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Los bots publicaron hasta un 38% de los comentarios de Twitter que desinformaron sobre el cambio climático

La imagen que muestra el agua derretida sobre el mar de hielo de Groenlandia

Oliver Milman

The Guardian —

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La conversación en redes sociales sobre la crisis climática modifica sus formas y contenidos debido al impulso de una serie de bots en Twitter. Una investigación reciente, aún no publicada pero a la que ha tenido acceso The Guardian, ha demostrado que al menos una cuarta parte de los tuits sobre el clima que se publican un día cualquiera proceden de bots.

El nivel de actividad en Twitter sobre temas relacionados con el calentamiento global y la crisis climática está distorsionando la narrativa que circula por la red e incluye de manera artificial más negacionismo del que surgiría de no mediar esta influencia. Un análisis de millones de tuits publicados cuando Donald Trump anunció la decisión de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París muestra que los bots tendieron a aplaudir las decisiones y el modo en que Trump disemina desinformación sobre cuestiones científicas.

El estudio de los bots y el clima fue desarrollado por la Universidad de Brown. Los bots son programas que pueden tuitear automáticamente bajo la apariencia de una cuenta tras la que se encuentra un ser humano. “Las conclusiones a las que llegamos sugieren un impacto importante a la hora de amplificar mensajes negacionistas sobre el cambio climático, incluyendo el apoyo a la decisión tomada por Trump de retirar [a Estados Unidos] del Acuerdo de París”, reza el borrador del estudio.

Un día cualquiera del periodo objeto del estudio, una cuarta parte de todos los tuits sobre la crisis climática fueron emitidos por bots. La proporción fue mayor en temas concretos. Por ejemplo, sobre el tema “ciencia falsa” emitieron el 38% de los mensajes. Sobre el gigante petrolífero Exxon emitieron el 28% de todos los tuits.

Y al contrario, en el campo de los tuits que podrían considerarse activistas, es decir, en apoyo de acciones concretas sobre la crisis climática, aparecen muy pocos bots, solo alrededor del cinco por ciento. El estudio, explican, “sugiere que los bots no solo son predominantes, sino desproporcionados en los temas que implican apoyo a las posiciones y anuncios de Trump y el escepticismo relacionado con la ciencia y acción climática”.

Thomas Marlow, estudiante de doctorado de la Universidad de Brown que ha dirigido el estudio, dijo que su origen está en que junto a sus colegas, no dejaban de preguntarse “por qué hay esos niveles constantes de negacionismo sobre algo en lo que la ciencia está más o menos de acuerdo”.

Los investigadores examinaron 6,5 millones de tuits publicados en los días previos y el mes posterior a la decisión de sacar a Estados Unidos del Acuerdo de París el 1 de junio de 2017. Los tuits se clasificaron por tema gracias a una aplicación de la Universidad de Indiana llamada Botometer (Botómetro) que sirve para calcular la posibilidad de que tras un determinado tuit esté un bot y no una persona.

25.000 tuits el día que EEUU sale del Acuerdo de París

Marlow cuenta que le sorprendió descubrir que los bots eran responsables de una cuarta parte de todos los tuits publicados un día cualquiera. “Fue algo así como decirme a mí mismo que parecen muchísimos”.

El repiqueteo constante de actividad de bots en los temas relacionados con la crisis climática destaca el mismo día en que Trump hizo su anuncio. El interés del público aumentó mucho y entonces la proporción de bots cayó a la mitad hasta situarse alrededor de un 13%. Los tuits que se sospecha que salieron de bots aumentaron de unos cientos a más de 25.000 al día alrededor del momento del anuncio. No fue suficiente para revertir su pérdida de peso relativo en el total.

Trump ha diseminado desinformación de manera sistemática sobre la crisis climática. Ha dicho que se trata de “tonterías” o de “conspiraciones” aunque también, más recientemente, ha asegurado que acepta lo que dice la ciencia cuando afirma que el planeta se está calentando. En todo caso, su administración ha desmantelado cualquier política pública relevante destinada a recortar la emisión de gases de efecto invernadero, entre las que se incluyen los parámetros de emisiones de los vehículos a motor o las limitaciones a la capacidad y actividad de las centrales térmicas que se nutren de carbón.

El estudio de la Universidad de Brown no ha podido identificar grupos ni individuos tras la ola de tuits o los bots, ni afirmar con certeza cuanta capacidad de influencia tienen en un debate tan tenso como suele serlo el del clima.

Pero un buen número de bots que han menospreciado de manera sistemática la ciencia climática y sus activistas, tienen muchos seguidores en Twitter. Uno bien clasificado en Botometer es @sh_irredeemable, que en diciembre escribió “Piérdete Greta”, en referencia a la joven activista sueca por el clima. A continuación, publicó un tuit que ponía en duda que el mundo vaya a alcanzar los 9.000 millones de habitantes debido a “los lunáticos del #cambioclimático deteniendo el progreso”. La cuenta tiene casi 16.000 seguidores.

Otra cuenta que se cree es un bot es @petefrt. Tiene casi 52.000 seguidores y ha rechazado la ciencia sobre el cambio climático en numerosas ocasiones. “Sé realista, CNN, el dogma del cambio climático es religión, no ciencia”, decía un tuit publicado en agosto. Otro mensaje de diciembre pedía que el Acuerdo de París se abandonara para “rechazar un futuro construido por los globalistas y por ecomandarines europeos”.

Las cuentas de Twitter que esparcen mentiras sobre la crisis climática también tienen la capacidad de utilizar la opción de promocionar tuits pagados para conseguir mayor visibilidad. La red social prohíbe que algunos temas pueden ser promocionados pagando. Entre ellos están las campañas políticas o los anuncios de tabaco, pero con lo relacionado con la crisis climática no actúa del mismo modo, sea cierto o falso lo que se publica.

A mayor interacción, mayor confianza

Al investigar publicaciones en la red del año pasado, se descubrió que la información incorrecta se extiende a menudo gracias a la percepción del lector de que ciertas opiniones son compartidas por muchas otras personas. Stephan Lewandowsky, investigador de la Universidad de Bristol que también firma el informe, dice que no le sorprendió “para nada” lo descubierto debido a la relación que él mismo ha mantenido con los mensajes relacionados en Twitter con la crisis climática.

“Muy a menudo, todos acaban dejando un rastro de bot. Cuantos más trolls negacionistas hay, más cree la gente que hay opiniones diferentes y eso debilitará su apoyo a la ciencia climática”, señala. “En cuanto a la influencia, estoy convencido de que cambian la situación, pero es difícil de cuantificar”.

John Cook, un científico australiano especializado en lo cognoscitivo que firma con Lewandowsky, dice que los bots son “peligrosos y tienen posibilidades de influir”. ya que hay muestras de que si la gente se expone a hechos y a datos falsos, muy a menudo se queda con lo falso.

“Es uno de los elementos más peligrosos e insidiosos de la información falsa que esparcen los bots, no solo porque convence a la gente sino porque su mera existencia en redes sociales puede provocar que la gente confíe menos en la información correcta o se separa cada vez más de lo factual”, añade Cook.

Aunque no se detectó un aumento significativo de los bots en Twitter en torno al anuncio de retirada del Acuerdo de París, algunos activistas temen que haya un aumento de sus actividades en torno a las elecciones presidenciales de Estados Unidos a finales de este año.

“Aunque no sabemos quienes son ni los motivos por los que actúan, parece evidente que a Trump le va bien un refuerzo positivo por parte de esos bots y quien los maneje”, sostiene Ed Maibach, experto en comunicación del cambio climático en la Universidad George Mason. “Asusta pensar en la posibilidad de que el presidente de Estados Unidos haya sido incitado por bots a cometer una atrocidad contra la humanidad”.

Traducido por Alberto Arce

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