Paraguay conmemora el siglo y medio de la “inmolación” de Solano López

Pasó de villano a héroe, condición que ha prevalecido en Paraguay, que conmemora este domingo los 150 años de la muerte de Francisco Solano López, su más polémica figura histórica y ligada a la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), que dejó en ruinas el país suramericano.

Solano López murió el 1 de marzo de 1870 a manos de las tropas brasileñas en el agreste Cerro Corá (noreste) y en lo que para algunos historiadores fue un acto de “inmolación”.

Ello con el país ya arrasado y tras un cerco de meses que puso fin a esa guerra que enfrentó a Paraguay con Argentina, Brasil y Uruguay.

Atrás quedaba la mayor contienda bélica librada en el siglo XIX en Suramérica, a la que los paraguayos se refieren como Guerra Guasú (Guerra Grande, en guaraní), término que refleja su dimensión geopolítica y su trágicas consecuencias para los perdedores.

La Guerra del Paraguay, como también se conoce, diezmó en dos terceras partes la población de la nación guaraní, siendo la mayoría de las víctimas varones, y arruinó a un país que tuvo que ser levantado por las mujeres.

Como derrotado, Paraguay estuvo también sometido a la narrativa histórica de los vencedores, en especial de Brasil, la potencia regional de la época, para quien Solano López fue el desencadenante de esa hecatombe.

Si bien desde Argentina ya habían tenido éxito antes las descalificaciones que se vertieron sobre Solano López, como “el Atila de América” o adalid de la barbarie.

Un retrato que cundió al final de la guerra, cuando los vencedores le declararon “asesino de su patria” y “desnaturalizan” su persona, según recordó la historiadora Ana Barreto.

DE CERRO CORÁ A LA GLORIA

Barreto señaló a Efe que esa imagen de Solano López se transformó gracias a la reivindicación nacionalista de algunos intelectuales paraguayos que desde 1900 comenzaron a reivindicar a quien fuera investido presidente en 1862, sucediendo a su padre, Carlos Antonio López.

Un proceso que se fue consolidando décadas después, cuando las tensiones con Bolivia que desembocaron en la Guerra del Chaco (1932-1935) recuperaron a Solano López como un mártir de la patria frente a la agresión extranjera.

Y que se asentó en 1936 con el decreto del Gobierno de declarar a Solano López héroe nacional, con el traslado de sus restos desde Cerro Corá al Panteón de los Héroes, en Asunción, donde reposan.

Con ello también resultó triunfante la tesis del historiador y político paraguayo Juan Emiliano O'Leary, frente a la de Cecilio Báez, quien repartía culpas de la tragedia sufrida por Paraguay entre los aliados y el propio mariscal.

Para Báez, Solano López fue un déspota que con su ceguera política, al intervenir en defensa de Uruguay en el conflicto que los charrúas tenían con Brasil, llevó a Paraguay al exterminio.

Al respecto, y sobre esa decisión de Solano López, el historiador Fabián Chamorro se refirió a los planes de los aliados contenidos en el tratado secreto de la Triple Alianza.

El acuerdo, firmado el 1 de mayo de 1865 en Buenos Aires, establecía anexiones de territorio de Paraguay, que además debía asumir los costos de la guerra en condiciones “lapidarias”.

“Puedo estar de acuerdo o no con López militarmente, pero lo que vino por la reivindicación estoy de acuerdo, porque encarnó la causa nacional desde el momento en que se conoció el tratado secreto de la Triple Alianza”, afirmó Chamorro a Efe.

Por su parte, la tataranieta del mariscal, Elvira Solano López, sostuvo a Efe que el Gobierno de Solano López fue ensombrecido por las tropas de ocupación brasileñas que tutelaron los Gobiernos provisionales.

“Pero eso es normal porque la historia siempre la escriben los vencedores. Los brasileños ocuparon siete años (el país) y muchos paraguayos se anexaron a la idea de esos extranjeros”, expresó la descendiente.

LOPISTAS Y ANTILOPISTAS

De acuerdo con el historiador Eduardo Nakayama, centrar la investigación de esa guerra en la pugna entre las corrientes “lopista” y “antilopista” que todavía perduran entre académicos paraguayos, es quedarse en la superficie.

Al respecto, Nakayama apuntó a Efe que hay otros enfoques bibliográficos que se han centrado más bien en la cuestión económica, otros en la diplomática o aspectos geopolíticos del conflicto.

“Con el surgimiento de una nueva generación de investigadores se ha conseguido moderar este apasionamiento que genera un hecho tan crucial y trascendental, que enciende resortes de patriotismo y deviene, a veces, en un nacionalismo irracional”, dijo Nakayama.

HÉROE PARA LA DERECHA Y LA IZQUIERDA

Más allá del debate histórico, el hecho es que la figura de Solano López amalgama tanto a las formaciones de derecha como de la izquierda paraguaya.

Incluso da nombre a un minoritario grupo armado escindido del Ejercito del Pueblo Paraguayo, la guerrilla marxista-leninista que opera en el norte.

Años antes, Solano López fue ensalzado por la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989) y también por el Partido Comunista que desde la clandestinidad luchaba contra ese régimen.

“Cada uno usa una parte del personaje. La izquierda el tema de la soberanía, el antiimperalismo, en este caso lo era Brasil, y la derecha tiene otra lectura, la del nacionalismo, ensalzar los valores nacionales, y que ésa sea la figura principal del discurso”, opinó Chamorro.

El jefe de Estado, Mario Abdo Benítez, del conservador Partido Colorado, encabezará este domingo un acto en el parque nacional de Cerro Corá en memoria de Solano López y de los caídos en la guerra que devastó Paraguay.