¿Y si tener amigos ayudara a mantenerse joven? Una investigación confirma que la vida social podría retrasar el envejecimiento
Desde hace años, la ciencia ha tratado de encontrar formas de retrasar el envejecimiento. Ese deseo por mantenerse joven ha llevado a que personas de todo el mundo opten por dietas, rutinas de ejercicios y tratamientos médicos. Un nuevo estudio publicado en la revista Science Direct señala que la clave, sencilla pero mucho más profunda, podría estar en otro lugar: nuestras relaciones personales.
Investigadores de la Universidad de Cornell y de Harvard analizaron datos de más de 2.000 adultos del estudio MIDUS (Midlife in the United States), uno de los proyectos más grandes sobre salud y bienestar en Estados Unidos, y descubrieron algo sorprendente. Aquellas personas que habían mantenido relaciones sociales sólidas y duraderas mostraban un envejecimiento biológico más lento.
El análisis
Los investigadores analizaron lo que han denominado “ventaja social acumulativa” (VSA), un índice que refleja la fortaleza y continuidad de los lazos sociales de una persona. A diferencia de estudios anteriores que solo consideraban factores individuales como el matrimonio o la amistad, la VSA analiza cómo es la vida social de cada persona a lo largo del tiempo.
“Analizamos cuatro áreas clave: la calidez y el apoyo que recibiste de tus padres durante tu infancia, tu conexión con tu comunidad y vecindario, tu participación en comunidades religiosas o confesionales, y el apoyo emocional continuo de amigos y familiares”, señaló el psicólogo Anthony Ong, autor del estudio.
Por otro lado, los investigadores compararon la VSA con distintos indicadores del envejecimiento biológico de los participantes, incluyendo lo que se conoce como relojes epigenéticos. Estos miden los cambios que hay en el ADN relacionados con la edad, así como los niveles de inflamación en el cuerpo.
Los resultados
Los resultados mostraron que las personas con mayor ventaja social acumulativa presentaban un envejecimiento biológico más lento de acuerdo a los los relojes epigenéticos. Esto significa que sus cuerpos, a nivel molecular, envejecían más lentamente que los de personas con menos conexiones sociales.
Además, un mayor nivel de ventaja social se asoció con menores niveles de inflamación. Según el estudio, las personas con relaciones sociales fuertes no solo envejecen más lento, sino que también presentan un sistema inmunológico más equilibrado y menos propenso a la inflamación crónica.
Para Ong, estos beneficios demuestran que las relaciones sociales podrían entenderse como una cuenta de ahorro para la jubilación. “Cuanto antes empieces a invertir y más constante sea tu contribución, mayor será tu rentabilidad. Nuestro estudio demuestra que estas rentabilidades no son solo emocionales, sino biológicas”.
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