Todos conocemos su sabor pero... ¿también sabemos que existen más de 30 nombres diferentes para referirnos a las palomitas?

Las palomitas, un aliciente para el cine a las que se denomina de múltiples maneras

Alberto Gómez

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A pocos metros de llegar a la puerta de un cine, uno ya puede reconocer fácilmente el olor de uno de los alicientes principales para disfrutar de un buen largometraje sentado en una butaca roja, como es comprar palomitas y comerlas durante la película.

Pero, seguramente para sorpresa de más de uno, aunque la manera de elaborarlas, el sabor e incluso las diferentes variantes que han surgido en los últimos años (dulces, mixtas, coloreadas, etc.) sean denominadores comunes en todo el planeta, los nombres para referirnos a las antojadizas palomitas de maíz puede cambiar mucho según qué latitudes.

Podrían ser hasta más de 30 nombres diferentes. En España las conocemos por palomitas porque sus formas redondeadas nos recuerdan a las pequeñas aves, mientras que la palabra más extendida en el mundo anglosajón es popcorn, término que originó la onomatopeya del sonido que hacen los granos de maíz al explotar, es decir, cuando hacen pop.

Múltiples acepciones

En cuanto a otros nombres menos extendidos, llama la atención que incluso dentro de nuestra geografía tenemos varios nombres diferentes para referirnos a ella. En Catalunya, Baleares y Comunidad Valenciana puedes oír crispetes, roses, rosetes o bufes. En Canarias, cotufas o roscas. Tostones es la denominación en Almería, Murcia y Alicante, pajareras en Aragón y en la zona de Granada, Jaén o Málaga el término que las define es rosetas.

Además de la mencionada popcorn, palabra extendida en Reino Unido, Estados Unidos y demás países anglosajones, otras maneras de referirnos a las palomitas de maíz en otros lugares son pochoclo, pororó, pururú, ancua en Argentina; en Portugal, pipocas; en Belice, poporocho; en Bolivia, picoca o pororó; en Brasil las llaman también picocas; en Chile, en cambio, cabritas; en Colombia, crispetas, maíz tote o maíz pira; en Cuba las denominan rositas de maíz; y en Ecuador, canguil.

Otras acepciones que podemos encontrar en América Latina son cotufas, en Venezuela; rosetas de maíz en El Salvador; en Guatemala, poporopo; en México, crispetas; en Paraguay, pororó; en Panamá, millo; en Perú las denominaciones son cancha o canchita; Puerto Rico: rosetas de maíz; en República Dominicana, cocaleca; y en Uruguay, pop o pororó.

Hay expertos que consideran que llegaron a nuestras salas de cine como legado de la evolución alimentaria desarrollada por los indígenas en la época anterior a la llegada de Colón a las Américas. Primero se remojaban o se cocían los granos de maíz en agua y cal. Y luego se calentaban en un comal o recipiente utilizado como plancha… o directamente en las cenizas. Y a partir de ahí surgían las tan sabrosas palomitas.

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