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PERFIL

Echenique, el físico que se convirtió en la voz de Podemos

El portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, este miércoles en el Congreso de los Diputados.

Andrés Gil

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Pablo Echenique (Rosario, Argentina, 1978), físico teórico, se encontraba hace diez años trabajando en el CSIC y escribiendo un blog sobre las dificultades que viven cada día las personas con discapacidad, bautizado como 'De retrones y hombres'. Unos meses después le sorprende el lanzamiento de Podemos, en enero de 2014, partido al que se incorpora a través del círculo de discapacidad. Pero cuando empieza a ser conocido es en Vistalegre 1, en octubre de 2014, cuando forma parte de la oposición crítica al equipo dirigente encabezado por Pablo Iglesias. En aquel momento, según cuentan en Podemos, Echenique propone algo que tiene incidencia desde entonces en el día a día del partido: que se trabaje con la herramienta de mensajería Telegram, algo que perdura hasta hoy. Según relatan, Echenique convenció al resto argumentando que era lo que usaba con sus amigos del CSIC por su mayor capacidad para compartir archivos y su compatibilidad con los ordenadores.

Echenique ha anunciado este miércoles que abandona la primera línea de la política, lo cual deja a Íñigo Errejón, líder de Más País, como único rostro visible de aquella asamblea fundacional de Podemos en el Congreso de los Diputados. El hasta ahora portavoz parlamentario de Unidas Podemos no tuvo un sitio en las listas para el 23J –Sumar colocó como cabeza de lista por Zaragoza a un representante de la CHA, Jorge Pueyo– y ha decidido volver a su puesto en el CSIC y dejar la política a su espacio de militancia.

“Lleva mucho tiempo apeteciéndome volver a poder investigar”, explica Echenique en conversación con elDiario.es: “Lo echo mucho de menos y veo con cierta envidia a la gente que está allí. Me apetecía, acaba mi etapa como diputado y más allá del trabajo militante que pueda hacer, no tendré representación institucional. Todo eso, junto con el cambio de ciclo que supone Sumar y el nuevo papel de Podemos, hace que todo encaje. Es una suma de cosas que encajan en un momento dado. Y han encajado ahora”.

Echenique, en aquellos momentos fundacionales de Podemos, participaba del espacio Sumando Podemos, en el que coincidía con miembros de Anticapitalistas, como Teresa Rodríguez y algunos otros como la exeurodiputada Lola Sánchez. Pedían una organización más descentralizada y asamblearia, frente al modelo de la dirección encabezada por Pablo Iglesias, que buscaba una organización más “eficaz” con la vista puesta en el ciclo electoral.

“Maduré”, relata Echenique: “Venía de fuera de la política y traía unos planteamientos infantiles, naifs, sin experiencia y sin mucho criterio. Es lo que era cuando entro. Venía de fuera del núcleo de la Universidad Complutense que crea el partido, venía de los círculos y tenía muy metido en mi manera de militar el enfoque más asambleario. Y lo que planteaba Pablo [Iglesias] exigía un tipo de organización que tenía que ser lo contrario. Para dar esa disputa hacía falta agilidad en los movimientos y decisiones rápidas para que no te maten. Luego lo entendí rápidamente, y me di cuenta de cómo funcionaba lo mediático, que se me estaba usando para dañar a Pablo Iglesias: se me abrían todas las ventanas mediáticas y Eduardo Inda [director de OKDiario] decía que era un ejemplo a seguir. Si no eres imbécil, se te empieza a meter un poco la mosca detrás de la oreja. Si los mismos neonazis que quieren que España sea una plutocracia dicen que Echenique es guapo, lo están haciendo para matar a quien puede conseguir que España deje de ser una plutocracia. Y ese es el viaje que yo hice”.

Echenique fue el quinto eurodiputado de Podemos tras aquellas elecciones de mayo de 2014. Y su presencia en el Parlamento Europeo sirvió para reformar despachos y edificios, que no estaban adaptados para personas en silla de ruedas. Menos de un año después de entrar en la Eurocámara, y tras renunciar a presentar una lista alternativa a la de Iglesias en el proceso interno tras Vistalegre I, Echenique ganó las primarias, en febrero de 2015, para la secretaría general de Podemos Aragón.

En aquel momento, Echenique entraba como miembro nato en el Consejo Ciudadano Estatal, máximo órgano entre asambleas de Podemos. “La gente que planteamos una alternativa lo hicimos con unos principios decentes, y mucha gente militante luego ha seguido siéndolo. Tito Morano, por ejemplo”, relata Echenique: “Sin reproche a lo que pensaba entonces, nadie tiene la obligación de aprender rápido, no todo el mundo tiene la suerte de tener a los mejores maestros. Pero tengo que decir la verdad: el enemigo tiene demasiados cañones y nosotros tenemos tirachinas, o te mueves rápido o mueres, y no hay transformación. Yo ahora lo veo evidente, por verlo en primera persona y tener los mejores profesores, el azar me ha dado eso”.

Echenique encabezó la candidatura de Podemos a las elecciones autonómicas de Aragón de mayo de 2015 y logró el 20,5% de los votos. Pero su recorrido político apenas acababa de empezar.

Desde su posición crítica inicial, va desarrollando una lealtad a Pablo Iglesias y el proyecto, hasta el punto de que el líder de Podemos lo propone para secretario de Organización estatal en marzo de 2016, después de la destitución de Sergio Pascual, quien fue pillado in fraganti operando de forma fraccionaria a favor de Íñigo Errejón y los suyos. Y se empieza a fraguar esa lealtad al equipo dirigente de Podemos de quien fue crítico en los inicios y que luego tampoco participó de ninguna de las operaciones que se fueron dando después para abandonar el partido. “Me resisto a hacer una teorización de la lealtad que tenga que ver sólo con lo personal”, explica Echenique: “Es evidente que yo quiero mucho a Pablo [Iglesias], a Ione [Belarra] y a Irene [Montero]. Pero, además de esa lealtad humana, que se puede dar en un partido pero también en una clase en la universidad o en una pandilla, y que es una virtud humana decente, también intento poner encima de la mesa la lealtad teorizada como virtud pragmática de la política transformadora”.

¿Qué significa eso? “Cuando tu proyecto busca redistribuir poder, riqueza y renta, y se está dispuesto a dar las peleas, aunque conlleve la muerte reputacional y tener a neonazis durante un año y medio en la puerta de tu casa... ¿Qué va a pasar? Que los medios, la judicatura y los sectores de la seguridad van a intentar destruirlo saltándose incluso la ley. ¿Y dónde concentran ese fuego? En el que está al frente. En una época como esta, en el siglo XXI, en la que la política está mediatizada, saben que si matan al jefe, matan al proyecto. Los comandantes nos llevamos un disparo, pero el jefe se los lleva todos. Si no estás dispuesto a proteger al que está al frente, entonces no sé qué haces ahí; si no estás dispuesto a hacer lo que hay que hacer para que el proyecto continúe, si vas a ponerte de perfil, o te vas a preocupar de tu propio perfil o de decir cosas que quieren escuchar en lugar de proteger al que está al frente, ese proyecto político durará menos que lo que duran 'dos peces de hielo en un whisky on the rocks', como decía Sabina. Y habrá que bajar la persiana. Y la oportunidad se acabó”.

“En mí han funcionado ambas pulsiones. La más humana, que tiene que ver con lo personal, pero también la pragmática, porque soy racional y hago el análisis de que, si no protegemos a Pablo, a Ione o a Irene, todo se acaba. Y la ventana que abrió el 15M se cierra y volvemos a lo de antes. Y no quiero eso”.

Echenique accede a la secretaría de Organización de Podemos en abril de 2016. Estaba a punto de producirse el pacto de los botellines, que selló la alianza electoral de Podemos con IU. Era un Podemos con 69 escaños y cinco millones de votos y una IU con dos escaños y un millón, cuyo líder era ya Alberto Garzón. A Echenique le tocó negociar aquella confluencia con el entonces secretario de Organización de IU, Adolfo Barrena, también aragonés: la negociación fue dura, pero ambos tenían el mandato de llegar a un acuerdo electoral, que se produjo a tiempo de las elecciones del 26J de 2016. Consiguieron cinco millones de votos –uno menos que por separado el 20D de 2015– y mantuvieron los 70 escaños.

Los números en el Congreso eran los mismos que en la moción de censura que se produjo dos años después –junio de 2018–, pero el PSOE prefirió sacar a Pedro Sánchez de la secretaría general con el fin de abstenerse para la investidura de Mariano Rajoy antes que intentar formar Gobierno mirando a su izquierda y a las fuerzas catalanas y vascas.

Ahí Echenique aún no era diputado en el Congreso. Era diputado autonómico, secretario general de Aragón, y el secretario de Organización estatal que propuso el método de votación Desborda con el que se celebró Vistalegre 2, en febrero de 2017, que terminó con la victoria del equipo de Pablo Iglesias sobre el de Íñigo Errejón: “Soy un poco workaholic, y ya desde mucho antes de Podemos tuve que aprender a priorizar, porque como no puedes hacer la misma cantidad de cosas a lo largo del día que alguien sin mi enfermedad, no te queda otra que dejar de hacer muchas cosas. Para eso, tienes que tener muy ordenada la lista de prioridades. Lo traía de fábrica por persona con discapacidad. Y me permitió sacarme una plaza en el CSIC o un doctorado. No me gusta nada el relato de la superación, simplemente se trata de currar mucho y estar organizado”.

“La maldición que he tenido es que somos pocos y hemos tenido menos estructura que cualquier otro partido”, argumenta Echenique: “Y cuando pasa eso, los jefes, que son los que están sometidos a presión, normalmente tiran de aquel que saben que va a resolver más rápido y con mayor eficacia. Y es una maldición para la gente que resolvemos, que nos llueven las tareas. Y a los jefes no les puedes decir que no. Soy un soldado, no le puedo decir que no a Pablo si me dice que haga un programa o negocie un Gobierno. ¿Qué le voy a hacer?”.

Echenique encabeza la lista de Unidas Podemos al Congreso por Zaragoza en abril de 2019, y es nombrado portavoz parlamentario. Esa legislatura acaba siendo corta y se repiten las elecciones en noviembre de 2019, después del veto de Pedro Sánchez a que Iglesias estuviera en su Consejo de Ministros, lo cual marcó las negociaciones entre PSOE y UP. Unas negociaciones en las que tuvo un papel protagonista el propio Echenique –con Ione Belarra–, y que se produjeron al poco de dejar la secretaría de Organización para asumir la de Programa: “Siempre he sabido que todo el capital político que tengo como Echenique no me lo he ganado yo, no es mío, es por formar parte de Podemos, me lo ha dado Podemos, y no puedo disponer de ese capital como si fuera mío, no lo puedo hacer. Sería un delirio por mi parte decir: 'No, no, estoy aquí porque yo lo valgo; tengo 600.000 seguidores en Twitter porque soy guapo y un campeón'. Si eres consciente de que toda tu capacidad de acción política y comunicativa proviene de que estás inserto en un proceso político y social, lo único decente es poner tu capital así ganado al servicio de ese proyecto político. Hemos visto muchos casos en política en los que eso no ha pasado, gente que ha tenido todo su capital gracias a Podemos y lo ha invertido en otro banco”.

Si bien las negociaciones del verano de 2019 no fructificaron, después de las elecciones del 10 de noviembre de 2019 todo se aceleró, y dos días después se anunció un acuerdo entre el PSOE y UP para el primer Gobierno de coalición de la restauración democrática, que tomó posesión en enero de 2020, el primer Gobierno con partidos a la izquierda del PSOE en más de ocho décadas. Ese Ejecutivo ha desempeñado una potente agenda legislativa –más de 200 leyes–, pero, a juicio de Echenique, aún quedan tareas pendientes: “La lista es larga. Me molesta no haber conseguido regularizar al medio millón de personas en situación administrativa irregular que vive en España. Me parece lamentable, desde el punto de vista de los derechos humanos y la decencia. Que no hayamos conseguido, por el PSOE, dar derechos a esa gente, es una espina que me llevo. Pero me llevo más, como que el ingreso mínimo vital haya sido diseñado de manera tan burocrática por parte de Escrivá, que haya visto modificado su alcance por la casi criminalización del pobre, desvirtuando mucho algo que nos podía haber situado en la vanguardia de los avances sociales”.

Espacios de poder

Pablo Echenique considera que la cuestión de fondo “es la posibilidad de acceder a los espacios de poder”. ¿Y eso en qué se traduce? “Lo que me habría gustado es que hubiéramos conseguido que Iglesias hubiera sido presidente del Gobierno. ¿En el contexto europeo y español actual era posible? A lo mejor no, igual lo único que podíamos conseguir es lo que conseguimos, un Gobierno de coalición subordinado al PSOE. Incluso si hubiéramos ganado las elecciones, y en 2016 estuvimos a punto, nos habrían hecho un cordón sanitario. De hecho, casi pasó cuando el régimen reventó al PSOE para lograr la abstención a Rajoy”.

“Eso es lo que me habría gustado, que un proyecto político que de verdad quiere redistribuir el poder y dárselo a la gente, de manera republicana y democrática, hubiera podido presidir este país”, prosigue Echenique: “No pasó, a lo mejor no podía pasar, pero ¿quién sabe lo que pasará en el futuro? En 2019 la posición de entrar en un Gobierno sólo la defendíamos cuatro locos, y ahora parece evidente. Igual a la siguiente vez al PSOE no le queda más remedio que ser la parte minoritaria; tampoco soy inocente, sé que los poderes que trabajarían para que eso no pasara serían igual de feroces o más que hasta ahora, esto es evidente”.

Después de las elecciones de este domingo, del 23J, Podemos ha logrado cinco escaños dentro de la coalición con Sumar. “La política da muchas vueltas”, comenta Echenique: “Hace nada Feijóo era rey del mambo y ahora se ha puesto un collar de hierro porque Ayuso va a por él”. ¿Y habrá Gobierno? “Tengo la duda de qué piensa Pedro Sánchez, si puede negociar algo con Junts y conseguir esa abstención. Por otro lado, te vas a una legislatura con mayoría del PP en el Senado y cada votación dependiendo de Puigdemont. He hecho la cuenta y la mayoría plurinacional contando a los que apoyaban las leyes habitualmente en esta legislatura, sin contar al BNG, eran 188. Y ahora son 171. Si las hemos pasado canutas para mayorías estos años, imagínate ahora. Hemos sacado votaciones sin ERC, pero ahora sería imposible. La pregunta es si Sánchez de verdad lo va a intentar o va a analizar que le conviene repetición. La negociación no es fácil”.

Durante todos estos años, Echenique también ha sido conocido por sus tuits, algunos de ellos objeto de polémica: “Voy a seguir siendo militante de Podemos y voy a seguir haciendo política. Hablaré más de ciencia, y seguramente no tendré que usar Twitter como hasta ahora. En comunicación política, importa más desde dónde se dice algo que qué se dice. No tiene el mismo impacto Echenique diciendo algo en Twitter desde fuera de la política institucional y sin cargo que diciéndolo como portavoz del grupo parlamentario. Eso va a conllevar otro funcionamiento de mi comunicación pública, pero también soy mayor como para cambiar, ya pasó esa época en la que uno cambia”.

En efecto, el Twitter de Echenique siempre lo ha llevado él mismo. Uno de sus antiguos colaboradores recuerda: “No me dejaba ni escribirle las declaraciones antes de una intervención. Todo lo hace él, la propuesta de texto siempre era suya. Igual que en redes. Su famoso Twitter es solo suyo, todo lo que haya que celebrar o reprochar es a él [risas]”.

En este tiempo de relevancia pública, Echenique también se ha visto envuelto en algún asunto judicial. Uno de ellos acabó en octubre pasado, cuando el Tribunal Supremo decidió anular la condena del portavoz de Unidas Podemos en el Congreso a indemnizar con 80.000 euros a los familiares de un hombre asesinado en 1985. “Hablamos de hechos que tuvieron lugar hace 35 años, que se refieren a una mujer que fue violada”, había respondido Echenique en una rueda de prensa a una pregunta directa como muestra de apoyo a Pilar Baeza, involucrada en la muerte y candidata de Podemos a la alcaldía de Ávila en las elecciones municipales de 2019. Los jueces decidieron estimar el recurso del parlamentario y exonerarlo, con el apoyo de la Fiscalía, al considerar que no fue una comunicación proactiva sino una respuesta a una pregunta de un periodista.

Y el otro caso tiene que ver con una multa de 11.040 euros a la Seguridad Social por no contratar a su asistente, que abonó el dirigente de Podemos después de retirar el recurso de casación ante el Supremo. Echenique explicaba que se trataba de una relación “autónomo-cliente” y que con los criterios aplicados por el tribunal “todo el mundo debería contratar laboralmente a los fisioterapeutas, a los masajistas o a los profesores particulares de matemáticas que prestan servicio a domicilio de manera intermitente pero más o menos regular y estos deberían firmar un contrato laboral con cada uno de sus clientes simultáneamente”

El futuro

¿Y ahora qué? ¿Qué va a hacer Echenique a partir de ahora? “Voy a ser un militante de Podemos toda mi vida”, responde: “Estoy convencido de que es el único proyecto estatal verdaderamente transformador de este país. Yo creo que es imposible ampliar derechos de la mayoría social, mejorar las condiciones materiales de vida, de la gente más vulnerable, hacer que nuestros compatriotas vivan mejor, sin plantear una confrontación con el poder para dar acceso a las clases populares a los espacios de poder. Cualquier persona que no sea imbécil sabe lo que es el poder y si no se le disputa a esa minoría de derechas, cualquier avance de derechos puede ser flor de un día. Y a día de hoy, desde mi punto de vista, el único proyecto político que tiene lo que hay que tener para dar esa pelea es Podemos. Eso es lo que hay que hacer, otra cosa es que nos maten o no nos maten, pero la respuesta es tan evidente que no admite ninguna discusión”.

“Cuando hablo de disputar el poder”, relata Echenique, “me refiero a los medios de comunicación, a los jueces, a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, a la monarquía, a la cúpula del ejército, a los sectores podridos de los servicios de inteligencia y a los poderes económicos. Lo digo porque hay otra izquierda que está vendiendo al pueblo español que el único poder que hay que disputar es el poder político, y eso es de una inocencia infantil. Podemos esto lo dice en voz alta y por eso nos quieren matar. Si solamente quieres tener un puñado de diputados y algún ministerio y hacer alguna medida social, entonces el verdadero poder sabe que no le vas a plantear ningún problema y entonces no te dispara. Esa es la diferencia fundamental entre nosotros y los demás. Nosotros somos los únicos que estamos planteando una transformación profunda en clave democrática del conjunto del sistema como única manera de que los avances sociales se conviertan en permanentes”.

Y añade: “Siempre voy a ser un militante de Podemos y siempre voy a estar a la orden de lo que necesite el proyecto de mí. En esta nueva temporada, será en mi tiempo militante y en función de lo que mis obligaciones como investigador me lo permitan. Y lo que Ione me pida, lo haré”.

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