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Algunos inmigrantes retenidos en Catania rechazan comer en el cuarto día de bloqueo

EFE

Roma —

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Varios de los 150 inmigrantes que siguen retenidos en un barco militar en el puerto de Catania desde hace cuatro días rechazaron hoy la comida a modo de protesta, mientras el Gobierno italiano reitera que seguirá sin autorizar su desembarco.

“Me han comunicado desde la Capitanía de Puerto que a bordo del 'Diciotti' hay tensión y los inmigrantes han comenzado una huelga de hambre”, explicó el senador del progresista Partido Demócrata (PD) Davide Faraone en Twitter.

Otras fuentes aseguraron que no todos los inmigrantes han dejado de comer y que sólo algunos han iniciado lo que han definido como una huelga de hambre.

Se trata de un gesto de protesta después de que hayan cumplido cuatro días encerrados en el barco “Diciotti” de la Guardia Costera italiana en el puerto siciliano de Catania.

Pero en el barco llevan mucho más, desde el 16 de agosto, cuando esta embarcación se hizo cargo de 177 inmigrantes que habían sido socorridos por otros dos buques de la Capitanía de Puerto en aguas de Malta, según el Ministerio del Interior italiano.

Permanecieron cinco días en el mar mientras Italia exigía a Malta que se hiciera responsable de estas personas y las autoridades maltesas argumentaban que no tenían ninguna obligación.

El 20 de agosto, el ministro de Infraestructuras de Italia, Danilo Toninelli, les indicó que podían atracar en Catania, pero el ministro del Interior, Matteo Salvini, no les consintió bajar, decisión que compete a su departamento.

Organizaciones e instituciones, e incluso la autoridad italiana encargada de proteger los derechos de los niños y adolescentes, presionaron a Salvini para que autorizara el desembarco y solo así dejó que 27 menores, todos eritreos menos una niña somalí, pisaran tierra.

A bordo quedaron sin embargo otros 150 inmigrantes adultos a los que el Gobierno italiano ha dicho que no dejará salir hasta que los países europeos acuerden una solución de reubicación de estas personas.

Paralelamente, Salvini reprochó hoy que se le tilde de “racista, fascistas e inhumano” por su estrategia contra la inmigración mientras que España devolvió el jueves a Marruecos a 116 inmigrantes que saltaron la valla de Ceuta.

“Después de haber cruzado la frontera española en Ceuta y agredido a los agentes de policía, estos señores han sido devueltos a Marruecos gracias a un acuerdo internacional de hace veinte años. Si lo hace España está bien, pero si lo propongo yo entonces soy racista, fascista e inhumano”, escribió en las redes sociales.

El próximo martes está previsto se reúna con el primer ministro húngaro, el nacionalista Viktor Orbán, en Milán para abordar medidas sobre el fenómeno migratorio, según indicaron fuentes del ministerio del Interior italiano.

Las mismas fuentes criticaron que los países europeos sigan sin aceptar repartirse a estas personas y afirmaron que “es la enésima demostración de que la Unión Europea no existe”.

“Dado que Italia, en los últimos años, ha acogido a 700.000 ciudadanos extranjeros (que han atravesado el Mediterráneo), la línea del Ministerio del Interior no cambia. Del barco 'Diciotti' no baja nadie. Sobre esto el Gobierno está unido”, confirmaron.

Paralelamente, altos funcionarios de los Estados miembros de la UE se reunieron hoy en Bruselas para analizar la gestión de los flujos migratorios.

Tras el encuentro, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, lamentó en un comunicado que los países miembros no hayan acordado una solución para gestionar de forma conjunta el fenómeno migratorio.

El jefe del Gobierno italiano condenó el doble rasero de la UE, de la que dijo que mantiene una “hipocresía” entre las palabras y los hechos, y señaló que “si estos son los hechos, Italia asumirá las consecuencias”.

“A partir de ahora, (Italia) eliminará esta discrepancia (entre palabras y hechos) mediante la búsqueda de un marco de acción coherente y determinado para todas las cuestiones que deberá afrontar en la UE”, señaló.

La expresidenta de la Cámara de los Diputados en la pasada legislatura y actual diputada del partido Libres e Iguales, Laura Boldrini, consideró hoy en declaraciones a EFE que la estrategia del Gobierno italiano de presionar a los países europeos no es la adecuada.

Opinó que Salvini está pidiendo “un rescate” a la UE por estas personas, a las que calificó como “potenciales solicitantes de asilo”, y dijo comprender que “el resto de países europeos estén ofendidos y enfadados” porque “ninguno quiere ceder a un rescate”.