El TEDH avala a Francia ante Mediapart por las escuchas del caso Bettencourt

Estrasburgo (Francia), 14 ene (EFE).- El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) avaló este jueves la condena en Francia del sitio de información Mediapart por no retirar unas grabaciones a la heredera de L'Oréal, la multimillonaria Lilliane Bettencourt, en su propio domicilio, realizadas por su mayordomo.

Según el TEDH, la condena a la editora de Mediapart, a su director y presidente, Edwy Plenel, y al periodista Fabrice Arfy, no supuso una vulneración de su libertad de expresión y no violó, por tanto, el artículo 10 del Convenio Europeo de Derecho Humanos.

En su fallo, la sala quinta del tribunal europeo concluye que el requerimiento para que el medio en línea retirara esos contenidos estaba justificado “para proteger” a Bettencourt, fallecida en 2017 a los 94 años de edad, y al gestor de su fortuna.

A ese respecto, recuerda que el Convenio Europeo de Derechos Humanos en ese artículo “no garantiza la libertad de expresión sin restricción alguna, incluso cuando se trata de informar en la prensa sobre asuntos graves de interés público”.

“El ejercicio de esta libertad -puntualiza- conlleva ”deberes y responsabilidades que también se aplican a la prensa“.

Para el Tribunal de Estrasburgo, los periodistas demandantes “no ignoraban que la divulgación de grabaciones realizadas sin el conocimiento de Bettencourt constituía un delito” y eso debió haberlos llevado a “actuar con prudencia y precaución”.

“Los periodistas que cometen un delito -les reprocha- no pueden reclamar inmunidad penal exclusiva, del que no se benefician otras personas que ejercen su derecho a la libertad de expresión, únicamente porque delito se cometió en el ejercicio periodístico”.

Las grabaciones publicadas por Mediapart habían sido entregadas en 2010 a la policía por la hija de Bettencourt, en el marco del conflicto que les enfrentaba por las donaciones que la mujer considerada entonces la más rica del mundo hizo a su amigo el fotógrafo François-Marie Banier.

Françoise Bettencourt Meyers, hija única de Lilliane, acusó a Banier -que había recibido donaciones por casi 1.000 millones de euros-, de abusar de su madre aprovechándose de su debilidad de persona de edad muy avanzada.

Inicialmente, el tribunal de primera instancia de París había absuelto a los periodistas argumentando que la retirada de “información legítima de interés general equivaldría a ejercer una censura contraria al interés público”.

Pero el Tribunal de Apelación de Versalles y luego el Supremo fallaron de modo diferente, y los periodistas fueron sentenciados a indemnizar con 1.000 euros al gestor de la fortuna de Bettencourt.