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La epidemia diezma a los sanitarios en primera línea contra el coronavirus: ya son el 13,6% de los contagiados

Los sanitarios ya son el 12% de la población contagiada en España.

Belén Remacha / Marta Borraz / Sofía Pérez Mendoza

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El 13,6% de los contagiados de coronavirus en España son trabajadores sanitarios. Según los últimos datos facilitados por Sanidad, la cifra asciende a 5.400, 1.490 más que hace solo un día. La OMS advierte que los datos en varios países sobre contagios en el personal de la salud que trabaja en primera línea son “alarmantes”. En Italia, el porcentaje sobre el total llega al 9%. Hay en torno a 5.000 profesionales infectados, según el Instituto Superior de Salud italiano a 22 de marzo. Los sanitarios positivos confirmados en China, sin embargo, suponían el 3,8% a finales de febrero, según un estudio referenciado por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.

El Ministerio de Sanidad está intentando contener estos contagios, cuya detección precoz es fundamental, según explicaba este lunes el director del Centro de Alertas Sanitarias, Fernando Simón. El objetivo es evitar que trabajen infectados, y por tanto se conviertan en posibles vectores de contagio. La vía para hacerlo son los nuevos test rápidos, que llegaron a España este fin de semana, y que se emplearán prioritariamente en profesionales que dan “respuesta asistencial”, como los sanitarios. También se destinarán a pacientes con afecciones respiratorias para acelerar su diagnóstico y también en residencias de ancianos.

“Garantizarán ver quiénes están disponibles y quiénes no para precozmente apartarlos si suponen un riesgo potencial. Poderlos descartar y luego reintegrarlos. Es muy fácil entender este objetivo de distribución prioritaria”, señalaba Simón sobre el primer bloque. Los primeros 8.000 tests, de un total de 640.000, se repartieron en la Comunidad de Madrid, la región más golpeada por la epidemia, este fin de semana.

En los hospitales madrileños cada servicio cuenta cada día con nuevas bajas, especialmente el de urgencias, pero no solo. Hay contagios en plantas también. “Dos o tres enfermeras de urgencias de La Paz dan positivo diariamente”, dice Patricia, sanitaria del servicio y en cuarentena desde el pasado miércoles. Los sanitarios deben seguir un protocolo marcado si desarrollan síntomas que consiste en llamar al servicio de prevención y salud pública de su centro para comunicar la situación pero muchos, dada la avalancha de casos, se lo saltan y piden directamente la prueba a sus jefes para acelerar el proceso ante el embudo. Incluso, relatan, se informan de si son positivos o no por vías no oficiales porque la plantilla está en cuadro. “Tengo compañeros que se hicieron la prueba el viernes y aún no saben nada. Los turnos se tienen que suplir a diario y es fundamental si cuentas con dos enfermeras más o menos, o las tienes que traer de planta”, resume Patricia.

La Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS) ha presentado este martes un escrito de demanda con petición de cautelarísimas ante el Juzgado de lo social de la región para exigir que la consejería de Sanidad entregue en un plazo máximo de 24 horas material sanitario urgente a todos los hospitales, ambulatorios y ambulancias. En concreto el sindicato médico de la Comunidad de Madrid solicita batas, impermeables, mascarillas, gafas de protección y contenedores grandes de basura.

En su escrito de demanda, el sindicato de médicos recuerda que según indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Ministerio y la Comunidad de Madrid debe proveerse a los profesionales sanitarios “de todo un conjunto de medidas y elementos necesarios para que puedan realizar su trabajo en condiciones mínimas de seguridad y no verse así contagiados por los pacientes o aumentar el riesgo que los mismos sufren, y evitar la propagación de la enfermedad”.

Pruebas solo si hay síntomas

El protocolo, fechado en 15 de marzo, dicta que solo se practica la PCR a los profesionales con síntomas, aunque el modelo está en constante actualización y está por ver si el suministro de test rápidos cambia el criterio. “De forma general, no se recomienda la recogida de muestra a no ser de que presenten síntomas”, dice el documento que marca la actuación.

Sara, enfermera de planta de un hospital público madrileño, reportó contacto directo con un positivo en el centro pero al estar asintomática no le hicieron la prueba. Dos días después, perdió el olfato y el gusto y volvió a comunicarlo. Entonces dio positivo. El proceso en ese momento se aceleró: apenas tardaron un día en realizar la PCR y darle el resultado. Desde entonces, hace ya una semana, está en aislamiento en casa.

Una experiencia similar cuenta Fernando, enfermero de la UCI del Hospital del Sureste (Arganda del Rey) que lleva en cuarentena desde el 12 de marzo. Él empezó a notar los primeros síntomas y al día siguiente le hicieron la prueba, pero su pareja, también sanitaria en un hospital madrileño, el Hospital Universitario Santa Cristina, reportó la situación al servicio de prevención y tuvo que ir a trabajar a pesar de haber tenido contacto con él. Eso, sin hacerse ninguna prueba: “Yo creo que este es uno de los motivos de este alto número de contagios de sanitarios. Es una barbaridad que trabajen pudiendo ser positivos porque pueden estar contagiando al resto”, señala el sanitario.

“Encontronazos” por el material de protección

La falta de material de protección es otro de los elementos clave que denuncian los sindicatos desde el inicio de la crisis. En la primera línea, algunos sanitarios relatan que tienen que “luchar” por que el material óptimo no se racionalice y los dejen protegidos solo a medias. “Hemos tenido algún encontronazo con la dirección de enfermería porque intentaron que solo nos pusiéramos un par de guantes y no doble capa, como se recomienda; o porque nos daban una mascarilla quirúrgica en lugar de una autofiltrante (FFP2). Las condiciones las hemos luchado y se nos ha terminado respetando”, cuentan desde La Paz, un hospital que tenía este lunes en su servicio de urgencia casi 150 personas con coronavirus pendientes de ingreso.

Desde el sindicato de enfermería SATSE denuncian estas trabas y apuntan a que “se están dando muchas situaciones en las que el acceso y uso a estos equipos está siendo restringido” y a veces se suministra “por debajo de las necesidades”. La central califica de “grave problema” el desabastecimiento y exige a las administraciones públicas que resuelvan “la situación de indefensión” que sufren los sanitarios y que “pone en grave riesgo su salud y las de los pacientes que los atienden”. La misma frase repite la Federación de Empleadas y Empleados de los Servicios Públicos (FeSP) de UGT en una carta enviada al Ministerio de Sanidad. En ella, pide que las autoridades sanitarias “protejan” a los trabajadores del sector.

“No hay suficientes equipos. Los protocolos han ido cambiando y al principio te lo ponías completo cuando había sospecha, pero ahora todos los pacientes lo son y los medios son escasos. Los sanitarios estamos siendo soldaditos rasos de primera línea”, explica Victoria, médica de Urgencias en el Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia y en cuarentena desde el pasado martes. La sanitaria, que se hizo las pruebas al finalizar su última guardia, cuando empezó a encontrarse mal, asegura que la rápida expansión del virus “debería ir acompañada de medidas de higiene y de desinfección” de los centros sanitarios más contundentes y constantes.

El Gobierno lleva varios días intentando responder al desabastecimiento de medios de protección con la compra de EPIs y mascarillas en un “contexto de mercado” para adquirirlas “muy difícil”, justificó Pedro Sánchez el domingo. Este lunes, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha anunciado que se están movilizando “todos los recursos del Estado” para hacerse con material sanitario y ya se han puesto a disposición de las comunidades autónomas cuatro millones de mascarillas y 1,5 de EPIs.

En este escenario, “las gafas empiezan a ser un objeto preciado”, dice Patricia, enfermera en La Paz. “Si no hay disponibles usamos una especie de pantalla como la que usan los soldadores para que si alguien tose no te llegue a la cara”, describe. El equipo completo de protección está formado por una bata, doble guante, mascarilla, gorro y gafas.

La vuelta de los sanitarios de la baja es otra gestión que según el hospital está protocolizada o no. Por ejemplo, en La Princesa (Madrid) no existe de momento una directriz clara. Dentro de la misma comunidad autónoma, en La Paz la norma es que vuelvan a hacerse la prueba en 14 días -periodo establecido como cuarentena- y así comprobar que son negativos, según sus profesionales.

Las residencias, otra prioridad para los tests

El Ministerio de Sanidad ya situó a los profesionales de la salud como una “prioridad” cuando apenas había una decena de contagios. Ante todo, decía Simón, por su constante contagio con “población frágil” y la necesidad de que estuvieran disponibles para la demanda que crecía. Los tests rápidos han llegado para solucionar, en la medida de lo posible, el contacto entre sanitarios cuando nos aproximamos al pico de la epidemia, según el análisis de los técnicos.

Además de los pacientes graves y el personal sanitario, el siguiente “grupo de riesgo” primordial para Sanidad son las residencias de ancianos, que se han convertido en un foco de brotes sobre las que el Ministerio y el Ejército ha tenido que intervenir. Con las pruebas rápidas se buscará “una reducción importante del riesgo” en estos lugares, tanto para usuarios como para profesionales.

Solo cuando estén cubiertos estos tres grupos (graves, sanitarios, residencias) llegará el “diagnóstico poblacional”. Si llegan a la población general, como es el objetivo de Sanidad, pueden comportar que los positivos se disparen, desde los 33.000 de este lunes, debido a que hace semanas que no están incluidas las personas con sintomatología leve.

Los tests rápidos que llegan a España no son pruebas PCR (de polimerasa), las que se vienen realizando desde que comenzó la epidemia en los centros hospitalarios que cuentan con equipos y en el Centro Nacional de Microbiología. Se fabrican principalmente en China, aunque deben contar con la homologación del Instituto de Salud Carlos III y de la Unión Europea, y detectan los anticuerpos que genera el organismo para protegerse de Covid-19 y dan el 'positivo' o 'negativo' en unos 15 minutos desde que se toma una muestra de sangre, con un sistema de 'rayas' muy parecido a un test de embarazo.

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