tanto eso lo que va a exigir es que tengamos que tomar medidas estructurales…

¿En qué sentido?

Bueno, pues que no podemos andar con decretos ucranianos cada tres meses.

¿Recortes?

Habrá que priorizar determinados asuntos y habrá que proyectar en el tiempo determinados gastos fijos que pueda haber. Y habrá que hablar de un pacto de rentas, pero no como se está hablando ahora. Lo que no puede ser, porque lo que hemos visto en los últimos años, es un desacople cada vez mayor entre rentas altas y otras bajas que se han estancado. Con las rentas bajas no podemos jugar a un pacto de rentas. A parte que eso es jugar a lo que muchas veces ha estado haciendo España, que es competir en materia económica en base a salarios. Si para algo tenían que servir los fondos europeos era para transformar la economía y hacerte más competitivo. Hay demasiada lentitud y demasiadas trabas burocráticas, y eso que se modificó la ley. Ayer se lo dijimos al gobierno: hay 11 PERTES anunciados, pero solo ha salido la convocatoria de tres y solo se ha cerrado uno. Vamos muy lentos, y ahora viene el verano. Ahora viene todo el tema de la adenda, que eso va a deuda. ¿Cómo lo van a hacer? Creo que no se están tomando con la debida celeridad las medidas. Si eso no sirve para transformar el tejido, habremos dejado pasar la gran oportunidad y además el año que viene no se van a ver los efectos, y el gobierno puede llegar un poquito exhausto por el tema económico. Entonces, no es tanto que te ganen los demás, sino que pierdas tú.

¿Hay efecto Feijóo?

Pues no sé. La verdad es que yo tampoco veo grandes cambios porque parece una cara amable, pero luego sus declaraciones son en la misma línea que lo que había antes. Hombre, yo creo que los medios le están dando aire en estos momentos, pero es la ventaja del nuevo. Eso nos pasa a todos.

Los medios y la demoscopia

Las prisas son las mismas. Parece que le conocemos de toda la vida y no le conocemos. Yo no lo conozco, él ha estado metido en un mundo diferente, en Galicia, con sus propias dinámicas, con mayorías absolutas y con un esquema de medios de comunicación que es el que es. Ahora está más expuesto. En los primeros momentos, más o menos, puedes llevar un poco la imagen más impoluta, pero a medida que pasa el tiempo te tienes que mojar cada vez más. Y esto es más selvático, qué quiere que le diga. Esto va muy rápido, más rápido que nunca.

¿El problema de Feijóo, como el de Casado, sigue siendo Vox?

El problema es para el Estado y para la sociedad. ¿Para el PP? El PP se ha creado ese problema. Quiero decir que, si desde un primer momento hubiera tenido clara cuál es su personalidad, en qué cree y cuáles son los principios que nunca va a rebasar, hubiera sido distinto. Pero lo ha hecho al revés, le ha dado carta de naturaleza y dado por bueno. Se ha confundido con él y ha confundido al electorado. El problema se lo han creado ellos solitos.

¿Una posible alianza del PP-Vox en Andalucía después del 19J puede lastrar las posibilidades del nuevo líder del PP en su tránsito hacia la Moncloa?

Lo que vaya a suceder en las próximas elecciones no lo sabemos. Pero que le va a cerrar determinadas alianzas, evidentemente. Por ejemplo, con nosotros. No necesitaremos ni hablar. Si lo que va a hacer es aceptar un gobierno con Vox, pues ahí no hay margen. Pero bueno, ya lo ha hecho. El primero que dio el primer paso con un apoyo de Vox fue Moreno Bonilla. Imagino que él aspira, evidentemente, a no necesitarlos, pero desde luego si les necesita, los va a aceptar. Ya han perdido la vergüenza en Castilla y León. Eso no sé si le beneficia en un plano, pero en otros, no le va a beneficiar en absoluto.

El PP normalizó, en efecto, la presencia de Vox en las instituciones, ¿pero no cree que esa normalización ya está asumida por la sociedad?

Claro, sin duda. Esto se pudo evitar en un momento determinado, pero en estos momentos hay líneas que ya se han rebasado y se puede decir cualquier cosa o se puede estar promoviendo la intolerancia y la anulación del adversario. A muchos les ha interesado. Hay dos responsables: el máximo el PP, por no haber puesto pie en pared y, luego el PSOE, que también ha dado cancha a Vox y lo han tenido en la boca siempre que ha podido por interés electoral. Eso es lo que a mí me cabrea. Bueno, me cabrea… Me enfada mucho. Se está pensando mucho más en el corto plazo electoral que en el propio país. 

¿Qué explicación encuentra para que todas las instituciones del Estado durante meses remaran a favor de los intereses de Juan Carlos para que no se le imputase hasta 13 delitos y ahora, de repente, la Agencia Tributaria haya decidido reclamar información sobre las cacerías que le regalaron después de la abdicación?

Lo que demuestra todo lo que ha pasado alrededor de la jefatura del Estado y cómo se ha ocultado es que lo de democracia plena, en fin… A cualquier otro ciudadano no se le hubieran perdonado esas actuaciones mientras que a él ni se le puede acusar. La culpa ha sido de los dos grandes partidos, que lo han tapado y que hicieron una Transición deprisa, corriendo y de tapadillo porque ya sabían todo. La responsabilidad es de los dos [PP y PSOE] y de los medios de comunicación, que también tapaban todo y lo sabían. Si a alguno nos llegaban algunas cosas, luego no se querían publicar. Tampoco manifestaciones de determinada gente o diferentes artículos. Ha habido una censura impresionante durante décadas. Pero, dicho esto, por qué ahora el cambio. Hombre, porque ir a Sanxenso a Ji, ji, ja, ja… ¿Explicaciones de qué? Ja, ja, ja… Pues supongo que esto el gobierno no le ha hecho mucha gracia. Me imagino que irá por ahí, digo yo. Pero bueno, en Moncloa le podrán explicar más. O en el Ministerio de Justicia.

Entiende que es una forma de frenar ese ímpetu de regresar a España, pues…

Más bien del exhibicionismo que resultó todo aquello. Con las acusaciones que pesan sobre Juan Carlos I y sobre todo porque ha estado trabajando para su bolsillo cuando debía hacerlo a “full time” para el Estado, hombre… Evidentemente, debía gestionar con este o aquel país la cartera de pedidos para empresas españolas, pero sin quedarse un duro en el bolsillo. ¿Si lo hiciera el presidente del gobierno lo entenderíamos? No lo entendería nadie. Diríamos que a este caradura le pagan ya por ser presidente del Gobierno. Por cierto, que le pagan poco. Eso también lo digo. ¿Y el jefe del Estado sí puede enriquecerse y pedir comisiones? 

El Partido Nacionalista Vasco cree inaplazable limitar la inviolabilidad del jefe del Estado, incluso ha puesto sobre la mesa la posibilidad de reformar la Ley del Poder Judicial para que no haya que hacerlo a través de una reforma constitucional. ¿Ve alguna disposición en el Gobierno de Pedro Sánchez para que esto salga adelante?

Lo dudo. Pero creo que hay que empezar a decirlo. Esta interpretación tan amplia de la inviolabilidad no se sostiene. Si uno repasa los debates constitucionales... se pasó por el Título II con demasiada prisa. Eran los tiempos que eran y nadie quería poner en cuestión nada. Ahora hay que interpretar la inviolabilidad en un sentido acorde a la sociedad actual. Y lo que tiene que suponer es todo lo relativo a los actos refrendados y a los actos políticos también que no sean refrendados. En su ámbito privado debe estar sujeto, como todos los demás a la ley. ¿Aforado? Por supuesto. No lo vamos a llevar a los juzgados, pero tendrá que ser ante el Tribunal Supremo. Además, yo creo que a la monarquía le convendría normalizarse ¿Qué problema tienen con eso? Tiene que estar sujeto a los tribunales en sus actos privados. No se ha hecho una ley de la corona, no se han desarrollado los artículos de la Constitución como se ha hecho con otros títulos. Pues, hagámoslo. Hay algún ex ministro de Justicia que ha dicho lo mismo que estamos diciendo nosotros. Yo creo que el PSOE se equivocaría, y el PP también si no atendiera a estos temas. Y la propia Casa Real debería ser la que dijera, adelante.

¿PP y PSOE pretenden blindar a Felipe VI como lo hicieron los partidos de la Transición con Juan Carlos I?

Ciertamente blindado, está bastante blindado.

Me refiero al inmovilismo para abordar, por ejemplo, el asunto de la inviolabilidad

Ese temor a hablar sobre lo que podría pasar en la familia real ya ha desaparecido. Vemos todos los días series, los 'tomates' están arriba y abajo... eso ya no existe. Por lo tanto, uno puede intentar blindar y seguir el mismo discurso, pero lo que va a conseguir es que en el ámbito de la sociedad cada vez se vea con mayor distancia a la monarquía. Y llegará un momento en el que la ciudadanía no le vea ninguna utilidad a la institución. Igual Felipe VI podría haber tenido alguna idea imaginativa para evitar esto, pero la única idea imaginativa que tuvo fue el discurso sobre Cataluña, que fue lo más nefasto que pudo haber. 

¿Es el PSOE en este momento el principal sostén de la institución monárquica?

Esto lo he dicho un montón de veces. Y no sólo sobre este asunto, también otros temas de Estado que requieren reformas estructurales. El PSOE tenía la sensación de que había una especie de turnismo, que estamos en los tiempos de Cánovas y Sagasta. Y, bueno, ahora por ti y luego por mí. Ya se lo dijo Espinosa de los Monteros el otro día a Bolaños: os creéis el sistema. Es que Vox sí se cree es el sistema y tiene razones para creerlo. El deep state existe. Hay ámbitos en los que no se han hecho reformas y si tú, al final, vas heredando los mecanismos y las formas, pues claro, los socialistas las pasan canutas muchas veces, incluso para nombrar cargos intermedios en el gobierno. 

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