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Juan Luis Arsuaga: “Es aberrante querer mejorar al ser humano con manipulación genética”

Juan Luis Arsuaga

Carlos del Castillo

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En el laberinto de la evolución humana, el camino que han recorrido hasta ahora los científicos va del presente hacia el pasado. Juan Luis Arsuaga (Madrid, 1954) es uno de los mejores guías para ese trayecto: ganador del Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y portada de la revista Nature por su trabajo en el yacimiento de Atapuerca, es uno de los paleontólogos españoles más reconocidos, también por su labor de divulgación de esos hallazgos.

El camino inverso, del presente hacia el futuro, ha permanecido tradicionalmente en el terreno de la ficción. Sin embargo, el avance tecnológico está acercando al ser humano a la posibilidad de participar en su propia evolución como especie. Arsuaga avisa que existen demasiadas preguntas al respecto: “Es aberrante querer mejorar al ser humano con manipulación genética... ¿qué se entiende por mejor? ¿En lo físico? ¿En lo intelectual? ¿En qué consiste ser más inteligente? ¿Qué es la inteligencia? ¿Cómo se define? Y por último, ¿cómo vamos a seleccionar genéticamente a la humanidad del futuro? ¿Con qué principios morales? Me parece que no es deseable, que se ha de evitar”.

Cuestiones como estas han pasado ahora a la primera línea y ocupan espacios en los eventos tecnológicos. Por primera vez, el Mobile World Capital Barcelona (MWCapital) acogerá un encuentro sobre cómo “introducir la perspectiva humanista en la tecnología”. Se celebrará el lunes, el primer día del Congreso, y en uno de los debates participarán el propio Arsuaga y otro de los pensadores más leídos de los últimos años: Yuval Noah Harari, historiador autor de obras como Sapiens: de animales a dioses o Homo Deus: Breve historia del mañana (ambos traducidos al castellano por la editorial Debate).

En una conversación con elDiario.es previa al evento, el paleontólogo reconoce que no está de acuerdo con algunos de los postulados del pensador israelí. “Me parece muy interesante este diálogo, porque a Harari básicamente lo que le interesa, como historiador, es la evolución cultural y tecnológica. A mí me interesa más la evolución biológica. Él se plantea que nos vamos a convertir en dioses porque seremos capaces de prolongar la vida y nuestras capacidades gracias a la tecnología. Yo no estoy de acuerdo con él: creo que ya lo somos”, asegura Arsuaga.

“Cualquiera de nosotros hace cosas que los griegos no se atreverían a atribuir a sus dioses”, justifica: “Tenemos más capacidad que los dioses griegos. Zeus, comparado con cualquiera de nosotros, es un becario. Podemos volar. Podemos comunicarnos con otras personas sin importar la distancia. Podemos levantar pesos monstruosos. Podemos desafiar la gravedad. Podemos respirar debajo del agua y fuera de la atmósfera. Somos un compendio de todos los dioses griegos, pero mejorados. Solamente nos falta un pequeño detalle, pequeñito, que es que los dioses griegos eran inmortales y nosotros no”.

La charla entre Arsuaga y Harari estará moderada por la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, Carme Artigas. Ha sido organizada por Digital Future Society, una iniciativa del MWCapital y del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital para abordar la “emergencia digital” antes de que sea demasiado tarde. El evento no estará abierto al público general.

El avance de los algoritmos y la singularidad

Una de los temas que centra las inquietudes sobre el avance de la digitalización es la inteligencia artificial. Pese a este nombre comercial, Arsuaga recuerda que estos sistemas no son realmente inteligentes: “Los algoritmos no proporcionan a las máquinas lo que se llama inteligencia generalizada. Todos son muy especializados. Por ejemplo, una inteligencia artificial puede vencer al campeón del mundo de ajedrez, pero no puede hacer reconocimiento facial. Nosotros somos peores al ajedrez, pero podemos hacer reconocimiento facial y muchas más cosas. Las máquinas hacen tareas especializadas pero no generalizadas. Con inteligencia artificial sucede lo mismo, al menos hasta ahora”.

“Cada progreso en inteligencia artificial se ha dado porque un humano ha mejorado un diseño. No porque un algoritmo haya hecho un diseño mejor”, continúa el paleontólogo. “Pero supongamos que los algoritmos empiezan a acercarse a una inteligencia generalista y supongamos que se produce lo que se conoce como 'la singularidad', que es conseguir que un algoritmo diseñe otros algoritmos mejor de lo que lo hacemos nosotros. Es algo muy lejano y que no creo que llegue a pasar, pero que es concebible que ocurra”.

Creo que el ser humano está bien como está y sobre todo no tengo un ideal de cómo debe ser el ser humano

Las citadas dos obras del escritor israelí han dado la vuelta al mundo, en parte, por su exposición de lo que ocurrirá entonces. “Harari dice que llegados a ese punto, la única forma de poder controlar a los algoritmos será por medio de la manipulación genética, es decir, produciendo seres humanos superiores. Él opina que en el futuro los seres humanos serán modificados genéticamente o irrelevantes. Que habrá superhombres y a los demás se les permitirá vivir como mucho. Yo no estoy de acuerdo y no creo que sea posible ni necesario”.

Arsuaga avisa además que “la idea del superhombre no es nueva”, sino que tiene reminiscencias dolorosas en el pasado, como en las políticas de eugenesia y genocidios de determinados grupos de población de la Alemania nazi. “Pensaba, creía yo, que ya habíamos dejado atrás la idea de perfeccionar al ser humano. Va directamente en contra de la naturaleza humana porque somos un producto de la selección natural y es una vuelta a la eugenesia del siglo XX: yo creo que el ser humano está bien como está y sobre todo no tengo un ideal de cómo debe ser el ser humano”.

Redes, desinformación y propaganda

Otra de los temas a tratar en la charla será el impacto de las redes sociales en la vida digital de las personas y las sociedades. En este sentido, Arsuaga opina que se sobrevalora su impacto negativo y prefiere quedarse con sus aspectos positivos. “Antes de la existencia de Internet ya había redes sociales. La tecnología lo que ha hecho es potenciar lo que ya existía”.

El 5G lo va a cambiar todo. Va a revolucionar la comunicación entre personas, pero sobre todo la comunicación entre máquinas

“Yo creo que en muchos sentidos las redes sociales siguen suponiendo un avance. La incomunicación es lo que permite la deshumanización de los otros. En siglos pasados las personas podían ser más fácilmente manipuladas por la propaganda. Ahora, si viajas, ya sea físicamente o a través de la información, puedes tener un conocimiento más directo, como mínimo puedes dejar de ver al otro como un monstruo, por mucho que te lo presenten así. La propaganda antes era mucho peor. La propaganda desde los púlpitos de todas las religiones, por ejemplo... eso sí que no tenía ningún control”.

En cambio, el paleontólogo señala otra nueva tecnología que, en su opinión, sí que “lo va a cambiar todo”: el 5G. “Va a revolucionar la comunicación entre personas, pero sobre todo la comunicación entre máquinas. Hasta ahora la comunicación entre máquinas ha sido mala y lenta. Pero el día en que esto de verdad sea rápido, funcionará como las neuronas del cerebro. Estarán conectadas a una gran velocidad todas. Y eso va a suponer avances enormes a nivel tecnológico”.

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