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Errejón y la Fiscalía piden la absolución definitiva en la denuncia por la supuesta patada

Imagen de archivo de Íñigo Errejón (i) y el denunciante durante el juicio

Alberto Pozas

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La Fiscalía y el diputado Íñigo Errejón han pedido a la Justicia que la acusación sobre una supuesta agresión a un vecino del barrio madrileño de Lavapiés quede enterrada definitivamente tras ser absuelto. Tanto el Ministerio Público como la defensa del líder de Más País han solicitado a la Audiencia Provincial de Madrid que confirme su absolución y rechace el recurso presentado por el denunciante, coincidiendo en el mismo argumento: que no hay ninguna prueba que demuestre que en 2021 el político propinó una patada en el estómago al denunciante tras rechazar hacerse un 'selfie' con él pocos días antes de las elecciones autonómicas madrileñas.

El juez Fernando Fernández firmó la absolución de Errejón el pasado mes de mayo tras estudiar las pruebas y concluir que nada demuestra que el político madrileño propinara una patada en el estómago a un vecino de Lavapiés, tal y como había proclamado el propio denunciante dentro y fuera del juzgado. Según su versión de los hechos, intentó hacerse una foto con el líder de Más País e insistió cuando él se negó. Fue entonces cuando, según la acusación rechazada por el juez, Errejón le pegó una patada en el estómago y se marchó de allí con sus acompañantes.

El juicio, celebrado en la Plaza de Castilla de Madrid, dejó una imagen distinta. Un vecino del denunciante afirmó haber presenciado la patada y una testigo relató cómo pudo verle encorvado y supuestamente dolorido. Todos los acompañantes de Errejón, sin embargo, explicaron que el político se enfadó por las malas formas del denunciante pero que en ningún momento le agredió. Las pruebas demostraron que la versión inicial del vecino de Lavapiés, que llegó a acusar al político de provocar la interrupción de su tratamiento médico de quimioterapia, no se sostenía.

La acusación ha llevado el caso hasta la Audiencia Provincial de Madrid y tanto Íñigo Errejón como la Fiscalía han pedido que la absolución sea declarada firme. “La sentencia es plenamente conforme a derecho, por lo que debe ser confirmada”, dice el Ministerio Fiscal reprochando al recurrente que intente que la Justicia “acepte, sin inmediación de la prueba personal practicada, su valoración de la prueba, interesada como parte que es”, en sustitución del magistrado que llevó las riendas del juicio.

El resultado del juicio, durante el cual la Fiscalía pidió la absolución del político por falta de pruebas, no permite acusar a Errejón de haber agredido al hombre: “Solo queda acreditado que el denunciante vio al señor Errejón y le pidió hacerse una fotografía juntos y ante la negativa del denunciado se inicia una discusión entre ambos”, refleja el Ministerio Público. Las declaraciones testificales, añade, son “claramente contradictorias”, como ya dijo el juzgado en su sentencia al afirmar que “es obvio que alguien no dice la verdad, pero no quién”.

La defensa del líder de Más País y diputado del Congreso también ha impugnado el recurso de A.D.C. contra la absolución del político. Un escrito en el que acusa al denunciante de pedir “sin más trámite ni justificación, se sustituya una sentencia absolutoria en la instancia por otra sentencia, dictada en sede de apelación, y esta vez de signo condenatorio”. Un recurso y una petición que, según su defensa, “resulta, simple y llanamente, imposible de atender. Transgrede abiertamente la legislación procesal”. Su versión de los hechos, explica, “no se apoya en ningún dato objetivo”.

El escrito de impugnación de la defensa de Errejón apunta también al denunciante por, según afirma, intentar hacer creer a la Justicia y a la opinión pública que la supuesta patada tuvo unas consecuencias inexistentes para su delicado estado de salud por la enfermedad que padecía. “El planteamiento del denunciante ha sufrido una progresiva degradación conforme avanzaba el procedimiento y se iba confirmando que nada de lo que decía tenía correspondencia con la realidad”, reprocha la defensa de Errejón. Por ejemplo, aportando fotografías que supuestamente probaban las consecuencias de la patada y que el juez no consideró como prueba válida: “Esta estrategia tan grotesca, tan pueril y tan indecente de manipular unas imágenes para simular una lesión que nunca ha padecido fue la que ha seguido durante buena parte de las actuaciones”, dice el escrito de los representantes legales del político.

Apunta también la defensa del político a la actitud del denunciante en sus declaraciones ante los medios de comunicación que dieron por válida su denuncia. “Ha sido de todo menos discreto y ha ido alimentando con sus entrevistas y las fotografías en las que exhibía los estragos de una terrible intervención quirúrgica y que, sinceramente, lamentamos, este victimismo que desde un inicio ha querido sacar partido”, reprocha la defensa. Su conducta, zanja antes de pedir la firmeza de la absolución, ha sido “la de intentar hacer pasar la secuela de una operación por los síntomas de una lesión que afirmaba que el Sr. Errejón le había causado, y probablemente obtener una indemnización, de modo que muy confiable su actitud no parece”. 

Absuelto por falta de pruebas

Íñigo Errejón, que desde el principio de este procedimiento ha buscado mantener un perfil mediático bajo hasta el momento del juicio en cuanto a la evolución de la causa, fue absuelto por el juzgado por falta de pruebas. El magistrado estudió los testimonios y concluyó que, ante la falta de cualquier prueba fiable, no había posibilidad de condenar al político tal y como pedía el denunciante. Durante el juicio, el vecino de Lavapiés afirmó que Errejón le había propinado una patada “de desprecio” y el político negó haberle agredido a pesar de todos sus intentos para provocarle después de negarse a hacerse una fotografía con él.

El juez explicó que la versión de los testigos de la defensa y los de la acusación –obligados por ley a decir verdad– eran completamente incompatibles y que alguno de ellos mentía, decantando la balanza a favor de la versión del político. La resolución también rechazaba acusar a ninguno de los testigos de un delito de falso testimonio.

El proceso judicial contra el político terminó en un juicio por un delito leve de maltrato y con la Fiscalía pidiendo su absolución. En un primer momento iba a ser juzgado por la misma magistrada que había llevado a cabo la breve fase de investigación pero finalmente el caso cambió de manos al entender que su papel en la tramitación de la causa podía derivar en algún tipo de nulidad.

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