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The Guardian en español

Investigan un posible soborno millonario de Tokio para adjudicarse los Juegos Olímpicos de 2020

El presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge, anuncia a Tokyo como sede de los Juegos de 2020 durante la elección celebrada en Buenos Aires en 2013.

Owen Gibson

Según averiguaciones de The Guardian, hay sospechas de que el equipo encargado de lograr la candidatura olímpica de Tokio depositó un pago de siete cifras en una cuenta vinculada al hijo de Lamine Diack, el desacreditado ex presidente de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF), durante la elección de la sede para los Juegos de 2020.

El supuesto pago por unos 1,3 millones de euros, que ya investiga la policía francesa, aumenta la presión en el Comité Olímpico Internacional (COI) para que indaguen sobre los vínculos entre el régimen de Diack y la selección de candidatos para los Juegos Olímpicos. También pone en cuestión la exitosa candidatura de Tokio, otorgada en 2013. 

Cualquier indicio de que los votos pudieron haber sido comprados sería muy embarazoso para el COI. Desde las drásticas reformas implementadas tras los sobornos que precedieron a las Olimpiadas de Invierno de Salt Lake City en 2002, el Comité le da mucho valor al proceso de elección.

Diack padre fue miembro del COI entre 1999 y 2013 y en 2014 se convirtió en miembro honorario del COI, antes de dimitir como presidente de la IAAF. La presidencia del organismo regulador del atletismo mundial la abandonó en noviembre de 2015, después de que lo acusaran de haber aceptado más de un millón de euros para encubrir casos de dopaje en la delegación rusa. Diack padre no puede salir de Francia hasta que los fiscales de ese país investiguen la corrupción en la IAAF. 

The Guardian reveló en marzo que la investigación francesa se había ampliado para incluir la elección de candidatos en las olimpiadas de 2016 y de 2020. Se cree que entre las transacciones investigadas hay pagos por alrededor de 1,3 millones de euros, aparentemente enviados por los responsables de la candidatura de Tokio 2020 (o por gente que actuaba en su nombre) a la cuenta bancaria de Black Tidings en Singapur. La cuenta está vinculada al hijo de Lamine Diack, Papa Massata Diack, que trabajaba en la IAAF como asesor de marketing.

Lamine Diack, presidente de la IAAF entre 1999 y 2015, seguía siendo un miembro influyente del COI en 2013, cuando Tokio triunfó sobre Estambul y Madrid, las otras ciudades candidatas. 

Una cuenta secreta

La cuenta secreta de Black Tidings está en el centro de las acusaciones de corrupción institucionalizada en la IAAF desde hace más de 10 años. En un informe independiente realizado por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y publicado en enero, se demostraba cómo Diack y sus hijos, Papa Massata y Khalil (en ese entonces asesores de marketing), se asociaron con el abogado Habib Cissé para operar como “una estructura de gobierno ilegítima e informal” de la IAAF.

Por un acuerdo con Dentsu, socio de marketing, Papa Massata Diack tenía libertad para buscar acuerdos con patrocinadores en mercados emergentes. En una investigación anterior, The Guardian había publicado que Papa Massata Diack pidió a Qatar 5 millones de dólares cuando ese país era candidato a ser sede del Mundial de Atletismo de 2017 y de los Juegos Olímpicos de 2020. 

En enero, The Guardian reveló que Papa Massata Diack también estuvo aparentemente involucrado en 2008 en un ardid para entregar “paquetes” a seis miembros influyentes del COI durante la época en que Doha, la capital de Qatar, se candidateaba a las olimpiadas de 2016.

Pero tal vez las últimas revelaciones sean las más preocupantes para el COI y las que más conmocionarán a todo el movimiento olímpico después de que su presidente, Thomas Bach, pusiera en varias ocasiones al COI como ejemplo de decencia frente a otras organizaciones deportivas, como la FIFA y la IAAF. 

Consultado por el supuesto pago, que habría sido transferido en desembolsos anteriores y posteriores a la elección de Tokio, el Comité Olímpico de Japón, encargado de preparar la candidatura, se excusó diciendo que no podía responder: su equipo de prensa se había ido en viaje de negocios por una semana. El comité organizador de Tokio 2020 sí respondió: dijo que no tenía conocimiento de lo que ocurría durante el período de elecciones. Según su portavoz, Hikariko Ono, “el comité organizador de Tokio 2020 no tiene forma de enterarse de estas acusaciones”. “Creemos que Tokio fue elegida como sede de los Juegos porque la ciudad presentó el mejor proyecto”.

Las acusaciones llegan en un momento difícil para el COI, bajo presión por celebrar las olimpiadas de Río de Janeiro en medio de una gran cantidad de problemas políticos y de viabilidad, y enzarzado en su lucha constante por convencer a las ciudades de que presenten sus candidaturas porque los Juegos siguen siendo un premio que vale la pena. 

Contratos, encubrimientos...

El supuesto pago de siete cifras por parte de la organización de Tokio 2020 podría levantar nuevos interrogantes acerca del papel de Dentsu, el gigante japonés de marketing que tiene un contrato de patrocinio para todas las actividades de la IAAF hasta el año 2029 luego de que, en sus últimos meses al frente de la asociación, Diack decidiera extenderlo unilateralmente.

En el informe de la comisión independiente de la AMA, presidida por Dick Pound, se detalla que la cuenta bancaria de Black Tidings pertenece a Ian Tan Tong Han, asesor de Athlete Management and Services, una subsidiaria de Dentsu Sport en Lucerna (Suiza) creada para promocionar y distribuir los derechos comerciales otorgados por la IAAF. 

Un análisis de las computadoras reveló que Tan tenía acceso habitual de alto nivel a oficiales de la IAAF, incluido Lamine Diack, y que estaba “integrado en los órganos de dirección de la IAAF”: “Parecía ser parte de un sistema de gobierno informal de la IAAF”.

La relación de Tan con Papa Massata Diack era tan estrecha que cuando nació su hijo, en 2014, lo llamó Massata. Según el informe, aparentemente Tan tenía varios negocios en marcha con la familia Diack en Singapur y en Senegal. En Senegal es donde estaría hoy Papa Massata Diack, a pesar de que la Interpol lanzó una orden de captura internacional en su contra.

Un portavoz de Dentsu, una de las empresas de marketing más importantes del mundo, dijo a The Guardian que no tenía conocimiento de ningún pago en la cuenta de Black Tidings y que Tan nunca trabajó allí como asesor. Anteriormente, la empresa también dijo que Papa Massata Diack no trabajó como asesor en Dentsu y que su contrato era con la IAAF.

La cuenta bancaria de Black Tidings saltó a la fama por primera vez cuando se reveló que por ella habían sido devueltos 300.000 euros a la maratonista rusa Liliya Shobukhova en marzo de 2014, tras el fallido intento de encubrir su caso de dopaje.

“Decenas de millones de euros”

La comisión de ética independiente de la IAAF comenzó a investigar el tema a finales de 2014. En enero de 2016, con un devastador informe de 170 páginas se sancionó por los delitos de corrupción y extorsión a cuatro altos cargos, entre ellos Papa Massata Diack y al ex director del departamento antidopaje Gabriel Dollé. Cissé, ex asesor legal de Diack padre, no recibió sanción de la IAAF y se cree que refutó los datos del informe de Pound porque los investigadores no lo entrevistaron. 

El informe de Pound señala que Black Tidings en hindi significa “marketing negro” o, literalmente, “lavar dinero en negro”. Varias fuentes confiaron a The Guardian que por esa cuenta bancaria circularon “decenas de millones” de euros. Dos fuentes independientes y cercanas a la investigación confirmaron que se está investigando el pago de siete cifras por parte de los organizadores de Tokio 2020. 

En una nota al pie del informe de Pound se hace referencia a un posible acto indebido en la elección de la sede del año 2020. La nota sugiere que Lamine Diack quitó su apoyo a Estambul y se lo dio a Tokio porque un patrocinador japonés había firmado un acuerdo con la IAAF.

Los organizadores de Tokio 2020 respondieron a esas acusaciones diciendo que están “más allá de nuestro entendimiento”. Y en Estambul también dijeron que no le atribuían a ese factor la derrota. El COI, por su parte, anunció que examinaría la transcripción de la conversación en la que se basaban las acusaciones. 

Se cree que Papa Massata Diack sigue en Senegal, a pesar de la notificación roja lanzada por la Interpol en su contra. A principios de año fue detenido durante siete horas por la policía, pero las autoridades informaron que no sería deportado. “La policía francesa y la Corte de Justicia todavía siguen investigando estas acusaciones. No quiero hacer ningún comentario, ya que también soy parte de este proceso legal”, dijo Diack hijo a The Guardian. 

El COI, que se reunirá en Río para su 129 sesión antes de los Juegos, dijo que desde el principio el funcionario encargado de ética y cumplimiento había estado en contacto con la AMA y con los magistrados franceses que investigan el caso de la IAAF. También, que el COI se constituía como parte civil en el proceso iniciado por la Justicia francesa. 

Un portavoz del Comité agregó: “El funcionario del COI encargado de ética y cumplimiento mantendrá el contacto con todas las partes interesadas para aclarar cualquier presunto acto condenable. En esta etapa, el COI no emitirá más comentarios acerca de los elementos de la investigación”.

Traducción de Francisco de Zárate

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