Mariano Rajoy se ha llevado el mayor varapalo electoral desde que llegó a la Moncloa. El presidente del Gobierno puede decir que su partido ha ganado en número de votos, pero en el camino se ha dejado más de dos millones y medio, el control de los grandes centros de poder que pasan a manos de la izquierda y todas sus mayorías absolutas. Los votos perdidos han pasado de casi ocho millones y medio a poco más de seis.