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Rajoy pierde la condición de candidato a la investidura

Mariano Rajoy, durante un encuentro con el rey en el Palacio de la Zarzuela.

Luz Sanchis / Marcos Pinheiro

A partir del momento en que el Congreso rechazó por segunda vez a Mariano Rajoy, el líder del PP perdió formalmente la condición de candidato a ser investido presidente del Gobierno. La derrota del conservador vuelve a sumir al país en un paréntesis ya que ningún otro dirigente político está en condiciones de dar el paso. La proximidad de las elecciones vascas y gallegas y los cálculos que los partidos fían al resultado de esos comicios justifican que el rey vuelva a abrir otra ronda de consultas hasta octubre.

Como recuerda un portavoz de la Casa Real, el artículo 99 de la Constitución señala que la nominación de Felipe VI decae desde en el mismo momento en que el Parlamento vota y los apoyos son insuficientes. La lógica indica que el monarca dejará ahora pasar un tiempo para que los aspirantes reflexionen y se muevan en busca de respaldo. Hasta que se abra un nuevo periodo de consultas y alguno de ellos puedan informar al rey de que se ven con posibilidades de conseguirlo.

A por la cuarta ronda de consultas

En la legislatura fallida el rey llamó en tres ocasiones a los líderes de los partidos. La primera ronda comenzó el 18 de enero, casi un mes después de las elecciones del 20 de diciembre. Felipe VI se reunió con los portavoces de los grupos con representación en una ronda de consultas que se prolongó una semana. Bromeó con algunos sobre la posibilidad de volverles a ver de nuevo muy pronto, porque intuía que esas reuniones no acabarían en la celebración de un pleno de investidura. El viernes 22 de enero el rey acabó proponiendo a Rajoy para la investidura, pero este declinó.

“En este momento no estoy en condiciones. No solo no tengo una mayoría de votos a favor sino que tengo una mayoría absoluta, acreditada, de votos en contra”, dijo Rajoy en rueda de prensa. Siete meses después, el líder del PP ha conseguido sumar 33 apoyos más gracias a la repetición de las elecciones y al acuerdo con Ciudadanos y Coalición Canaria, pero sigue con una mayoría absoluta, acreditada, de votos en contra.

La negativa de Rajoy también se sustentó en que Pedro Sánchez se estaba moviendo para sumar apoyos y optar a la investidura. El líder socialista fue el protagonista de la nueva ronda de consultas que mantuvo el monarca con los líderes de los partidos, entre el 27 de enero y el dos de febrero. Ese último día Sánchez comunicó al rey, durante su encuentro, que estaba dispuesto a “intentar formar Gobierno”.

En aquel momento Sánchez no tenía el apoyo de ningún diputado más de los 90 que había conseguido en las elecciones. Había llegado a un acuerdo con Ciudadanos para que la presidencia de la Mesa recayese sobre Patxi López, pero nada más, y se encontraba en plena guerra fría con Podemos, cuyo líder, Pablo Iglesias, se había ofrecido a apoyarle a cambio de la vicepresidencia del Gobierno y una serie de ministerios.

Al final los socialistas firmaron un acuerdo con Ciudadanos que fue insuficiente y que desembocó en una investidura fallida a principios de marzo. De nuevo le tocaba al rey mover ficha. Convocó a Patxi López el lunes siete de marzo para comunicarle que, “por el momento”, no pensaba convocar una nueva ronda de consultas. Dejaba un tiempo de reflexión a los líderes políticos para que tratasen de desbloquear la situación o, de lo contrario, confirmasen que había que repetir los comicios.

El rey dio por concluido ese periodo a finales del mes de abril sin que se hubiese producido ningún avance en las negociaciones durante todo ese tiempo, y con la repetición de las elecciones ya segura. El monarca convocó una tercera ronda de consultas, comprimida durante los días 25 y 26 de abril, sólo para confirmar con los representantes de los partidos lo que ya sabía. Que había que convocar nuevas elecciones para junio porque se terminaba el plazo de dos meses para formar gobierno.

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