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Yolanda Díaz: “Los ministros los debe decidir cada partido, aun sabiendo que es el presidente quien nombra y cesa”

Yolanda Díaz, en una imagen el pasado mes de marzo.

Aitor Riveiro

Las negociaciones entre el PSOE y Unidas Podemos no han comenzado y las presiones entre ambos espacios no paran de crecer. La dirigente de Galicia en Común Yolanda Díaz (Fene, A Coruña, 1971) responde por teléfono a eldiario.es. Díaz, una de las principales colaboradoras de Pablo Iglesias, apremia a Pedro Sánchez para que arranquen ya las conversaciones, rechaza vetos de nombres entre las partes e insiste en la necesidad de tener presencia en el Consejo de Ministros: “Sólo desde ahí se puede cambiar la vida de la gente”.

La diputada, que acudirá a la ronda de consultas con el jefe del Estado en representación de Galicia en Común, rechaza un apoyo externo a un Gobierno de Sánchez en solitario. “Ya lo hemos tenido con sonoros incumplimientos por parte del PSOE”, dice en referencia a la experiencia tras la moción de censura.

Pablo Iglesias y Pedro Sánchez quedaron en comenzar las negociaciones después del 26M. ¿Han comenzado ya?

Que yo sepa, no. Pese a la necesidad de que nos pongamos a esclarecer un poco el panorama, sobre todo porque en breve comenzarán las consultas con el jefe del Estado. Hay que tener alguna claridad sobre el escenario que se avecina.

Sánchez tendrá que llevar más o menos una aproximación de los apoyos que tiene cuando se reúna con el jefe del Estado. ¿Cree que el PSOE está retrasando deliberadamente la reunión?

Supongo que no. El PSOE ha querido ganar tiempo. Entiendo que no quisiese entablar una negociación entre dos procesos electorales. Pero ahora mismo el tiempo apremia. Las consultas del jefe del Estado fuerzan a saber con qué apoyos cuenta Pedro Sánchez para la investidura.

Sobre esta ronda de contactos en Zarzuela. ¿Galicia en Común acudirá como sujeto propio a esas reuniones?

Sí, iremos como Galicia en Común. Asistiré yo misma.

Ustedes sostienen que un acuerdo con el PSOE pasa por el Gobierno de coalición. ¿Este planteamiento es inamovible? ¿Irán hasta el final y votarán en contra de una investidura de Pedro Sánchez si se niega al Gobierno de coalición?

La cuestión es para qué queremos estar en el Gobierno. Y tenemos tres enormes razones para estar en el Gobierno. La primera es para garantizar estabilidad a un Gobierno en minoría de Pedro Sánchez. La segunda, que es la más importante para nosotras, es que la sociedad española necesita abordar los nuevos retos de transformación y los enormes problemas que tenemos, desde la precariedad laboral hasta la enorme desigualdad o nuevos retos que tienen que ver con la transición ecológica. Y hay una tercera cuestión que para nosotros también es clave y que es de una enorme trascendencia. Hay que darle salida a Catalunya.

¿Y ustedes cómo garantizan la estabilidad?

La estabilidad se puede garantizar por dos vías. Una, con el apoyo de Ciudadanos, pero sería una regresión en la sociedad española y una consolidación de las políticas neoliberales que hicieron sufrir tanto a la gente. Además, estaría condicionada por el oportunismo de Albert Rivera, que se impondría en el primer momento en el que vislumbrara alguna posibilidad de tumbar al Gobierno.

Hay una segunda vía de estabilidad que representamos muy bien las mujeres y hombres de Unidas Podemos. En los últimos meses, de lo que ha presumido el PSOE es de los logros que les hemos arrancado nosotras en el acuerdo presupuestario. Sería impensable que España tuviese un incremento del SMI sin Unidas Podemos

Estar en el Gobierno no es un fin en sí mismo, es imprescindible con humildad y con la representatividad que nos corresponda, como garantía de cambiar las cosas. Porque sólo desde el Gobierno se pueden cambiar las cosas.

Este jueves la ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, daba por muerta la opción de derogar la reforma laboral de 2012, y la de 2010 ni se menciona. ¿Es posible un Gobierno de coalición que cumpla ese programa contra la precariedad mientras estén dentro personas como Calviño?

Las personas no son relevantes. Lo relevante son los programas que acordemos. La ministra se equivoca y da las mismas recetas que el Banco de España, las mismas recetas que los llamados mercados. En definitiva, las mismas recetas que han empobrecido a nuestro país.

Es un tremendo error lo que dice. Igual que nos decían que con la subida del SMI íbamos a poner en jaque la economía y se ha demostrado que se ha azuzado el consumo, al margen de lo mas relevante, que es que mejoramos un poquito la calidad de vida de los trabajadores. Para estrechar la desigualdad social que tenemos en nuestro país es imprescindible eliminar los aspectos que lo impiden y que tienen que ver con la reforma laboral. Hay un tercio de la población asalariada que es pobre y tiene que depender de los servicios sociales o de una ONG para atender sus satisfacciones vitales. No abordar la preferencia del convenio del sector, no abordar la ultraactividad, no abordar la precariedad vinculada a las empresas multiservicios y a la subcontratación o los falsos autónomos es decirle a nuestro país que el futuro que tenemos es sin derechos.

España ha salido de la recesión, pero los españoles y las españolas no hemos salido de la crisis y ahora además no hay ninguna disculpa porque España sigue creciendo más que la media europea. Ha llegado el tiempo de revertir los recortes y los sacrificios que han sufrido los pensionistas, los pensionistas, los trabajadores y la mayoría social.

José Luis Ábalos insiste en que el plan A es un gobierno socialista en solitario, pero ha abierto la puerta a aceptar a integrantes de Unidas Podemos sin usar la fórmula del Gobierno de coalición. ¿Estarían dispuestos a aceptar un gobierno con miembros de Unidas Podemos sin Pablo Iglesias?

Entendemos que ellos quieran gobernar en solitario. Es muy respetable. El problema es que la sociedad española está diciendo que no quiere gobiernos en solitario. El CIS del jueves lo ratifica rotundamente y todavía más entre los votantes socialistas, que dicen con claridad que quieren un gobierno de coalición y además con Unidas Podemos.

Sería conveniente que en la negociación cada formación respete a la otra. Nosotras somos humildes y sabemos que tenemos casi cuatro millones de votos y 42 escaños en el Congreso de los Diputados. Y nos colocamos en el parangón europeo, donde prácticamente todos los gobiernos tienen fórmulas de coalición. Si la gente no tiene miedo al Gobierno de coalición sería inexplicable que el PSOE se aleje de la ciudadanía en nuestro país y, lo que es más tremendo, se aleje de lo que decían sus votantes.

Portugal es una excepción que además ustedes han reivindicado como ejemplo de gobierno. ¿Por qué esa fórmula no les vale ahora?

Un gobierno a la portuguesa ya lo hemos tenido durante estos últimos meses y el resultado han sido sonoros incumplimientos por parte del PSOE. La única garantía para poder cambiar la vida de la gente y para cumplir los programas que firmamos es poder formar parte del Consejo de Ministros. Es el abc de la democracia. Lo que me gustaría es que Pedro Sánchez tenga altura de miras y escuche lo que quiere su país.

La cuestión es si ustedes admitirían que no estuviera Pablo Iglesias siempre dentro de ese Consejo de Ministros.

Las negociaciones han de ser absolutamente respetuosas. Lo que no puede haber en ninguna negociación son vetos. Durante los meses que hemos negociado con el PSOE no incorporáramos vetos en cuanto a las personas que formaban parte de la negociación. No sería democrático que desde Unidas Podemos le dijésemos al PSOE que votamos a una determinada persona que formaba parte del equipo de negociación. Eso es una falta de respeto.

Las personas tienen que estar previamente definidas por cada parte sabiendo perfectamente que es el presidente del Gobierno el que nombra y cesa ministros y ministras. Pero insisto, en las negociaciones no puede haber vetos en cuanto a las propuestas ni vetos en cuanto a las personas.

¿Qué le pareció la propuesta de Manuel Valls de darle apoyo a Ada Colau para que sea alcaldesa?

Colau ha dicho alto y claro que para abordar una salida a Catalunya hay necesidad de un gobierno plural y transversal entre ERC, Barcelona en Comú y el PSC. Y creo que esa es la propuesta adecuada.

¿Llegó a comprometerse Pedro Sánchez con Pablo Iglesias en aquella reunión en la Moncloa a un Gobierno en coalición?

Desconozco la conversación que han mantenido Pablo Iglesias y Pedro Sánchez. No me compete a mí además conocerla y desconozco los términos de la misma. Me ha quedado clara una cosa que ha dicho Pablo Iglesias y que ha pasado un poquito desapercibida: que ambos estaban de acuerdo en que era necesario ponerse de acuerdo. Creo que era un gran mensaje porque es evidente que con 123 votos no se puede gobernar este país.

O se ponen de acuerdo para dar una salida progresista a los retos que tiene nuestra sociedad o la garantía de estabilidad se la puede dar Ciudadanos

Hay una tercera opción, una repetición electoral. ¿No temen perder apoyos, como ya ocurrió en 2016?

En absoluto. Quien pierde la posibilidad de ser presidente del Gobierno es Pedro Sánchez. No nos gusta plantear un siguiente proceso de elecciones, pero lo que es evidente en que hay que ponerse de acuerdo. La sociedad española lo tiene muy claro y quieren gobiernos de coalición. Sería bastante decepcionante que el propio presidente del Gobierno en funciones no escuchara a su pueblo o tuviese miedo incluso a las propuestas que está formulando rotundamente la ciudadanía española.

El mismo CIS dispara la intención de voto al PSOE. ¿No creen que pueden perder la posición de influencia y de fuerza que tienen ahora?

El CIS dice también que Unidas Podemos crece y que se produce un debilitamiento absoluto del PP. El CIS trae muy buenas noticias.

En Unidas Podemos no le tenemos miedo a las elecciones. Eso lo conoce ya todo el mundo. El escenario de la repetición es evitable y no vamos a la negociación con este planteamiento, pero es evidente que la repetición de elecciones no nos va a hacer temblar las piernas. Insisto, o el presidente del Gobierno pacta con Ciudadanos, susaniza el PSOE y vuelve a una etapa anterior al Pedro Sánchez de antes de las primarias o caminamos en una dirección que creo que es la que espera y desea todo el mundo.

La pregunta es por qué Sánchez no escucha lo que quiere la gente y no escucha a sus bases y el “con Rivera, no”. Si opta por que la estabilidad se la dé Albert Rivera habrá una enorme decepción en los votantes socialistas

¿La posición de negociación de Unidas Podemos es unitaria? El martes Alberto Garzón dijo que primero habría que analizar el programa y no cerró la puerta a un Gobierno socialista.

Yo creo que Alberto tenía razón y todas estamos diciendo esto. En nuestra lógica primero hay que ver el programa, es decir, el para qué. Y después vendrá el Gobierno. Lo que queremos es llegar al Consejo de Ministros para cambiar la vida de la gente porque sólo desde ahí se puede cambiar la vida de la gente. Claro que Alberto tiene razón. Más allá de los matices que tenemos, y no sólo matices partidarios sino también matices personales, estamos toda la dirección confederal remando en la misma dirección.

Para terminar. Decía antes que Galicia en Común irá como sujeto propio a la ronda de consultas del rey. ¿Hacia dónde camina el espacio político en Galicia? Han perdido tres diputados estatales y las tres alcaldías.

Con humildad, lo primero que debemos tener es mirada larga. Observar qué ha pasado, qué errores hemos cometido, qué cosas hemos hecho mal. Y a partir de aquí empezar a ensanchar el espacio. La clave es tener audacia y colocar los intereses de los gallegos y las gallegas por encima de las legítimas reivindicaciones de las partes.

Esta tarea es muy urgente ahora mismo porque estamos a escasamente un año de las elecciones gallegas y creo que tenemos la oportunidad con otras fuerzas políticas de gobernar la Xunta de Galicia. Este es el reto que nos tiene que preocupar.

En Galicia hemos sido los pioneros al acudir a esta herramienta que se llama unidad popular. Y cuando vamos unidas y anteponemos los intereses programáticos, lo hacemos con alegría y con el respeto de las partes, nos salen bien las cosas. Aprendamos de los errores que colectivamente hayamos cometido, pero hagámoslo ya porque en nada tenemos elecciones.

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