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Ciudadanos revive para pedir a la Unión Europea que no debata hacer oficial el catalán, el euskera y el gallego

La portavoz nacional de Ciudadanos, Patricia Guasp, atiende a los medios de comunicación. (Archivo)

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Ciudadanos, fuera de foco en los últimos meses tras su decisión de no presentarse a las elecciones generales, ha reaparecido este viernes para quejarse de la iniciativa del Gobierno para promover la oficialidad del catalán, el euskera y el galego en las instituciones de la Unión Europea. El partido ha enviado una carta a todos los Estados miembros de la Unión Europea para argumentar que esas lenguas no son oficiales en España sino cooficiales; para quejarse del coste que podría suponer la medida; y en la que asocia el movimiento a los intereses de partidos con “una historia teñida de populismo y euroescepticismo”. 

El partido, en franco declive tras los resultados del 28 de mayo y ya sin representación en el Parlamento, ha enviado esta misiva después de que el Gobierno alcanzara el jueves un pacto con Esquerra Republicana y Junts para hacerse con la presidencia del Congreso. Parte de ese acuerdo incluía el compromiso por parte del PSOE de registrar una petición a la presidencia del Consejo de la Unión Europea para que las lenguas cooficiales en España lo sean también de la Unión. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, presentó por escrito la solicitud durante la mañana del jueves para que sean los representantes de los Gobiernos de los Estados miembros quienes debatan este punto en la próxima reunión.

En el documento enviado, Albares solicita que se inicien ya los trámites y que este asunto se incluya en el orden del día del próximo Consejo, que se celebrará el próximo 19 de septiembre. La petición, si se aprueba, supondría que el catalán, el gallego y el euskera sean idiomas cooficiales de la Unión Europea: se podrían usar en el Parlamento Europeo, los representantes políticos podrán dirigirse en ese idioma a las instituciones comunitarias y los documentos oficiales serán traducidos también a esas lenguas.

A Ciudadanos no le ha parecido bien esta medida y por eso ha aprovechado la representación que le queda como partido en el Parlamento Europeo para enviar una carta a los 27 en la que les pide que dejen de lado el asunto. “Es prudente que el Consejo se abstenga de convertirse en una plataforma para deliberar sobre asuntos de política interna española. La Presidencia española del Consejo de la Unión Europea representa un momento transformador, a punto de acelerar los cambios estructurales esenciales para la evolución de nuestra Unión, un esfuerzo que merece toda nuestra atención y que no debería verse eclipsado por las motivaciones políticas de una administración interina”, defiende el partido.

A juicio de la formación liberal, esta iniciativa del Gobierno parte de su necesidad de “lograr ser elegido de nuevo con el apoyo de partidos nacionalistas” y advierte de que algunas de esas fuerzas “tienen una historia teñida de populismo y euroescepticismo”. 

Y añade un argumento más: esas lenguas no son oficiales en España sino cooficiales. “La Constitución española equilibra cuidadosamente la diversidad lingüística con la igualdad de derechos para todos los ciudadanos españoles. Reconoce formalmente la cooficialidad de varias lenguas habladas regionalmente dentro de sus territorios designados, al tiempo que designa el español como única lengua oficial a nivel nacional”, señala el texto. 

“Esa exigencia del Reglamento pretende garantizar que los Estados no traten de elevar el estatus de una lengua a escala europea cuando no pueden lograrlo en el país”, sostiene Ciudadanos, que afirma que “Sánchez y sus socios deberían primero aprobar ese reconocimiento a nivel nacional para acudir después a Europa”. “Tienen que iniciar un proceso de enmienda constitucional, reunir el consenso político necesario en el Congreso que, hasta la fecha, no existe”, apuntan.

Por último, critican el posible coste de la medida. “En la actualidad, los servicios lingüísticos y de interpretación ya suponen un gasto anual de aproximadamente 1.000 millones de euros. La introducción de tres nuevas lenguas oficiales aumentaría inevitablemente esta carga financiera, una preocupación que coincide con informes anteriores de la Comisión Europea. La asignación prudente de nuestros recursos resulta primordial para abordar los retos históricos a los que se enfrenta la Unión”, exponen en su carta.

Después de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo, el partido fundado por Albert Rivera entró en una fase acelerada de descomposición interna. El terremoto que provocó la insólita decisión de la Ejecutiva –refrendada por el Comité Nacional– de no presentarse a las próximas elecciones generales del 23 de julio tras la debacle sufrida en las últimas municipales y autonómicas ha ido llevando a algunos de sus dirigentes y cargos públicos a abandonar el barco antes de su definitivo naufragio. Las fugas comenzaron en Catalunya y en Madrid y todas, de momento, van en la misma dirección, es decir, hacia otros partidos de la derecha y la extrema derecha.

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