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Crónica

La gestión de la crisis del espionaje pone a Robles en la diana

La ministra de Defensa, Margarita Robles, atiende a los medios en el Congreso

Iñigo Aduriz

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El escándalo del espionaje a 66 dirigentes independentistas, abogados y periodistas a través del sistema Pegasus, desvelado la semana pasada por el grupo de investigadores de Citizen Lab, se ha vuelto insostenible para el Gobierno tras las presiones de sus socios para que se asuman ya responsabilidades en forma de dimisiones. En la diana de todos esos grupos, pero también del socio minoritario del Ejecutivo, está la ministra de Defensa, Margarita Robles, de cuyo departamento depende el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), único organismo español con opciones de adquirir el citado sistema de espionaje israelí, que solo puede ser comprado por los servicios de inteligencia de los países.

La cabeza de Robles ha sido pedida directamente por el dirigente espiado con mayor peso institucional, el president de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonès. Pero también por ERC, el partido de Aragonès, la CUP y el BNG. Otro de los socios del Ejecutivo, EH Bildu, exige depurar responsabilidades, considera que “las confianzas están rotas” y que el escándalo “pone en riesgo la gobernabilidad”.

Incluso Unidas Podemos, socio de coalición del PSOE en el Ejecutivo, ha pedido que “rueden cabezas” apuntando directamente hacia Robles, aunque sin pedir directamente su dimisión. Si bien Moncloa evita por el momento pronunciarse sobre Robles, dirigentes socialistas sí mostraron este miércoles su malestar por la actitud de la ministra ante el espionaje y por sus respuestas a la oposición sobre este asunto, informa Irene Castro.

Toda esta tormenta política se produce en un momento delicadísimo para el Gobierno, a horas de la votación del jueves de la convalidación del real decreto que recoge las medidas para hacer frente a las consecuencias de la guerra en Ucrania, con ayudas millonarias para distintos sectores. El texto llega al Pleno sin los apoyos necesarios para ser refrendado en el Congreso, y socios habituales del Ejecutivo como ERC y EH Bildu condicionan ese respaldo a que Moncloa aporte la claridad suficiente ante el escándalo del espionaje, promulgando investigaciones públicas y propiciando ceses y dimisiones que, por el momento, no se han producido.

La presión sobre la ministra de Defensa ya era importante a primera hora del miércoles, tras sus recientes intervenciones públicas defendiendo la legalidad de todas las actuaciones del CNI y asegurando no tener nada que ocultar acerca del escándalo del espionaje. Pero su respuesta a la diputada de la CUP, Mireia Vehí, este mismo miércoles, durante la sesión de control al Ejecutivo, fue considerada como un punto de inflexión por parte de las fuerzas a la izquierda del PSOE y las formaciones nacionalistas e independentistas.

La ministra acusa a la oposición de “hipocresía”

Robles fue elevando el tono a lo largo de la sesión, donde le fueron realizadas cuatro preguntas. Y en la última, formulada por Vehí, pareció justificar el espionaje a dirigentes independentistas. Tras acusar a la diputada de la CUP de hablar de espionaje sin aportar pruebas, Robles aseguró lo siguiente: “Mire, ya que se rasga usted las vestiduras, yo le pregunto. ¿Qué tiene que hacer un Estado, qué tiene que hacer un Gobierno cuando alguien vulnera la Constitución, cuando alguien declara la independencia, cuando alguien corta las vías públicas, realiza desórdenes públicos, cuando alguien está teniendo relaciones con dirigentes políticos de un país que está invadiendo Ucrania?”

De sus palabras se puede interpretar que se refería al expresident de la Generalitat Carles Puigdemont –uno de los 66 espiados–, que supuestamente fue quien mantuvo contactos con la Rusia de Vladímir Putin –que su entorno minimiza–y que llamó a la movilización ciudadana instigada por grupos como Tsunami Democràtic cuando se conoció la sentencia que condenó a los independentistas vinculados al procés, produciéndose graves disturbios en las calles de Catalunya durante varios días.

Durante el Pleno la ministra acusaba a la CUP de practicar la “hipocresía” y de aprovechar el escándalo para sus pretensiones independentistas. “Les viene muy bien aparecer como víctimas, pero nunca les he visto defender los principios básicos del estado de derecho ni los derechos y libertades de todos los ciudadanos”, les ha dicho Robles a los diputados de la CUP. A juicio de la ministra, eso sí lo hace el Gobierno, así como “defender los derechos de todos los ciudadanos”. “Y si hay un Gobierno que apuesta por el cumplimiento de la legalidad es este”, ha añadido. Además, ha instado a las fuerzas independentistas a acudir a la Justicia: “Si ustedes tienen duda, vayan a los tribunales”, ha zanjado.

Previamente, el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, había preguntado a Robles “qué ha sido de la juez progresista que era” ante la actitud que está manteniendo a raíz del escándalo del espionaje. Esteban acusaba al Gobierno de hacer “un flaco favor a la democracia” al no dar más explicaciones sobre el espionaje e insinuaba que el Ejecutivo es responsable de las escuchas. A continuación, Robles respondía que “lo que a una juez progresista le escandaliza es que se hagan acusaciones sin pruebas”, por lo que también exigía a Esteban que demuestre esa supuesta implicación del Gobierno en el espionaje a través del sistema Pegasus.

La ministra también garantizó que tanto el Gobierno como sus organismos públicos cumplen la ley y emplazaba a la comisión de secretos oficiales del Congreso –cuyos miembros se elegirán este jueves tras el desbloqueo impulsado por la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, para reducir la mayoría necesaria– para poder dar todas las explicaciones, ya que, según apuntó Robles, las actuaciones del CNI están sujetas a secreto por ley. “A lo mejor muchos de los que ahora dan lecciones tendrán que callarse cuando se vea las actuaciones que han tenido”, avisó.

Aragonès la ve “incapacitada políticamente”

Las declaraciones de Robles enardecieron a todos los sectores afectados por el espionaje. El president de la Generalitat, Pere Aragonès, pedía la dimisión de la ministra al considerar que está “incapacitada políticamente para seguir” en su cargo y para gestionar “el peor escándalo de espionaje de las últimas décadas”. Era la primera vez que el Govern y su president ponían nombre a las dimisiones que llevan una semana pidiendo por el espionaje.

En la sesión de control al presidente catalán, en el pleno del Parlament, Aragonès tachaba de “insultantes” las palabras de Robles en el pleno del Congreso sobre esta cuestión, por lo que aseguró que debe “asumir responsabilidades”. “Y si no las asume ella, se las deben hacer asumir, porque recuerdo que hay un presidente que le otorgó la confianza a esta ministra y que no está respondiendo”, indicó el jefe del Govern.

El portavoz del Grupo Republicano en el Congreso, Gabriel Rufián, considera que las declaraciones de la ministra ante el Pleno del Congreso y “el menosprecio de los últimos días” ante la demanda de explicaciones por parte de los republicanos y del conjunto del Govern de la Generalitat “demuestran que sería una gran ministra en un gobierno de PP y Vox”. “Su posición es insostenible”, zanjó.

El cuestionamiento de la ministra de Defensa llegó también por parte de Unidas Podemos. El presidente del grupo confederal en el Congreso, Jaume Asens, tras escuchar la intervención de Robles en el Parlamento, realizó la siguiente reflexión a través de un mensaje en Twitter en el que comparó a la dirigente del Gobierno con el exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, implicado en la llamada Operación Catalunya contra dirigentes independentistas, así como en el caso Kitchen de espionaje al extesorero del PP Luis Bárcenas: “Hoy Fernandez Díaz ha vuelto al Congreso de los Diputados reencarnado en Margarita Robles”.

Minutos después, el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados, Pablo Echenique, consideraba que “dado el cariz que han tomado los acontecimientos” relacionados con el espionaje a 66 dirigentes independentistas “va a ser inevitable que haya asunción de responsabilidades políticas”.

Aunque evitaba pedir directamente la dimisión de la ministra de Defensa, Margarita Robles, Echenique consideraba que “parece inconcebible que este tema, con la gravedad que tiene, se vaya a zanjar sin responsabilidades políticas”. “Tiene que haber una investigación a fondo y tienen que rodar cabezas”, aseguró en declaraciones a la prensa. “Se ha comprometido la seguridad y la ministra ha justificado el espionaje masivo por motivos políticos”, lamentaba. Por ello, el portavoz de Unidas Podemos insistía en reclamar una “investigación y responsabilidades de los que supieran de esto y dieran la orden” de espiar.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, insiste también en que es necesario investigar antes de solicitar cualquier dimisión. “Siempre digo, una vez que se investigue, si hubiera que depurar responsabilidades, que se depuren, pero primero tenemos que investigar”, ha asegurado durante una visita a Berlín.

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