Javier Gomá“: ”la dignidad nos hace resistentes a todo, pero también estorba“

El filósofo Javier Gomá se ha propuesto con su último libro, “Dignidad”, recordarnos que junto a la “miseria” que nos “rodea y hostiga” hay también elementos que hacen que la vida sea “digna de ser vivida”, así como nos enseña que a la vez que nos hace “resistentes a todo” también es lo que “estorba”.

El filósofo vasco (Bilbao, 1965) nos adentra en este ensayo filosófico publicado por Galaxia Gutemberg en este concepto cuyo análisis, “por lo menos hasta el Renacimiento”, se ha convertido en un debate “casi ontológico” que arroja esta pregunta: “¿qué abunda más, la miseria o la dignidad humana?”, según reflexiona Gomá en una entrevista con Efe.

“De esa respuesta depende algo muy importante porque no se trata solo de vivir, sino de vivir una vida humana, una vida digna. ¿Este mundo nos lo permite, o la miseria abunda tanto que cualquier intento de dignidad es baldío?”, se cuestiona el también dramaturgo y director de la Fundación Juan March.

De esta pregunta nació la “motivación” de este libro que persigue, según sus palabras, “despertar al lector el sentimiento de su dignidad y recordarle” que junto a esa miseria que nos “rodea y hostiga” hay también elementos que hacen “la vida digna de ser vivida”.

¿Y qué es una vida digna? Pues para Gomá no es otra que aquella que cuando muere hace que sus supervivientes piensen que esa muerte es “escandalosamente injusta”: “solamente conseguiremos producir esa sensación a los que nos sobreviven con una vida que no debía desaparecer”.

Ante este concepto, Gomá también denuncia que la dignidad haya tenido un “abandono teórico” por parte de la filosofía, algo que justifica debido a que, sobre todo de una “manera acelerada” a partir de la II Guerra Mundial, se han producido “unas extraordinarias revoluciones sociales en nombre de la sociedad sin que la filosofía haya resignificado ese concepto”.

“En filosofía en los últimos siglos había que preguntarse sobre otras cosas. Hemos tenido una filosofía crítica de las ideologías, crítica de la sospecha y el recelo que nos ha hecho más lúcidos y más libres, pero ciegos al valor creador y transformador de la dignidad”, ha matizado.

“Sentimos qué es lo decente o lo indecente, lo valiente o lo cobarde, lo virtuoso o lo bárbaro sin necesidad de definirlo. Aquí en España surgió un movimiento, el de ”los indignados“, que tuvo una enorme influencia y movilizó a un conjunto de personas sin que nadie en el grupo sintiera la necesidad de definir qué era aquello cuya ausencia o violación encendía su protesta”, expone.

En este ensayo, el filósofo también hace hincapié en el hecho de que la dignidad hace al individuo “resistente a todo”, aunque también es “lo que estorba”.

“El interés general cede ante la dignidad individual de tal manera que la dignidad individual se resiste a la barbarie, a las ilegalidades, pero, se resiste también al interés general, al bien común y al progreso material si es a costa de la dignidad individual”, añade.

Precisamente por eso, el autor afirma que la dignidad es lo que estorba ya que puede hacer que el progreso de una sociedad sea más lento e incluso llegue a detenerse por respetar la dignidad de un individuo.