Nueva Zelanda prohíbe por 2 semanas la llegada de personas desde China

El gobierno de Nueva Zelanda impuso desde este lunes una prohibición por 14 días de entrada al país de extranjeros de cualquier nacionalidad procedentes de China con el objetivo de prevenir el contagio del nuevo coronavirus.

Hasta la fecha, no se ha registrado ningún paciente en Nueva Zelanda por este virus, que ya ha causado en China la muerte de 361 personas e infectado a más de 17.000, mientras se expande por otros países, entre ellos Filipinas donde se ha registrado el primer fallecimiento por coronavirus fuera de China.

La primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, anunció la víspera la medida, que será revisada cada 48 horas, y aseguró que aquellas personas que ya se encuentren viajando al país verán a su llegada las fronteras cerradas.

“Es de vital importancia que protejamos a los neozelandeses del virus y participemos en el esfuerzo global para contenerlo. Somos la puerta de entrada a las naciones del Pacífico, y ello también fue tomado en cuenta en nuestra decisión”, apuntó Ardern, sobre esta medida similar a la adoptada por otros países, como Australia o Estados Unidos.

La nación insular de Tonga solicitó ayuda a Nueva Zelanda y Australia para evacuar a unos 50 nacionales de su país, que se encuentran en Wuhan, epicentro de este nuevo virus, entre ellos algunos deportistas de élite.

A pesar de la prohibición, el diario “New Zealand Herald” informó hoy que los vuelos procedentes de China continúan llegando, aunque las autoridades fronterizas advierten que solo dejarán entrar a los nacionales y que estos deberán ser examinados por médicos.

Nueva Zelanda además ultima el plan de evacuación de unos 60 nacionales atrapados en Wuhan y que serán puestos en aislamiento por dos semanas en Whangaparaoa, una pequeña península con instalaciones militares en la Isla Norte.

Por su parte, la vecina Australia, donde se han confirmado 12 casos por coronavirus, tiene prevista para este lunes la llegada de 270 personas evacuadas desde Wuhan -que tendrán que abonar una parte del billete- y que serán puestas en cuarentena en la remota isla de Navidad, en el océano Índico y a miles de kilómetros de Australia continental.