Padres dicen que Gobierno apuesta “al olvido” de los 43 jóvenes desaparecidos

El Gobierno mexicano apuesta “al olvido” del caso de los 43 estudiantes que desaparecieron hace casi cinco meses en el sur del país, dijo hoy el portavoz de los padres de las víctimas, Felipe de la Cruz.

En declaraciones a Radio Fórmula, De la Cruz indicó que la reunión que tenían programada para hoy con el subsecretario de Gobernación, Luis Enrique Miranda, en el puerto de Acapulco fue suspendida anoche debido a que “hay movilizaciones en Guerrero”.

“Como siempre temerosos los funcionarios de que sus hechos los lleven a otros escenarios”, dijo el portavoz, que aseguró que el Gobierno “pretende que esto quede en el olvido, pero no lo van a lograr”.

“No nos dan ninguna fecha” para la reunión, dijo tras explicar que la Coordinadora Estatal de Trabajadores del Estado de Guerrero (Ceteg) se va a movilizar para exigir el pago de salarios atrasados y, por tanto, el Gobierno consideró que “no había condiciones” para el encuentro.

El objetivo de la reunión era hablar sobre el registro de los cuarteles militares por parte de una comisión de padres y compañeros de los alumnos de la escuela de magisterio Normal Rural de Ayotzinapa que desaparecieron a manos de policías corruptos y criminales el 26 de septiembre pasado en la ciudad de Iguala.

El Gobierno mexicano aceptó hace ya varias semanas la petición de los familiares de que se les permitiera buscar a los jóvenes en los cuarteles, aunque después aclaró que el acceso solo sería al 27 Batallón de Infantería, ubicado en Iguala.

Los padres reclaman al Gobierno que investigue el papel del Ejército en los hechos violentos del 26 de septiembre, en los que también murieron seis personas y otras 25 resultaron heridas en ataques a tiros llevados a cabo por policías locales.

El Gobierno ha rechazado tajantemente la participación de las fuerzas federales y la Fiscalía se ha negado a abrir una línea de investigación sobre ello.

La Fiscalía aseguró en enero que comprobó científicamente que los jóvenes fueron asesinados e incinerados en un basurero por miembros del cártel Guerreros Unidos al creer que pertenecían al grupo antagónico Los Rojos, pero los familiares no creen en esta versión y mantienen su búsqueda.