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Arrimadas afronta unos meses cruciales para Ciudadanos: equilibrios con Ayuso en Madrid y con Sánchez y Casado en el Congreso

La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, en una rueda de prensa en la sede del partido.

Carmen Moraga

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Inés Arrimadas se enfrenta a unos meses difíciles. En Madrid, la coalición con el PP sufre cada día que pasa mayores tensiones y las desavenencias entre la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, y el vicepresidente y líder regional de su partido, Ignacio Aguado, ya no se disimulan. Mientras tanto, a nivel nacional, la dirigente de Ciudadanos está jugando otras cartas. Por un lado, intenta distanciarse de Pablo Casado y ha decidido apoyar la comisión de investigación del caso Kitchen, el espionaje a Luis Bárcenas por parte del Ministerio del Interior durante el Gobierno de Mariano Rajoy. Por otro, sigue empeñada en negociar con el Ejecutivo de Pedro Sánchez unos Presupuestos Generales del Estado “moderados” para evitar dejarlos en manos de “Podemos y sus socios separatistas”, mientras ERC se está empleando a fondo para dejar a Ciudadanos fuera de la ecuación.

Desde hace semanas Arrimadas ha optado por mantener un perfil político bajo. Está dejando las comparecencias ante los medios de comunicación después de las reuniones semanales del Comité Permanente en manos de sus segundos espadas Edmundo Bal o Melisa Rodríguez, que se están encargando de dar explicaciones tanto de los conflictos que vive la coalición de Gobierno en Madrid como de su determinación de negociar las cuentas públicas. Y eso a pesar de que Sánchez ha traspasado todas las líneas rojas que Ciudadanos le puso como condición para sentarse: nada de mesa de diálogo en Catalunya y mucho menos de indultar a los presos del procés.

Este lunes, era la portavoz nacional del partido la que tenía que salir al paso de estos dos espinosos asuntos. Melisa Rodríguez no pudo ocultar la evidencia de que hay graves discrepancias con el PP en la coalición de Gobierno en Madrid. “Somos socios pero no se puede estar de acuerdo al 100% en todo”, justificó. El último choque de trenes ha sobrevenido como consecuencia de la decisión de la presidenta regional de recurrir el confinamiento perimetral de la capital y otros nueve municipios, que Aguado no comparte. “Las restricciones de movilidad de hoy salvan vidas mañana”, escribió el vicepresidente madrileño este domingo en su perfil de Twitter, un día después de que el Consejero de Asuntos Sociales, Alberto Reyero, de su partido, diera un portazo y dejara el cargo, quemado y cansado de la situación interna que reina en el bipartito desde que estalló la pandemia. Y no ha sido el único cargo que en estas semanas ha tirado la toalla.

A esto hay que sumar el 'olvido' de Ayuso de avisar al Consejero de Economía —también de Ciudadanos—, Manuel Giménez, de la 'cumbre' económica que estaba preparando para esta semana en Madrid con importantes empresarios. Diputados de Ciudadanos reconocen en privado a este diario que la cohabitación entre ambos partidos en Madrid es cada día peor y la situación se hace “insostenible”, por lo que el fantasma de nuevas elecciones sobrevuela en el ambiente.

Sobre la otra posibilidad, una moción de censura, Arrimadas no quiere oír ni hablar ya que sería promovida por el PSOE con Más Madrid y Unidas Podemos, con los que no quiere unir su suerte. No obstante, para que prospere esa hipotética moción los tres partidos de la oposición solo necesitarían contar con tres votos más a favor para alcanzar la mayoría absoluta (67 escaños). Tres 'disidentes' de Ciudadanos que estuvieran dispuestos a dejar caer a Ayuso, un escenario que los de Arrimadas ven “casi imposible”.

La dirección de Ciudadanos no quiere romper los pactos con el PP en ninguna de las cuatro comunidades donde gobiernan juntos. Y esgrime que si no ven oportuna la moción de censura contra Pedro Sánchez que ha presentado Vox en el Congreso tampoco pueden apoyar una iniciativa igual en Madrid porque sería “incoherente”. Sobre todo “en unos momentos tan delicados como los que atraviesa España como consecuencia de la COVID-19”, explican.

La realidad es que en el partido que se autodenomina “liberal” no quieren de ninguna manera alinearse con la formación de extrema derecha, sobre todo después de comprobar que las encuestas les dan una notable subida por primera vez desde las elecciones del 10N como consecuencia de su giro estratégico. Además, reconocen que les viene bien alejarse de esa foto fija de “las tres derechas” en la que se les ha encasillado y prefieren marcar su propio camino, haciendo “política útil”, como les gusta decir.

Aunque Arrimadas afirma que mantiene con Casado unas “relaciones muy buenas y fluidas”, su decisión de apoyar la comisión de investigación sobre el caso Kitchen ha sentado muy mal en Génova. “Nosotros siempre hemos advertido de que nunca nos vamos a oponer a que se investiguen los casos de la corrupción, vengan de donde vengan”, sentencian en Ciudadanos, donde ponen de relieve y ejemplo el hecho de que también han respaldado al PP —aunque sin éxito— para que el Congreso investigue las finanzas de Podemos, supuestamente irregulares. Ese apoyo a una investigación al PP puede enfriar los planes de ambos partidos para cerrar una coalición en Catalunya, como está reclamando Carlos Carrizosa, el candidato a la Generalitat que acaba de imponer la líder de Ciudadanos en sustitución de Lorena Roldán sin necesidad de repetir las primarias.

Junto a todos estos frentes, la líder de Ciudadanos tiene por delante otra complicada papeleta. Ver cómo explica a su electorado su determinación a pactar los Presupuestos con Pedro Sánchez si finalmente el Gobierno tramita el indulto para los presos del procés, modifica el delito de sedición o inicia la mesa del dialogo —la “de la vergüenza”, como la han bautizado en Ciudadanos— con los partidos nacionalistas e independentistas catalanes. Unas líneas rojas que Ciudadanos siempre había puesto para cerrar cualquier pacto con el presidente del Gobierno y líder del PSOE. “Sánchez tiene que elegir si opta por unos presupuestos moderados y centrados con Ciudadanos o se entrega a las medidas populistas de Podemos o de los separatistas, que quieren hacer daño a España y solo defienden sus propios intereses”, es el mantra que repiten los de Arrimadas. Pero en el grupo parlamentario saben que sentarse a negociar esas cuentas es una gran oportunidad para que se les visualice y poder rentabilizar al máximo sus diez diputados.

“Hay rumores de que se intenta minar la negociación de los Presupuestos con Ciudadanos, por eso vamos a seguir poniendo sobre la mesa esa posibilidad”, afirmó la portavoz nacional durante su comparecencia de este lunes. Melisa Rodríguez aludía a las declaraciones de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en La Razón asegurando que los Presupuestos “están ya pactados dentro de la coalición de Gobierno” y “muy hablados con los socios de investidura”, por lo que ha adelantado que “habrá cuentas nuevas y serán muy expansivas”.

Ante esta situación en Ciudadanos no se achican y retan al presidente a explicar “si prefiere acordar con los que solo defienden sus intereses y no los de España” o con ellos. “No vamos a darle la opción a Sánchez a que luego diga que no han tenido más remedio que pactarlos con Esquerra porque Ciudadanos no quiso”, ha dicho Arrimadas.

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