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Rajoy cede a la presión y manda investigar las tripas del partido

El PP reúne a su cúpula en medio de la tormenta de los supuestos sobresueldos (EFE)

Luz Sanchis

Madrid —

Mariano Rajoy no ha tenido más remedio que ceder a la presión por el caso Bárcenas y ordenar una investigación dentro del PP. La tesorera, Carmen Navarro, revisará cada papel que se guarde desde el nacimiento del partido y mantendrá entrevistas con los que han formado parte de las distintas cúpulas. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, precisó que todos “tienen la orden de colaborar” y que las conclusiones de ese examen se harán públicas y se remitirán después a una empresa auditora para que la comprobación sea doble.

El PP parece haber abandonado la tesis de que “no hay nada que investigar porque no hay contabilidad opaca en el PP” como aseguró Cospedal hace sólo tres días. Hoy, en cambio, justifican que sí es necesario revisar “el sistema de retribución de directivos”. Es decir, Cospedal niega que existan sobresueldos pero anuncia que buscarán por si existen recibos firmados por cargos del PP a cambio de sobres con dinero.

El hecho de que Bárcenas esté imputado hace que el PP no vea necesaria una comisión parlamentaria de investigación, como ha pedido Alfredo Pérez Rubalcaba, porque dicen que sería “estéril”. Cospedal insistió mucho en que el PP hará lo que pueda “con los pocos medios” que tiene, “no somos la Policía ni podemos pedir que se pinche un teléfono, por ejemplo”, pero no cruzará palabra con Bárcenas.

Aguirre se calla dentro del PP lo que reclama fuera

Como prueba de que todos sus dirigentes están tranquilos, Cospedal subrayó que las nuevas medidas dictadas por Rajoy fueron muy aplaudidas y nadie discrepó. Ni siquiera lo hizo Esperanza Aguirre, que estos días se multiplica para pedir ejemplaridad y hasta proponer nuevas figuras en el seno del PP sin informar antes a nadie.

La presidenta del PP de Madrid había confirmado dos horas antes de empezar el cónclave de los conservadores que Manuel Pizarro había aceptado su propuesta de controlar los asuntos internos, como una especie de fiscal anticorrupción propio. Pero cuando llegó la hora de la verdad, ante su jefe y todos los barones del PP, Aguirre no habló. Sí lo hicieron otros barones como Alberto Núñez Feijóo, Alicia Sánchez Camacho o Luisa Fernanda Rudi, todos para pedir transparencia y alabar las virtudes de su formación.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha pedido comparecer en el Congreso después de que lo exigiera el PSOE y otros partidos. Su intención es dar cuenta de cómo funciona la regularización del dinero en la última amnistía fiscal. El PP ve indigno que los socialistas les acusen de haberla promulgado para beneficiar a Bárcenas.

Las anunciadas acciones judiciales del PP “contra todo el que difame” aún no se han concretado en nada. Los servicios jurídicos estudian la cuestión, después de amenazar el sábado en directo a El Gran debate, a través de un comunicado. Jorge Trias Sagnier, el ex diputado del PP, también puede verse afectado. Cospedal subraya que no le merece “ninguna credibilidad” y calificó las informaciones periodísticas de “especulaciones sin pruebas”.

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