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Esperanza Aguirre puede ser juzgada por un delito que supuso a otra mujer seis meses de prisión

Aguirre, en su coche, en una imagen de archivo.

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El incidente de tráfico que protagonizó Esperanza Aguirre llega a la Audiencia Provincial de Madrid. Este órgano judicial debe ver el jueves el recurso presentado por la acusación popular personada en la causa, que pide que los hechos sean juzgados como delito y no como falta, tal y como acordó el juez instructor Carlos Valle.

El 3 de abril, la expresidenta de la Comunidad de Madrid se enfrentó a los agentes locales al aparcar en un carril bus de Gran Vía y luego se marchó tras supuestamente arrollar la moto del agente que la había multado.

Los magistrados revisarán el recurso a puerta cerrada y votarán para emitir un fallo definitivo. Si la causa se mantiene como un juicio de faltas, volverá al juzgado y allí se señalará juicio. En cambio, si se acuerda que siga su curso como un delito, la presidenta del PP de Madrid y los testigos tendrán que ir a declarar.

En el recurso, Transparencia y Justicia señalaba que “por los mismos hechos cualquier otro ciudadano normal hubiese acabado en el calabozo de una comisaría, con los grilletes en las muñecas, para ser inmediatamente citado de comparecencia para la celebración de juicio rápido”.

Precisamente la Audiencia Provincial ya condenó a una mujer a seis meses de cárcel por un incidente que parece calcado al de Aguirre, según publica lainformacion.com. La mujer, que fue encontrada culpable de un delito de desobediencia grave, había aparcado en un sitio prohibido y se había dado a la fuga cuando quisieron multarla. Exactamente igual que la expresidenta.

La misma sucesión de hechos

En este caso, el coche estaba en la madrileña estación de Atocha, en un carril de entrada en el que está prohibido el estacionamiento. Pero cuando los agentes de movilidad le informaron que la iban a multar, arrancó el coche golpeando a uno de los efectivos que le había ordenado detenerse. Un coche patrulla y los propios funcionarios iniciaron una persecución, que acabó con la conductora interceptada en un semáforo en rojo.

Aguirre, por su parte, aparcó en un carril bus en plena Gran Vía. Cuando los agentes que controlan el tráfico de la capital iban a darle el comprobante de la multa, ella se marchó dando un golpe a una de las motos. Su conductor llegó incluso a aportar un parte de lesiones. Haciendo caso omiso a la voz de alto de los funcionarios, un patrulla y las dos motos persiguieron a la expresidenta hasta la puerta de su casa, donde fueron recibidos por su personal de seguridad.

En el caso de la condenada –ocurrió en 2007, aunque el fallo de la Audiencia Provincial tiene algo menos de dos años–, el juez de primera instancia la encontró culpable de un delito de atentado cometido con medio peligroso y por otro de lesiones. La sentenció a dos años y medio de cárcel. Sin embargo, la Audiencia Provincial admitió parcialmente el recurso de la mujer y le rebajó la pena a un delito de desobediencia grave. Esto se tradujo en seis meses de prisión.

Este delito, el de desobediencia grave, es el mismo que pide la acusación popular para Esperanza Aguirre.

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