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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Catalunya nubla el horizonte de Rajoy en cuatro frentes: europeo, económico, territorial y político

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Rodrigo Ponce de León

No hubo acto de contrición ni autocrítica en la comparecencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de este viernes para valorar los resultados electorales que han devuelto a los independentistas catalanes la mayoría absoluta. Solo hubo un acto de fe en la ley como respuesta repetitiva del Ejecutivo al procés independentista.

El enroque de Rajoy coloca de nuevo el problema de Catalunya en la casilla de salida pero con consecuencias agravadas. Fuentes del Partido Popular admiten que las elecciones catalanas del 21D han nublado el horizonte político del Ejecutivo Rajoy en cuatro frentes: europeo, económico, territorial y político.

La Comisión Europea en boca de su portavoz, Alexanndre Winterstein, señaló que su “posición sobre la cuestión catalana es bien conocida y ha sido reiterada con regularidad, a todos los niveles. Y no va a cambiar. Tratándose de unas elecciones regionales, no tenemos comentarios que hacer”. El beneplácito de Europa es fundamental para que el Gobierno tenga respaldo para responder con contundencia política al independentismo, pero en el PP temen que en la guerra diplomática con los independentistas sea casi imposible explicar en Bruselas que Carles Puigdemont no puede ser investido como president de la Generalitat por su situación procesal tras la aplicación del 155.

En el entorno del Gobierno se espera que los independentistas tengan dificultades para formar gobierno ante las exigencias de la CUP y la situación judicial de algunos candidatos. Fuentes de Moncloa recordaron que “los partidos independentistas sabían perfectamente a quién colocaban en las listas y los problemas a los que se enfrentaban en los tribunales”.

El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, apuntó que “no iba a entender nadie ni en Catalunya ni en Europa que tras haber sido elegidos democráticamente, incluso en un proceso que ha convocado el Gobierno español, luego no sea respetada esa elección”. La puntualización de Esteban no es gratuita y afecta a un punto vital para el Ejecutivo de Rajoy: el frente económico.

“Ralentización del crecimiento”

En el Partido Popular apuntaron al difícil panorama económico que se presenta para consolidar el crecimiento económico en España los independentistas en la Generalitat. Los populares argumentan que la “huida de empresas” y la “ralentización del crecimiento” son hechos probados de las consecuencias del procés. Si uno de los ejes de gestión para Rajoy era la recuperación económica y la consolidación del empleo, los independentistas enturbiarán esta apuesta política. El propio Rajoy admitió que el objetivo de crecer al 3% en 2018 y crear 400.000 puestos de trabajo quedaba en entredicho si los independentistas llegaban al Govern.

En este punto vuelven los nacionalistas vascos. La intención de empezar las negociaciones de los Presupuestos de 2018 en enero, como priorizó Rajoy entre los objetivos políticos inmediatos, se puede ver frustrado ante la negativa del PNV a sentarse en la mesa si los dirigentes independentistas siguen encarcelados o no pueden ser investidos. Sin unas nuevas cuentas publicas, la consolidación del crecimiento se ralentizará.

El nuevo Govern va a desestabilizar también el debate territorial que Rajoy había conseguido acotar en el terrenos del modelo de financiación autonómica y en la comisión inane que los socialistas han puesto en marcha en el Congreso. El presidente ya avisó este viernes que no admitiría una reforma constitucional para “anular la soberanía nacional”.

Varios barones del PP añadieron que los independentistas se negarán a acudir a la Conferencia de presidentes autonómicos o a participar en las reuniones para estudiar el futuro sistema de cuentas autonómico como hizo Puigdemont en aras de mantener una relación bilateral Generalitat-Estado. “Van a ser una fuente de desestabilización en un momento importante para establecer el modelo territorial y de financiación del futuro”, apuntaba un dirigente regional del PP al término del recuento electoral.

“Ciudadanos: única posibilidad”

Finalmente, los resultados de las elecciones catalanas tendrán un efecto político en la formación conservadora. Aunque como es habitual en el Comité Ejecutivo Nacional que tuvo lugar el viernes nadie alzó la voz para mostrar su opinión ante la debacle del PP y la victoria de Ciudadanos, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y eterno delfín en la sucesión de Rajoy, mostró su disconformidad ante los periodistas con una frase demoledora que escenifica las debilidades del PP en Catalunya: “Los catalanes sabían que la única posibilidad de que hubiese un gobierno presidido por un partido constitucionalista era votar a Ciudadanos”.

El presidente del Gobierno trató de rebajar el impacto al señalar que “el PP es fuerte, no se inventó hace un cuarto de hora. Estamos en política desde que la democracia volvió en 1977. Sabemos lo que es ganar y perder. Estas han sido unas elecciones autonómicas en Catalunya, donde se ha dado la concentración del voto en una fuerza política que era el primer partido de la oposición, pero no tiene nada que ver con lo que pasó en las elecciones gallegas, por ejemplo. En las últimas elecciones generales Podemos quedó el primero en Catalunya y ahora han tenido un mal resultado. No son situaciones extrapolables”.

A pesar de las palabras de Rajoy, la posibilidad de que haya un reflejo de estos resultados en las elecciones municipales y autonómicas de 2019 está presente entre los barones regionales populares, que ha visto como la formación de Albert Rivera se convierte en una alternativa real al Partido Popular.

La aplicación del artículo 155 de la Constitución fue la respuesta de Rajoy ante las  acusaciones de inmovilismo en Catalunya. Los resultados electorales en Catalunya deberían obligar a Rajoy a moverse en otra dirección tras el fracaso de su estrategia. De momento, ha vuelto a la casilla de salida del “imperio de la ley”.

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