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Indignación en Bosnia por la promoción de un hotel que fue centro de tortura

Indignación en Bosnia por la promoción de un hotel que fue centro de tortura
Sarajevo —

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Sarajevo, 27 oct (EFE).- La promoción pública del hotel Vilina vlas, situado en la ciudad de Visegrad y usado durante la guerra de Bosnia (1992-1995) como centro de tortura y violación de mujeres musulmanas, ha causado indignación entre las víctimas.

En un intento de salvar la temporada turística en medio de la pandemia del coronavirus, el Gobierno regional serbio de Bosnia lanzó este verano un programa de ayudas para el sector hotelero, incluyendo vales para visitantes que se alojan en hoteles.

Entre los establecimientos apoyados desde entonces se encuentra el Vilina vlas, un hotel con spa, ubicado cerca del puente de Mehmed Pasha Sokolovic, una obra del siglo XVI que inspiró la famosa novela “El puente sobre el Drina” del nobel de Literatura yugoslavo Ivo Andric.

Mientras que Visegrad presenta el histórico puente otomano como principal atracción, nada en el hotel ni en su entorno recuerda las atrocidades que ocurrían en sus habitaciones hace un cuarto de siglo.

Ehlimana Memisevic, catedrática adjunta de Derecho en la Universidad de Sarajevo, considera que promocionar este hotel “equivale a borrar la Historia”.

En un artículo, la jurista asegura que se trata “de un nuevo intento de erradicar las atrocidades de la memoria pública” y recuerda que las violaciones “formaban parte de un sistema de crímenes cometidos con el objetivo de exterminar a la población bosnio musulmana”.

El hotel fue convertido en 1992 en un centro de reclusión de mujeres por el “señor de la guerra” local Milan Lukic, un líder paramilitar serbobosnio detenido en 2005 en Argentina.

UN HOTEL “BAÑADO EN SANGRE”

Bakira Hasecic, fundadora de la asociación “Mujeres víctimas de la guerra”, es una de las 200 víctimas que se estima que sufrieron violaciones sistemáticas en Visegrad.

En declaraciones a Efe recuerda el “horror” vivido allí en la primavera de 1992 y asegura que “el hotel estaba literalmente bañado en sangre”.

No oculta su malestar: “si al menos colocaran una placa conmemorativa, un monumento, alguna señal de que se asesinaba a la gente allí, y que las mujeres fueron violadas”.

“Yo no sé cómo uno puede alojarse aquí. Pero hay gente que lo hace. No tengo más comentarios”, concluye.

Hasecic fue violada en el sótano de una comisaría policial, pero la mayoría de las mujeres que sufrieron abusos sexuales en Visegrad fueron recluidas y violadas en Vilina vlas.

Otras mujeres incluso decidieron acabar con sus vidas, como Jasmina Ahmetspahic, que a los 24 años de edad se tiró del segundo piso del hotel tras ser violada durante cuatro días.

Al término de la guerra, Hasecic fundó su asociación para ayudar a las supervivientes de las violaciones, documentar los crímenes y presentar testimonios en los juicios por crímenes de guerra.

Tras su extradición a la Corte Internacional de La Haya, Milan Lukic fue condenado en 2009 a cadena perpetua y su primo Sredoje a 30 años de prisión por crímenes de guerra y de lesa humanidad.

Sus delitos fueron considerados de “extraordinaria brutalidad”: ambos participaron personalmente en el asesinato de unas 70 mujeres, niños y ancianos musulmanes, pero no fueron condenados por las violaciones sucedidas en Visegard.

UN SPA PARA TURISTAS

Un informe de la ONU de 1994 menciona Vilina vlas como centro de reclusión de mujeres, y que entre ellas había menores de 14 años de edad. También incluye el testimonio de una mujer que fue violada por nueve militares en un solo día.

Y en 2009, Amnistía Internacional pidió a la Fiscalía bosnia abrir una investigación de los abusos ocurridos en esa ciudad.

A pesar de todo, el lugar donde tuvieron lugar esos brutales crímenes fue reconstruido como un hotel con spa en 2005 y siguió recibiendo visitantes.

“¿Qué podemos hacer con el edificio? No tiene la culpa de lo que pasó”, asegura Bilal Memisevic, alcalde de Visegrad.

“¿Cuánta gente fue asesinada en el puente local en la Segunda Guerra Mundial y en 1992?

¿Y habría que destruirlo por eso?“, se pregunta en declaraciones a Efe.

“Sí, hay que señalar los lugares que fueron escenario de sufrimientos, pero es mucho más importante condenar a los autores de los crímenes”, dice Memisevic, que recuerda la cantidad de criminales que siguen en libertad hasta hoy.

Nedim Hasic

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