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La construcción comunitaria de redes de fibra óptica

La fibra óptica es una tecnología cara y si no hay beneficios claros las empresas privadas no tienden los cables.

Pablo G. Bejerano

En nuestros días la conexión a Internet ha adquirido un carácter de necesidad. Es un motor básico para la comunicación diaria de las personas y de las empresas. Ofrece todo tipo de información, permite hacer compras o acceder a instituciones públicas sin moverse de casa. La velocidad de las líneas que llevan Internet a los hogares es un factor más para medir el desarrollo de una zona.

De esta manera, la fibra óptica se está convirtiendo en un bien necesario. Pero en ocasiones los proveedores no extienden sus infraestructuras a zonas alejadas de los grandes centros de población. Los costes del despliegue no se ven compensados posteriormente con un beneficio económico.

Por esta razón, municipios y autoridades locales han recogido el testigo en algunas áreas para construir líneas que lleguen a los sitios más apartados. Se trata de proyectos patrocinados por entidades públicas, aunque la tecnología la despliegan empresas contratadas. Pero allí donde ni siquiera llegan este tipo de programas, está en manos de las personas tomar la iniciativa.

Es el caso de la localidad de Arkholme, dentro del condado de Lancshire, en Reino Unido. Allí, un proyecto comunitario está en marcha para llevar Internet de alta velocidad a los hogares del pueblo. Con poco más de 300 habitantes (según el censo de 2001) esta población rural ha creado su propia red de fibra óptica B4RN. Tras una recaudación colectiva de fondos que llegó al medio millón de libras (577.800 euros), empezaron las excavaciones y se tendieron los primeros cables.

Mientras el operador de Reino Unido BT afirma que cuesta alrededor de 10.000 libras (11.555 euros) conectar un hogar rural a la fibra óptica, en Arkholme reducen ese presupuesto a 1.000 libras (1.155 euros). Los promotores de la iniciativa B4RN han recopilado el conocimiento local para la construcción de las líneas, pidiendo consejo a un profesor de la Universidad de Lancaster experto en redes informáticas o a una de las vecinas que acaba de retirarse tras haber trabajado en el ámbito tecnológico, en el apartado de soporte.

El B4RN supera el límite de los 500 Mbps e incluso llega a rozar el Gbps de velocidad de descarga. Aunque todavía queda tiempo para que la red esté completa. Se necesitan 1,5 millones de libras (1,74 millones de euros) para terminar la instalación. En Arkholme reivindican la utilidad de una conexión de alta velocidad en los ambientes rurales, donde a los granjeros se les exige información online.

Dificultades para tender fibra óptica

El dinero es una cuestión clave. Financiar la construcción de una red de fibra óptica es caro. Pero existen muchos otros problemas a la hora de poner en marcha una línea de estas características. Las compañías proveedoras cuentan con una experiencia práctica, aparte de los conocimientos técnicos, que es lo más difícil de adquirir.

La velocidad que B4RN ofrece es muy alta. El usuario puede recibir en su casa esa conexión, pero la red tiene que estar capacitada para soportar el tráfico, una vez puesta en marcha. Además, el mantenimiento de la infraestructura es caro y un error de cálculo en este ámbito puede hacer que el proyecto se paralice después de echar a andar.

Para desplegar una red de estas características es necesario contar con una conexión por satélite, por cable o disponer de un enlace de fibra óptica. Estos son requisitos que no están accesibles en la misma medida para todas las zonas.

El despliegue rural

Las zonas rurales son las que más sufren la falta de conexión o velocidades lentas. Como las compañías privadas no hacen por extender sus redes a este tipo de zonas los organismos públicos tienen que llevar a cabo la tarea.

A nivel europeo se han puesto en marcha iniciativas para llevar conexión de banda ancha a zonas rurales a través de satélite. Concretamente en Holanda y en Francia, este método ha acercado velocidades aceptables granjeros y agricultores.

En España, el despliegue de banda ancha en zonas rurales está a cargo del Plan Avanza 2, que dirige el Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Sin embargo, existen otras iniciativas más locales y que ofrecen velocidades de conexión llamativamente altas, como la Red Asturcon, promovida por el Principado de Asturias. Destinada a salvar la brecha digital, ofrece una tasa de transferencia de hasta 100Mbps. En este enlace se puede consultar la cobertura de banda ancha para cada municipio del país.

Imagen: Wesley Fryer

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