Sin paz para los civiles en Yemen dos años después del acuerdo de Estocolmo

Saná, 13 dic (EFE).- Dos años después de que las partes beligerantes en el Yemen alcanzaran su primer acuerdo de paz desde que se intensificó la guerra en 2015, las esperanzas para los civiles se desvanecen en un país que vive la peor crisis humanitaria del planeta.

La misión de Naciones Unidas para el Apoyo del Acuerdo de Al Hudeida (UNMHA), rubricado hace dos años en Estocolmo y que prevé un cese de hostilidades en esta provincia yemení, instó hoy al Gobierno del Yemen reconocido internacionalmente y a los rebeldes chiíes hutíes a “adherirse” a este pacto, que nunca ha sido implementado por completo.

“Se ha realizado un avance importante pero los desafíos continúan, incluidos los actos de violencia que ocurren de vez en cuando y que socavan el espíritu del Acuerdo de Al Hudeida”, señaló el presidente de la UNMHA y del comité de Coordinación y Despliegue de la ONU, Abhijit Guha, en su cuenta oficial de Twitter.

MÁS DE 5.000 MUERTOS DESDE LA FIRMA

En la ciudad portuaria de Al Hudeida, a orillas del Mar Rojo y corazón del Acuerdo de Estocolmo firmado el 13 de diciembre de 2018, los civiles siguen hoy muriendo y huyendo de sus casas.

El yemení Mubarak Ali, de 45 años, abandonó su hogar a las afueras del sur de Al Hudeida hace seis meses después de que los ataques y contraataques se intensificaran y las zonas residenciales fueran alcanzadas por proyectiles a diario.

“Salimos de nuestra casa y buscamos refugio con familiares fuera de Al Hudeida hasta que logramos mudarnos a Saná”, capital del Yemen y controlada por los hutíes, dijo Ali a Efe sentado en una habitación alquilada en la que vive con su esposa, dos hijas y un hijo.

“Nuestras esperanzas de paz se ha desvanecido con cada noche de bombardeos en nuestro vecindario”, aseveró.

Sameera Mashgani, de 35 años, solo hace cuatro meses que huyó de su casa al este de Al Hudeida para refugiarse en Saná junto a su familia.

“La vida aquí es difícil, no podemos permitirnos la comida y no podemos mendigar”, indicó a Efe.

El motivo por el que dejaron su hogar atrás, afirmó, es por su “seguridad” ya que allí les podrían haber matado “en cualquier momento por un proyectil o un fuego cruzado”.

Al menos 5.267 civiles yemeníes han muerto a causa de la guerra en el país dos años después de la firma del acuerdo de Estocolmo, según la ONG Norwegian Refugee Council (NRC).

Tan solo en los primeros nueve meses de este año al menos 620 civiles murieron por los choques entre las partes, de acuerdo con el Proyecto de Monitoreo de Impacto Civil (CIMP, por sus siglas en inglés), utilizado por la ONU para sus informes.

LOS “LOGROS” DEL ACUERDO DE ESTOCOLMO

Desde que comenzó la guerra a gran escala, a principios de 2015, el pacto de Estocolmo fue el primer acuerdo entre el Gobierno del presidente exiliado Abdo Rabu Mansur Hadi, respaldado por Arabia Saudí, y los hutíes que, alineados con Irán, controlan el noroeste más poblado del Yemen, un tercio del territorio del país.

El acuerdo estipulaba un alto el fuego y la desmilitarización de la ciudad de Al Hudeida, su puerto y los dos puertos vecinos de Salif y Ras Issa.

Asimismo acordaron que los hutíes se quedaban dentro de la ciudad y las fuerzas leales a la coalición en las afueras del sur y el este. Sin embargo, las hostilidades continuaron sin cesar en el frente.

Uno de los únicos logros de ese pacto ha sido, por el momento, detener la ofensiva de las fuerzas gubernamentales en el interior de esta estratégica localidad, que podría haber causado miles de víctimas civiles.

También se consiguió el mayor intercambio de prisioneros, llevado a cabo con la mediación del Comité Internacional de la Cruz Roja, en dos intensos días el pasado octubre.

Pero el canje fue de 1.056 prisioneros de guerra frente a los 16.000 acordados.

El conflicto en el Yemen comenzó a finales de 2014, cuando los hutíes conquistaron amplias parte del norte y el oeste del país, incluida la capital Saná, de la que fue expulsado el Gobierno, lo que llevó a la intervención en su favor de una coalición árabe en marzo de 2015.

Por Jaled Abdalá