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Las víctimas del franquismo lucharán para que se elimine el Ducado de Franco tras la muerte de la hija del dictador

El rey Juan Carlos junto al dictador y su mujer

Carlos Hernández

“Deseando dar una muestra de mi Real aprecio a doña Carmen Franco Polo (…) y en atención a las excepcionales circunstancias y merecimientos que en ella concurren…”. Estas fueron las palabras con las que el Rey Juan Carlos I justificó, en un decreto del 26 de noviembre de 1975, la concesión a la hija del dictador recién fallecido de “la Merced Nobiliaria de Duquesa de Franco, con Grandeza de España, para sí, sus hijos y descendientes…”. 42 años después, la muerte de la titular del Ducado abre el debate sobre la conveniencia o no de mantener un título nobiliario que nació con el único objetivo de honrar a los descendientes del hombre que tiranizó España durante 40 años.

“En Alemania sería impensable que existiera un Ducado de Hitler o en Italia un Marquesado de Mussolini —señala el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, Emilio Silva—. Sin embargo aquí llevamos cuatro décadas de democracia con un título que simbólicamente ensalza al dictador”. De hecho, tal y como explica a eldiario.es Marcial Martelo de la Maza, abogado especializado en Derecho Nobiliario, “a día de hoy los ducados y el resto de títulos solo tienen un valor simbólico; representan un valor honorífico. No conllevan ningún privilegio fiscal ni de ningún otro tipo. De hecho, más bien es al contrario porque para ejercer el derecho de sucesión se debe pagar un impuesto”. Impuesto que, excepcionalmente, no tendrá que pagar el sucesor o sucesora de Carmen Franco porque D. Juan Carlos estableció una exención fiscal para la primera vez que se heredara el título.

“El procedimiento para solicitar la sucesión es sencillo —señala Martelo de la Maza—. Tras el fallecimiento se abre un periodo de un año para presentar las solicitudes. La Ley es muy clara: hereda la línea descendiente y sin prevalencia del hombre sobre la mujer”. Todo apunta, por tanto, a que la nueva Duquesa de Franco será la nieta mayor del dictador, Carmen Martínez Bordiú, salvo que eludiera voluntariamente solicitar ese privilegio para permitir así que el título recayera en su hermano Francisco.

La ARMH acudirá a la Fiscalía para impedir la sucesión

Sea como fuere las asociaciones que agrupan a familiares y víctimas del franquismo no están dispuestas a que la sucesión se consume. La ARMH prepara ya una denuncia ante la Fiscalía General del Estado. Emilio Silva, explica a eldiario.es los motivos: “Mantener este reconocimiento a un criminal de guerra que violó sistemáticamente los derechos humanos no solo puede atentar contra la Ley de Memoria Histórica, sino que va en contra de los principios fundamentales de la democracia recogidos en la Constitución y supone una falta de respeto para las víctimas de la dictadura”.

Los expertos, sin embargo, creen que jurídicamente es prácticamente imposible detener el proceso de sucesión. Martelo de la Maza recuerda que “todas las sucesiones son una prerrogativa regia. La sucesión es automática, de padres a hijos. La cuestión es si, en este caso, hay colisión con la Ley de Memoria Histórica. Pero lo lógico es que la sucesión se consume”. Más categórico es el también experto en derecho nobiliario y procesal Álvaro López Becerra: “La Ley de Memoria Histórica no dice absolutamente nada al respecto. Podían haber incluido en ella alguna referencia a los títulos nobiliarios concedidos a personalidades vinculadas con la dictadura, pero no lo hicieron. Si no se cambia la ley, no se puede hacer nada”. Ambos letrados coinciden también en que el actual Rey, Felipe VI, tiene poco margen de maniobra en este asunto: “Se podría excluir la sucesión si el Rey declarara indigno al sucesor —afirma Martelo de la Maza—. Sin embargo aquí no está claro que fuera aplicable la «indignidad» porque lo que está en cuestión no es la valoración personal del sucesor sino lo que el título pueda tener en sí mismo de desprecio hacia las víctimas del régimen”.

La ARMH, aún así, cree que debería ser una tarea de todos, incluido el Rey, el impedir que se perpetúe el Ducado de Franco: “Todas las instituciones del Estado deberían preservar los valores democráticos e impedir los reconocimientos que la dictadura franquista se otorgó para darse autobombo. Si la Casa Real participó en la concesión de ese título debería intervenir para que años después no se renueve y no suponga una forma de humillar a las víctimas de la dictadura, dando honores a quien encabezó un golpe de Estado, fue aliado de Hitler y cometió incontables violaciones de Derechos Humanos”.

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