El Gobierno acordó en julio renovar los aviones C-101 como el siniestrado en Murcia, en vuelo desde 1980

El Gobierno acordó en julio destinar 225 millones de euros para sustituir los aviones C-101 como el que se ha precipitado al mar este lunes frente a La Manga del Mar Menor (Murcia), accidente que se ha cobrado la vida del piloto, el comandante Francisco Marín Núñez. Estos aviones entraron en servicio en 1980 y llegarán al final de su ciclo de vida en 2021.

Los C-101 se diseñaron y fabricaron en España por Construcciones Aeronáuticas (CASA), encuadrada hoy en Airbus. En vuelo desde 1977, su entrada en servicio en las Fuerzas Armadas se produjo en 1980, como refleja su ficha oficial. Su objetivo es la enseñanza básica y avanzada, así como el reentrenamiento. “Más de un millar de alumnos de la Academia General del Aire han volado en esta aeronave y ha formado a la mayoría de los pilotos”, informa el Ejército del Aire.

El C-101 superó en 2016 las 250.000 horas de vuelo, lo que le convierte avión que acumula más horas de vuelo de la Academia. Su denominación militar es E-25 Mirlo. Hasta ahora, el último accidente sufrido por uno de estos aparatos databa de 2012, cuando perdieron la vida el capitán Julio Castellón y el alférez Eduardo Castillo. En total han tenido ocho accidentes con víctimas en sus casi 40 años de servicio, aunque acumulan más en Chile, cuya fuerza aérea también los utiliza.

El Ejército del Aire dispone de un total de 64 unidades, contando el siniestrado este lunes. Para el público general, la función más conocida de estos aviones son sus vuelos acrobáticos como parte de la Patrulla Águila, que desde 1985 ha participado en todo tipo de eventos, exhibiciones aéreas, fiestas nacionales y eventos deportivos. Los C-101 asignados a esta unidad están equipados con sistemas de humo que pueden dejar estelas blancas o con los colores de la bandera española.

Todos los pilotos de la Patrulla Águila compaginan esta actividad con la instrucción de nuevos pilotos en la Academia. Francisco Marín Núñez formó parte de los siete pilotos titulares de esta unidad hasta la temporada pasada. Dado su carácter de avión de entrenamiento, los C-101 cuentan con asientos eyectables cero-cero, que no necesitan de una altura ni una velocidad mínima para ser utilizados. Aunque en un primer momento Defensa informó de que Marín había recurrido al suyo para abandonar el aparato, la ministra Margarita Robles ha advertido más tarde de que no se puede confirmar que lo hiciera.

Por el momento se desconocen las causas del accidente que se ha cobrado la vida de Marín. Las imágenes recogidas por testigos desde la playa muestran a su C-101 precipitándose en picado contra el mar. Marín era un piloto experimentado con más de 3.300 horas de vuelo. Fue condecorado en varias ocasiones.

La partida de gasto para sustituir a los C-101 aprobada por el Consejo de Ministros en julio incluye 24 aviones, un entrenador de salida de emergencia en tierra, dos simuladores de cabina, dos simuladores de vuelo, un sistema asistido por ordenador y un paquete logístico inicial. El período de presentación de ofertas se mantendrá abierto hasta el 23 de septiembre.

Antes del siniestro de este lunes, el plan del Gobierno era que los sustitutos del C-101 entraran en servicio de inmediato, antes de 2021. “Con anterioridad a esta fecha deberá estar en servicio un número determinado de aviones que, junto con el sistema de entrenamiento en tierra, garantice la continuidad de la enseñanza básica en vuelo de la AGA [Academia General del Aire]”.

El Ejército del Aire ha abierto una investigación sobre el accidente. No obstante, la Comisión para la Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares (CITAAM), integrada por jurídicos militares que siguen formando parte de la disciplina castrense durante la investigación, ha recibido críticas por parte de familiares de víctimas de falta de imparcialidad y una supuesta tendencia a evitar responsabilizar a los altos mandos de los accidentes. El Ministerio de Defensa no hace públicos sus informes.