Un enfermo con obesidad mórbida pelea con la Comunidad de Madrid por una ambulancia que soporte su peso
Raúl Andrés González Salas tiene 43 años y padece obesidad mórbida, una enfermedad que le ha provocado un sinfín de problemas de salud que sobrelleva desde hace años con resignación y gracias a la ayuda de su padre, que es su principal sostén en estos momentos al ser quien le atiende en casa desde que le nombraron su tutor al concederle la dependencia. A mediados de agosto del año pasado a Raúl se le engrandeció el muslo de la pierna izquierda, lo que le impidió andar y hacer vida normal. Y ahí empezó su peregrinaje.
“En el Hospital de San Sebastián de los Reyes –donde reside–, me dijeron que no tenía posibilidad de hacerme un TAC porque no había ningún aparato que aguantara mi peso, que sobrepasa los 200 kilos”, explica Raúl. Pero lo peor de todo fue que, según relata, tampoco consiguió ninguna ambulancia bariátrica, es decir, especial para personas con este tipo de obesidad, para que le trasladara a hacerse las pruebas que los médicos le pedían. “Me enviaban ambulancias normales y, al verme, los propios camilleros desistían de intentar trasladarme en ellas debido a mi peso”, señala.
Por culpa de ello ha perdido varias citas médicas y a las que ha podido acudir lo ha hecho “de la mejor manera” que ha podido, “sentado en ambulancias colectivas, que cuentan con varios asientos en su interior”, explica.
Ante esa inesperada dolencia en el muslo, Raúl acudió al hospital pero, según cuenta –y acredita con los partes médicos correspondientes– tras un primer reconocimiento le dijeron que se fuera a casa y le recetaron paracetamol y poco más. Dos días después volvió con mucho dolor a urgencias, y le pusieron un fuerte calmante que, según recuerda, le hizo marearse. De nuevo le recetaron paracetamol. Raúl finalmente es derivado al Gregorio Marañón dado que en ese centro sí cuentan con aparatos que soportan su peso para hacerse pruebas.
Pese a ello, para su desesperación, ve entonces cómo se le van retrasando las citas para ser operado de lo que finalmente es un tumor inesperado en el muslo. “Me mandaban cartas en las que me informaban de que se anulaban las citas, sin más explicaciones. Al ver que se paralizaba todo, mi padre, ante mi delicada situación, empieza a buscar otros hospitales que tengan máquinas adecuadas a mi tamaño y peso”. Según recuerda con indignación le llegaron a decir que “a su hijo pueden tratarlo en el Hospital Veterinario donde tienen maquinaria adecuada”. Como consecuencia de tanta espera, a finales de este mes de julio sufre una embolia pulmonar que le afectó al corazón, dolencia de la que está siendo tratado en estos momentos.
Según Raúl, todas las quejas presentadas por él o por su padre en Atención al Paciente en varios hospitales de la Comunidad de Madrid por la falta de ambulancias bariátricas han terminado de la misma forma: “Nos decían que lo sentían mucho pero que esas ambulancias no están operativas”. Solo tiene en su poder por escrito una de esas quejas fechada el 28 de julio que, según explica, realizó él mismo por Internet a través de la plataforma del SUMMA. “El resto las puso mi padre, al que le negaban el resguardo de que la queja había sido puesta”.
Este verano, cansado de todo, decidido visibilizar su caso en Twitter, y denunciar su situación.
Esto dio lugar a que el concejal de Podemos en San Sebastián de los Reyes, Juan Angulo, le escribiera para interesarse por su caso. “Conocimos a la familia de Raúl cuando contactaron conmigo por los problemas que tuvieron para encontrar un quirófano habilitado para operarle. En aquel momento, y desde luego, también en su reclamación actual sobre la falta de ambulancias bariátricas, hemos querido acompañarle en su lucha buscando soluciones y contactando con sindicatos de personal sanitario, con la Plataformas de Sanidad de la Zona Norte, así como con nuestros representantes en el Parlamento Autonómico y medios de comunicación”, relata Angulo a esta redacción.
“Entendemos que el sistema sanitario público madrileño tiene un enemigo político en el Gobierno Autonómico de Ayuso, que no cree en unas instituciones fuertes capaces de garantizar la calidad de los servicios esenciales de nuestra región”, añade, mientras denuncia que “en San Sebastián de los Reyes, la Torre 4 del Hospital Infanta Sofía sigue cerrada en plena pandemia, el centro de salud de Dehesa Vieja es la eterna promesa electoral que nunca llega a materializarse y el Servicio de Urgencias de Atención Primaria continúa clausurado”.
Desde la Plataforma Sanidad Publica Zona Norte corroboran las quejas de Raúl. Un portavoz de este colectivo, afirma que llevan “años denunciando el nefasto funcionamiento del Servicio de Ambulancias para el transporte diario de pacientes. Se han producido retrasos injustificados e injustificables, pero, en el caso de Raúl, aún es más grave que la Comunidad de Madrid, gobernada por la señora Ayuso, que se vanagloria de tener la mejor Sanidad Pública de nuestro país y que construye 'Hospitales-Platós de Televisión' como el Isabel Zendal, no sea capaz de garantizar los traslados necesarios este paciente a los centros sanitarios, imprescindibles para diagnosticar y tratar su problemas de salud”.
Miguel Ángel Fernández, portavoz de este colectivo, cree además que el Gobierno municipal del Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes, gobernado por el PSOE y Ciudadanos en la actualidad, “debería ser contundente a la hora de defender los derechos de sus vecinos con respecto a la Sanidad Pública ante el Gobierno de la Comunidad de Madrid, pero que en este caso, como en otros que afectan a toda la población de esta ciudad, solo muestra marketing electoral y ninguna acción real”.
También el endocrino que ha hecho un seguimiento de su enfermedad y que trata a Raúl desde hace muchos años, el doctor Miguel Ángel Rubio Herrera, vicepresidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), le ha dado apoyo en su lucha por conseguir ambulancias bariátricas. El especialista admite que existe un problema en la sanidad generalizado por la carencia de aparatos especiales para este tipo de enfermos con obesidad mórbida. Y cree que hay que hacer una llamada de atención en este sentido, “no solo por Raúl -señala- sino por este grupo de personas que aunque no sea muy numeroso, se encuentra como él con muchas dificultades para ser atendido”. El doctor Rubio Herrera se refiere ya no solo a ambulancias bariátricas, sino también a sillas de ruedas especiales, camillas de quirófanos, máquinas para hacer TAC o resonancias magnéticas que soporten pesos extraordinarios, básculas, e incluso a simples aparatos tomar la tensión a estas personas dado que los que habitualmente hay en las consultas no abarcan sus brazos.
De hecho, por todas estas carencias la vida de Raúl no ha sido ni es fácil debido a su problema de sobrepeso, una enfermedad que arrastra desde niño y que padecen también su madre y sus dos hermanas, aunque su caso es el más grave. Hace muchos años, en 1997, fue operado de una reducción de estómago que palió algo su problema llegando a quedarse en 120 kilos. Pero gradualmente volvió a recuperar lo perdido e incluso llegó a sobrepasar los 200 kilos anteriores. Entre 2019 y 2020 Raúl fue tratado con Saxenda, un nuevo medicamento que le ayudó a reducir de nuevo peso hasta los 175 kilos. Pero “la pandemia, el cierre del quirófano, y la pérdida de suministros de medicación han condicionado una ganancia ponderal a la situación previa”, según se explica en uno de los últimos partes médicos. También su madre fue operada hace unos días de lo mismo. Ahora está en casa. Su padre es el que cuida de los dos a pesar de que su salud también es delicada debido a que padece un cáncer de hígado.
Raúl no esconde su imagen y cuenta su vida y todas las vicisitudes que ha sufrido. Asegura que recibe tan solo 268 euros al mes por la ley de Dependencia. Ese dinero le llegó para comprarse un andador y poco más. Su casa cuenta con un baño adaptado que tuvieron que pagar con ayuda de la familia. Nadie va a echarles una mano a casa. “Yo solo confío mi vida a mi padre y a los conductores y ayudantes del SUMMA112, los trabajadores que están en contacto directo con el ciudadano. Ojalá no le suceda a nadie más lo que me está ocurriendo a mi”, dice Raúl.
Versión de SUMMA 112
En la Consejería de Sanidad remiten a esta redacción al SUMMA 112, donde un portavoz autorizado asegura que “el paciente que se cita -en referencia a Raúl González- en lo que va de año 2021, ha tenido 20 traslados, con carácter programado, por consultas en el Hospital”. “Sólo nos consta una incidencia el día 19/7/21 porque, por error, se envió inicialmente una ambulancia ”normal“ y no bariátrica. El resto de traslados se han hecho en la bariátrica”. “No existen quejas de pacientes por el motivo de traslado en ambulancia bariátrica”, añade.
Sin embargo, una de las reclamaciones fue presentada por el propio Raúl el pasado 28 de julio y en ella denuncia que dos días antes le había sido imposible conseguir una ambulancia bariátrica: “Nunca se me hizo caso a esas especificaciones y me mandaron ambulancias normales”. Aquel día, según relata en el parte, “se tuvo que llamar de nuevo a la base a que se me mandase la ambulancia adecuada, pero tardando cerca de dos horas o más en realizar la gestión por lo que resultado de ello perdí dos citas muy importantes”. El 26 de julio “incluso me llamaron para decirme que no hay ambulancias para mí y que no espere ninguna”. “Es realmente vergonzosa la discriminación que estoy padeciendo por mi físico”, lamenta en su queja. Tras este relato Raúl solicita, como se puede comprobar en la reclamación, “la investigación a su centro base que es de donde parten las órdenes de ambulancias”.
Pese a ello, el mismo portavoz del SUMMA 12 señala que “todas las empresas concesionarias del Transporte Programado en la Comunidad de Madrid tienen ambulancias bariátricas y no hay problema en el traslado de los pacientes con obesidad mórbida”. “Las de Transporte Sanitario urgente, de igual manera, y todas las UVI móviles para emergencias del SUMMA 112 cuentan con una camilla que se puede adaptar para pacientes con obesidad mórbida con un kit que ensancha el espacio de la propia camilla, que de por sí permiten un peso de hasta 300 kilos. Por tanto, la posibilidad de traslado de pacientes con obesidad mórbida está garantizada en todos los supuestos en camillas adaptadas”, aseguran.
Estas mismas fuentes reconocen que “el traslado de pacientes con obesidad mórbida es poco frecuente y de forma habitual están bien registrados en las solicitudes, por lo que no hay problemas en ese sentido, excepto cuando el acceso del domicilio es muy difícil (por el tamaño de la puerta o de la escalera). En estos casos, tanto si es programado como si es urgente, se solicita apoyo a bomberos”.
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